Capítulo 4 | Un dragón, una historia

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Apenas pude levantarme los días siguientes a lo sucedido

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Apenas pude levantarme los días siguientes a lo sucedido. Pero para no preocupar a los demás y dejar de sentirme tan mal conmigo misma, me forcé a salir de mi cama y hacer todas mis rutinas antes de eso. Ayris, al verme fuera del castillo sonríe más aliviada al igual que todos quienes se reúnen a mi alrededor y me saludan frotándose por mí.

-"¿Estás mejor?" -pregunta Ayris.

-Sí, lo estoy. No necesitan preocuparse.

-"Es un alivio."

Ella se me acerca y me hace subir a su lomo para poder alzar vuelo e ir a revisar todos los reinos, pues algunos tenían mucho qué decir y discusiones entre ellos que solucionar. Como por ejemplo que los bromistas de hielo estén enfriando los baños de lava de los dragones de fuego, y al ser los más impacientes y fáciles de enfadar, los de hielo se divierten. Ayris y yo fuimos a resolver ese y otros asuntos, el día pasa tan rápido que no pude siquiera darme cuenta, mi mente estaba tan ocupada que tampoco tuve la oportunidad de pensar en lo de aquel lobo.

Los días volvieron a ser los mismos, había acabado una docena de novelas nuevas cuando ya no sabía qué leer. Miré las interminables estanterías, claro que tenía gran variedad para escoger, pero no sabía qué buscar. Me encontré con uno de los libros que lo había leído unas cien veces ya, pero es que seguía siendo mi libro favorito. Trataba sobre un romance entre un caballero y la hija de un noble que tenían prohibido verse, pues la familia de ella no veía conveniente que despose a un simple caballero en lugar de a un noble más rico que ellos, o mejor, un príncipe. El romance que florece entre ellos es tan hermoso que me hizo pensar en cómo se sentiría estar enamorada, ¿será como ella lo describe? ¿Es tan así realmente?

Dejé aquel libro cuando Ayris me mira desde la ventana con una sonrisa que conocía y hacía ensanchar la mía, corría hasta ella y salté de la ventana sin ningún tipo de miedo. Ayris vuela a mi alrededor antes de colocarse por debajo y atraparme en su lomo, extendió sus alas deteniendo la caída y acarició con la punta de una de ellas el agua que había abajo. Volvió a subir a gran velocidad hasta volar por encima de las nubes y ver el sol del atardecer ocultándose. Aspiré adorando esta sensación. Bajamos y volamos por alrededor del reino hasta regresar al castillo, ella me deja en aquella torre más alta y admiré el paisaje como siempre hago al estar aquí. Subí la mirada y vi la isla flotante de los dragones de luz, ellos se preparaban para dormir cuando el sol se haya ocultado por el valle de las montañas.

-Ayris... has vivido muchos años, ¿nunca has tenido una pareja? -pregunté de repente, y por eso, la tomé por sorpresa.

-"Pues... no que yo recuerde. Sabes que solo podemos relacionarnos con una única pareja por toda nuestra vida."

-Lo sé. Aún me parece algo tan triste pero tan hermoso... el solo estar esperando a una pareja toda tu vida y cuando finalmente la tienes es lo mejor que puede pasarte -suspiré profundo-. Pero es triste que muchos no logran encontrarla y mueren de tristeza y soledad. Me alegra que tú sigas aquí.

LA DAMA DE LOS DRAGONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora