Los días pasaron más rápido de lo que me hubiera podido dar cuenta, pronto se convirtieron en semana y enseguida se volvieron años, sin saber en qué momento había pasado, terminé mis clases y no fue necesaria ninguna tutoría o nueva enseñanza sobre cómo manejar un reino humano, ya lo conseguía hacer a la perfección.
Así como mi formación como monarca llegó a su fin, los preparativos para el nuevo reino también habían concluido, ahora se puede decir que estamos asentados por completo y en nuestro mejor momento como reino de dragones y humanos que conviven en armonía. Ver esto me da una dicha maravillosa, un gozo profundo que adoro sentir cada día. Con Reed a mi lado todo ha sido más fácil después de tantas complicaciones. Y hablando del Rey de Dracovia...
-Mi amor, ya es hora -él entra en la habitación que compartimos y se acerca sin hacer tanto ruido.
-Está bien, acabo de terminar de preparar a mis príncipes -respondí acomodando el lazo rojo de mi princesa justo antes de que Reed se la llevara.
-Es tan hermosa -comenta mirándola con tanta adoración en su mirada que me causaba ternura verlos juntos. Yo tomé a mi príncipe en brazos y me levanté para colocarme junto a él, Reed acaricia la cabeza del pequeño en mis brazos y besa mis labios-. Debemos irnos.
Asentí en respuesta, ambos salimos de la habitación y bajamos hasta las grandes puertas del castillo, las que llevaban al gran salón. Arawn nos esperaba allí, los guardias abrieron las puertas y dos filas de caballeros levantaron sus espadas para formar un pasillo para nosotros. Reed toma mi mano y juntos cruzamos aquel pasillo mientras los civiles tras los caballeros observaban y admiraban a nuestros hijos.
-Son tan bellos.
-Se parecen a sus padres.
-Lucen tan majestuosos.
Sonreí ante las palabras de los civiles. Reed y yo subimos los peldaños para llegar a los tronos, junto a estos había dos cunas. Dejamos a los niños allí justo cuando una sombra se alza sobre nosotros y por la gran ventana de atrás entran Ayris y Jadiel, seguidos de tres crías adorables. Ayris se acerca a mí y ambas juntamos nuestras frentes antes de que ella se acercara en su forma más pequeña hasta mis hijos y los mira con un brillo en sus ojos que me hacía saber que les causaba ternura. Las crías de Ayris y Jadiel estaban jugando entre ellos, pero con solo un leve gruñido de su padre ellos recuperaron la compostura.
Dejé escapar una leve risilla antes de tenderles la mano hacia ellos y dejar que se acercaran a las cunas, lo hicieron lentamente bajo la atenta mirada de sus padres. Observaron a los niños y ladearon la cabeza al mismo tiempo por no entender cómo podían ser tan pequeños. Ayris, Reed, Jadiel y yo compartimos una risa más antes de que me acercara al borde para dirigirme al pueblo presente.
-Reino de Dracovia, he aquí a los herederos. Den la bienvenida a sus príncipes quienes después de nosotros, uno de ellos gobernará Dracovia con valor y respeto, manteniendo la paz entre los humanos y dragones por la siguiente generación.
Los caballeros guardan sus espadas y son los primeros en jurar lealtad ante los príncipes e inclinarse. Los civiles hacen lo mismo y después de ellos los dragones. Entre todos muestran el respeto merecido a mis príncipes. Reed se acerca a mí y me toma por la cintura antes de dedicarme una sonrisa.
-Entonces, ¿quién de ellos es sucesor? -cuestiona.
-En Dracovia no es el primero en nacer el que asume como monarca... -ambos volteamos a ver hacia las cunas-. Es el primero que forme un vínculo con un dragón, entonces ambos pasarán a ser los siguientes líderes.
Sonreí al ver como el mayor de las crías de Ayris no dejaba de mirar a mi príncipe.
-Al parecer no hay que esperar más para saber.
Volví la mirada hacia Ayris quien estaba viendo lo mismo que yo y supuso igual. Ambas compartimos una sonrisa pues desde que el reino creció soñamos con que nuestros hijos tuvieran un vínculo, sería algo maravilloso para nosotras. Ahora sabemos que se ha cumplido al menos con uno de ellos.
Vimos como aquel pequeño dragón junta su cabeza con la de mi hijo, entonces emana una luz tan fuerte como aquella que me trajo de regreso hace unos años. Se refleja en los cristales del techo y esa luz atraviesa los reinos para volver a devolverle su esplendor. Si hace un momento todo brillaba por la buena limpieza, ahora nos deja ciegos a todos. Los líderes dragones dan un paso al frente, Efsun aparece en el salón y da el primer rugido al que le siguen los demás, pues su próximo rey estaba aquí.
Fin
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LA DAMA DE LOS DRAGONES
FantasíaCualquiera diría que vivir tras una barrera de niebla protectora, rodeada de solamente dragones en tu propio reino, es la mejor vida que pudieras desear, pero está en la naturaleza del humano querer conocer más, querer más. Eliette es el claro ejemp...