He vivido en este castillo toda mi vida, conozco la mayor parte de este, pero es verdad que no lo he visto todo, hay zonas a las que nunca he ingresado por el simple hecho de ser una niña temerosa de los pasadizos llenos de telarañas y arañas de gran tamaño, desde entonces nunca quise entrar allí. Aunque siempre pase frente a tal pasillo al que jamás he ingresado, y es por eso por lo que siempre despierta mi curiosidad.
-¿Qué hay allí? -le pregunto a Ayris, quien se acostaba en mis hombros.
-"¿Huh? Creí que nunca preguntarías por ese pasillo, te daba miedo de pequeña" -comenta con nostalgia y un poco de diversión por recordarme como una niña tan temerosa.
-Lo sé... pero supongo que ya tengo edad para que no me den tanto miedo las arañas... pero por favor no dejes que se me suban -pedí.
-"Está bien, si te adentras por este castillo verás los restos de lo que fue hace tiempo."
Suspiré para tomar coraje y di un paso tras otro hacia la oscuridad de tal pasillo. Tengo suerte de poder ver en la oscuridad gracias a mi vínculo con Ayris. Me detuve en seco al ver una pintura, una muy grande de una mujer tan hermosa que no podría creer que no fuera una diosa o algo así.
-¿Quién es? -pregunté. Ayris salta de mi hombro para colocarse en frente y observar la pintura.
-"La Reina de Dracovia, hace seis mil años. Antes de la guerra."
-¿Dracovia había existido por tanto tiempo? Wau... -murmuré sorprendida de que este reino fuera tan viejo, pero se viera tan nuevo.
-"Sí, y la Reina Jaqueline fue la que unificó a los dragones y humanos en este reino."
Seguimos adelante hasta llegar a una puerta vieja, pero de gran tamaño. Ayris las abre para dejarnos pasar, enseguida sentí el polvo en el aire por no haber vuelto a circular algo de aire en esta habitación. Empecé a toser y cubrir mi rostro, Ayris se adelanta y se acerca a las cosas cubiertas por grandes telas viejas y polvosas. Al acabar mi ataque de tos, caminé junto a ella.
-"Esta era su habitación para estar, le encantaba pintar cuadros, leer y hacer todo tipo de cosas" -comenta mientras me muestra un caballete y varios lienzos con hermosas pinturas.
-Que hermosas -expresé con asombro-. ¿Y este dragón?
Levanté un cuadro un poco grande en donde estaba el retrato de ella misma acurrucada con un dragón de sombras, se veían felices, tranquilas. Esta pintura transmitía tantas emociones que me encantaba observarla.
-"Su nombre era Rexha" -responde ella, noté cierto atisbo de tristeza-. "Ella era mi madre."
-¿Tu madre? -observé el cuadro de nuevo-. Es muy bella. ¿Qué le pasó? Nunca me has hablado de ella o de la Reina Jaqueline.
-"No es un tema fácil de contar, aún me cuesta hablarlo..."
-Entiendo... No te preocupes -la abracé para demostrarle mi apoyo, siendo correspondida al instante.
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LA DAMA DE LOS DRAGONES
FantasyCualquiera diría que vivir tras una barrera de niebla protectora, rodeada de solamente dragones en tu propio reino, es la mejor vida que pudieras desear, pero está en la naturaleza del humano querer conocer más, querer más. Eliette es el claro ejemp...