~Capítulo XIV~ (Y aviso)

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Al llegar a casa su suegro se quedó en la sala hablando con su esposa y Klaha fue a la habitación de Mana, él estaba de rodillas haciendo una oración para que todos los males se vayan y también lo hacía por sus pecados.

Los calmantes no le habían hecho tanto efecto, por eso ya estaba despierto tratando de que nada lo atormentara.

Klaha lo levantó del suelo una vez que terminó, se lo veía tan cansado. Tocó el vientre de Mana y le dio un beso, no sabía que le iba a deparar el futuro a ese bebé, no quería que le pase nada.

Se sentaron en la cama para charlar, después de todo tenían que darle la noticia de su internación en contra de su voluntad pero si las cosas seguían así podría ser peor para todos.

-Mana, fuimos al sanatorio mental y hablamos con el doctor sobre tu caso. En unos días van a venir a buscarte.

-No quiero ir a ese lugar, déjenme en paz porque yo estoy bien, no insistan en arruinarme la vida.

-Sé que tienes miedo por lo que le pueda pasar al bebé y yo también porque es mi hijo quieras o no, pero podría ser peor ¿Y si le haces daño?

-Tú ya no me amas y quieres deshacerte de mí. Ya disfrutaste de mi cuerpo por eso quieres encerrarme en ese sanatorio.

-Cariño, yo te amo más que a nada en el mundo y no sabes como me muero de deseo cada vez que estás frente a mí, sin embargo estoy pensando en tu salud.

Mana quería manipularlo pero Klaha no podía rendirse a sus encantos, ahora debería ponerse firme con respecto a sus sentimientos, amaba a Mana y le pediría el divorcio a Cecil pero así no podía seguir.

-Sólo quiero ser feliz. -dijo Mana- Cuando creo que ya todo pasó, aparece algo que me aleja de ello y una desgracia vuelve a aparecer, tal vez debería terminar con mi vida una vez que tenga a mi bebé.

-Ya te dije que no hables así. -Klaha tomó los hombros de su amante apretando con fuerza- Si sigues con esa absurda idea entonces sí te dejaré y no me casaré contigo.

-¿Lo ves? Estás ansioso por dejarme, tú no me amas.

Klaha le dio un beso en los labios, quería demostrarle que jamás se iría de su lado y con ese beso puro quería sellar una promesa de amor.

Decidió no insistir con el asunto de llevarlo a ese lugar, no quería alterarlo y que termine en algo peor porque tenía miedo de que le haga algo a Cecil o cualquier persona que esté en la casa.

Una vez terminaron el beso Mana estaba más calmado pero lo miraba con decepción y sí, tenía toda la culpa del mundo por haberle dicho eso sin hablarlo bien con él, no tendría que haber llegado así sin más a decirle esa noticia.

Parecía que tenía una maldición para esto porque siempre que le daba una mala noticia terminaba en una discusión.

-¿Cómo puedes decir que no te amo cuando te lo he demostrado varias veces? ¿Cómo puedes decirlo cuando me importó una mierda enterarme de tu secreto? Amor mío, eres lo más importante que tengo y quisiera irme lejos contigo para que no sufras más, estoy arriesgando mi matrimonio por ti, entonces ¿Cómo dices que no te amo? Estoy enamorado de ti, me vuelves loco.

-Klaha, yo ya no sé lo que digo, lo siento. Tengo mucho miedo y sé que estoy mal de la cabeza pero prefiero no aceptar ese tratamiento antes que perder mi libertad, además me volvería realmente loco si te pierdo.

-Nunca vas a perderme, estaré contigo siempre ¿Quieres bajar a tomar un té?

-Eso me haría bien.

-Ahora bajemos. -Klaha acarició la mejilla de Mana y le dio otro beso, pero en ese instante Cecil entró a la habitación- Eh, Cecil yo te lo puedo explicar.

Bara no konrei (Mayonaka Ni Kawashita Yakusoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora