Capítulo 17 | Fluidez y gracia

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La ropa de Reed me quedaba más grande de lo que pensaba, pero eso solo lo hacía sentirse más cómoda, quise esperarlo despierta, caminé por toda la habitación una y otra vez

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La ropa de Reed me quedaba más grande de lo que pensaba, pero eso solo lo hacía sentirse más cómoda, quise esperarlo despierta, caminé por toda la habitación una y otra vez. No tenía hambre, solo quería de su compañía, pero se había tardado y yo terminé sucumbiendo al sueño, cayendo sobre su cama sin siquiera poder taparme con las mantas. Según yo, solo había parpadeado un segundo, pero supe que no fueron solo segundos cuando la manta se acomoda sobre mi cuerpo suavemente y una mano aparta delicadamente el cabello de mi rostro.

-Reed... -susurré levantando la mirada.

-Vuelve a dormir, mi reina, no quise despertarte -negué con la cabeza, dándome vuelta hacia él.

-Te estaba esperando -comenté tallando uno de mis ojos-. Pero supongo que tenía mucho sueño.

Su sonrisa no se hace esperar, acaricia mi mejilla con suavidad y se acerca para besar mis labios tiernamente. Volvió a acomodar la manta sobre mi cuerpo antes de alejarse e ir a cambiarse de ropa al baño, al volver toma una almohada en desuso por mí y una manta igual.

-¿Qué haces? -cuestioné.

-Es indecente para una mujer dormir en la misma cama que un hombre si no están casados -respondió, dejándome confundida.

-¿Quién dice eso?

-Las reglas humanas lo dicen, mi reina -responde acomodando la almohada en un sofá aparte.

-Pero... esta es tu cama y yo no sigo las costumbres humanas.

Reed me ve con sorpresa, pero a la vez con una sonrisa divertida. Le hice espacio a mi lado y él volvió a tomar la almohada y manta para acercarse y acomodarlas en la cama, se acostó a mi lado y yo me acerqué a él sintiendo que estaba muy lejos.

-¿Mañana quieres ir a buscar a Ayris? -preguntó.

-No sé si quiera verme... al igual que los demás dragones del reino -suspiré volviendo a revivir mis sentimientos con respecto a lo que pasó.

-Pero eres su reina, no importa lo que pases, seguirás siendo parte de ellos. Estoy seguro de que esperan a que regreses y les asegures que todo estará bien, necesitan quien los tranquilice después de tanta conmoción.

-No lo sé, Reed... no creo que pueda hacerlo. Ni siquiera puedo pensar en eso sin que empiece a sentir las ganas de llorar, imagínate como estaré si estoy frente a ellos. Nunca me han visto así y preferiría que sigan sin hacerlo. Hasta ahora he sido una reina fuerte que sabe lo que tiene que hacer en cada momento, pero después de lo que pasó... pongo en duda muchas cosas -respondí-. Pero ya no quiero hablar sobre eso, por favor.

-Está bien, descansemos, mañana será otro día y me dirás qué quieres hacer. Pero no te preocupes, cualquier decisión que tomes estaré para apoyarte.

Besé sus labios con gratitud de tenerlo justo ahora conmigo en este momento tan delicado para mí. Su mano acaricia mi brazo antes de pasarla a mi espalda y acercarme aún más hasta él, dejé de besarlo al perder todo el aire acumulado en mis pulmones y apegué mi frente a su pecho. Podía sentir su corazón latir contra su pecho, un ritmo que conseguía calmarme con su ritmo constante. Bostecé leve y nuevamente me había quedado dormida.


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Escuchar a los músicos tocando todo tipo de instrumentos de cerca... es maravilloso, poder presenciar la armonía perfecta de todos ellos sincronizados y creando melodías grandiosas, me hace querer encontrar mi ocarina y acompañarlos. Me detuve cuando tuve que esquivar a una mujer a la que su pareja hizo girar y casi me golpea, escuché una disculpa de su parte antes de volver donde su pareja quien la hizo moverse con suavidad y gracia. Sus movimientos se veían tan fluidos que ni siquiera podía comprender cómo es que lo hacía. Una mano toma la mía y me jala, Reed me mira con una gran sonrisa mientras nos posiciona para bailar, yo lo miro con preocupación por no saber ni un poco de baile.

-Déjame guiarte.

No me quedó de otra, más que asentir. Él nos apega el uno al otro y nos mueve al son de la música, se me hizo difícil seguirle el ritmo y le he pisado un par de veces, pero al final pude agarrarle la vuelta y evitar por lo menos los pisotones, al menos si miraba al suelo. No me movía con tanta fluidez y gracia como la otra mujer, pero al menos esto era un avance. Los aplausos, la gente bailando y acompañando a los músicos con las voces, me hizo sentir mejor, me ayudó a divertirme como nunca. Estar rodeada de más personas como yo... me hizo querer sentir esto más seguido, y por eso también me hacía sentir terrible otra vez, pero no dejé que se me notara, después de todo, nos la estábamos pasando bien con Reed y no quería arruinar eso.

-¿Quieres algo para beber? -pregunta acercándose a mi oído. Asentí como respuesta al ser la música y los gritos muy altos como para hablar más fuerte que eso.

Reed toma mi mano para no perderme y me saca de en medio de la multitud para acercarme hasta los puestos de vendedores junto al festival. Reed se encarga de comprar usando esos sacos con oro dentro, ¿el oro es tan importante para los humanos? Si en mi reino abunda hasta en la decoración del castillo.

-Toma -me entrega una copa con un líquido-. Prueba esto y dime si te gusta, si no, te lo cambiaré.

Olí el contenido, era extraño, le di un pequeño sorbo y luego uno más grande. Estaba algo amargo, pero sabía bien, digo, no es la mejor bebida que había probado (aunque solo he tomado agua) pero no estaba mal.

-Está rica, ¿qué es? -pregunté volviendo a tomar otro sorbo.

-Se llama cerveza, es muy popular entre los humanos, pero no tomes demasiada, te sentará mal. No estás muy acostumbrada a este tipo de bebidas.

Asentí solamente, comprendía los riesgos, pero no el por qué de ellos. De todos modos, no es que me importe demasiado. Reed y yo nos apartamos un poco para tomar esta... cerveza, mientras hablábamos, o bueno, él hablaba y yo escuchaba sobre las tradiciones humanas y todo lo que él ha hecho. Era fascinante, más cuando al acabar nuestras bebidas, Reed le pidió prestado el violín al dueño de este y empezó a tocar junto a los demás músicos. Fue divertido en verdad, me gustaría que hubiera esto en el reino... si llegara a volver.

LA DAMA DE LOS DRAGONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora