𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑿𝑿𝑿: 𝑽𝒂𝒓𝒂𝒅𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒊𝒔𝒍𝒂

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Los sombreros de paja comenzarían a caminar, buscando a la tripulación de Morack y Shanks, adentrándose en la selva, aunque Sanji iba tomando algunos ingredientes que encontraba conforme caminaba mas y mas, ya que le serian de mucha ayuda para sus futuros platillos, siendo ayudado por Usopp.

Zoro: Espero que tengas suficiente espacio en esa bolsa, o tendrás que dejarla- le dijo a Sanji.

Sanji: ¿Crees que te haré caso?- pregunto.

Nami: Chicos, dejen de pelear, o tendrán que regresar al barco- les ordeno.

Usopp: Nami tiene razón, ¿Que tal si regresamos al barco y esperamos a que la joven pirata y su hermano vengan a buscarnos?- pregunto tratando de convencer a la tripulación.

Nami observo a Luffy, quien se mostraba apresurado y preocupado, no dejaba de caminar a paso veloz, así que le hablo.

Nami: Luffy, tal vez debamos descansar, ya llevamos un rato caminando, ademas, si seguimos así, los chicos se mataran antes de llegar con Shariza- dijo preocupada.

Luffy: No podemos, debemos seguir- dijo tratando de mover algunas ramas que le impedían el paso- No puedo dejar de buscarla, no quiero que le pase nada- dijo preocupado.

La joven navegante solo pudo observarlo algo cansada y preocupada, así que siguieron caminando, adentrándose cada vez mas entre los arboles.

A lo lejos de donde ellos se encontraban, otro barco pirata había sido arrastrado por la tormenta que hubo la noche anterior, era el barco de Alvida, tanto ella como Buggy y su tripulación estaban en la arena a la orilla del mar, su barco estaba un poco destruido.

Alvida: Maldición ¿Ahora que haremos sin barco?- pregunto molesta al payaso, para luego acercarse a él y tomarlo a la fuerza de la camisa- Tú, pagaras por mi barco-dijo.

Buggy: Oye, oye, no es para tanto, mira, mira- dijo, para luego señalar algo que estaba algo enterrado en la arena, a lo que Alvida lo soltó y él se acerco a ver que era lo que estaba enterrado, dándose cuenta de que era la bandera de la tripulación de los sombreros de paja- Estamos cerca de ellos- dijo mientras tomaba aquel pedazo de tela- Traigan al prisionero-le ordeno a sus hombre, haciendo que trajeran a Stede- Muy bien, tenias razón en lo que dijiste, ahora dime, ¿Hacia donde pudieron haber ido el chico de goma y su tripulación?

Stede solo pudo observar al payaso de manera seria, para después guiarlo hacia adentro de la selva en aquella isla.

Las cosas parecían tomar un rumbo distinto, primero la tormenta, luego el encuentro de ambos jóvenes con su padre, el hallazgo de el Azul Infinito, y ahora los enemigos de los sombreros de paja. Mientras eso pasaba, en donde se encontraban ambos hermanos, Morack solo observaba de manera seria a su padre, mientras que su hermana procesaba todo lo que estaba pasando.

Shanks: Nunca hemos tenido visitas, ojala pudiera darles la mano, pero la tengo atada en la espalda- dijo, sacandoles una risa a su propia tripulación.

Morack saco su espada y corrió hacia su padre, pero en eso Shanks saco su espada para defenderse de su ataque, ambos comenzaron a pelear, todos observaban la batalla, parecía que Morack sabia que ataques veían hacia él de parte de Shanks, pero Shanks se mostraba listo, poco a poco le fue ganando, logro derribarlo en el suelo y cuando estaba a punto de apuñalar al joven capitán, se detuvo, para luego mostrar una sonrisa.

Shanks: Vaya que tienes agallas, hasta podrías unirte a mi tripulación por tu manejo de la espada, ¿Que dices?- le pregunto.

Morack: Jamas, mucho menos después de que nos abandonaras- respondió molesto aun en le suelo.

Shanks: ¿Qué?- pregunto en shock.

En ese instante, se dio cuenta de que aquel joven era su hijo mayor, aquel que abandono en aquella isla junto con su hermana y su madre, apartando de un momento a otro la espada con la que estaba apuntando al joven capitán. Shariza se acerco a su hermano quien yacía en el suelo.

Shariza: Hermano, ¿Te encuentras bien?- dijo preocupada mientras ponía su mano en la mejilla de su hermano.

Morack: Estoy bien- dijo logrando tranquilizarla.

Shanks, el pelirrojo, pudo percatarse de el parecido que tenia la joven con su esposa Miriam, pero está tenia cabello anaranjado y ojos marrones, ahí supo que esa joven era su hija Shariza. En ese momento varios recuerdos comenzaron a llegar a su cabeza, el nacimiento de ambos, sus primeros pasos, la familia feliz que eran en aquella pequeña isla. Pero con ello también llegaron los recuerdos tristes, el día que los abandono y los vio por ultima vez antes de embarcar.

Soltó su espada y corrió directo a ellos, logrando abrazar a ambos, Morack se mostraba en shock, mientras que Shariza estaba feliz pero con varias lagrimas cayendo por sus mejillas, feliz de volver a ver a su padre, todo esto siendo presenciado por la tripulación de Shanks y Morack, quienes se mostraban conmovidos por tal escena.

Shanks: Hijos, me alegra mucho verlos- dijo mientras los abrazaba, para después separarse del abrazo- No saben cuanto desee poder verlos de nuevo- dijo mientras limpiaba las lagrimas de su hija.

Shariza: Nosotros también deseábamos verte de nuevo papá, ¿Verdad Morack?- le pregunto a su hermano, a lo cual él no contesto.

En eso, Morack se levanto de prisa y comenzó a caminar, tratando de alejarse de su padre y su hermana.

Shariza: Hermano, espera- dijo tratando de seguirlo, logrando alcanzarlo y poniendo su mano en su hombro- Hermano, ¿Que te pasa?- pregunto preocupada.

Morack: No es nada, solo quiero estar un momento solo- dijo para luego seguir caminando.

Shariza: Pero Morack...-estaba por ir corriendo hacia él, pero fue detenida por su padre, quien puso su mano en su hombro.

Shanks: Hija, déjalo, no es fácil para él volver a verme, necesita algo de tiempo- dijo logrando convencerla de dejarlo solo por unos minutos.

La joven solo opto por observar como su hermano se alejaba. El joven capitán, Morack, llego hasta la orilla del mar, para luego observar el agua cristalina del océano y comenzar a recordar lo que había pasado, desde el abandono de su padre, hasta la perdida de su madre cuando era tan solo un niño.

 El joven capitán, Morack, llego hasta la orilla del mar, para luego observar el agua cristalina del océano y comenzar a recordar lo que había pasado, desde el abandono de su padre, hasta la perdida de su madre cuando era tan solo un niño

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𝟏.|𝑶𝒏𝒆 𝑷𝒊𝒆𝒄𝒆: My Sails Are SetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora