~Capítulo XV~

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Era medianoche y ya estaban durmiendo, se tuvieron que asegurar que Mana tomara sus medicamentos para poder dormir. Él estaba cansado de tantas pastillas así que se lo tomó de mala manera.

Klaha se despertó porque sintió a alguien sentado a su lado, como había dicho se había dormido en el sofá aunque prácticamente Cecil lo amenazó con ahogarlo con la almohada. Sonrió al ver que era Mana tocando su vientre a lo que él también había hecho eso, le gustaba tocar a su bebé en el vientre del hombre que más amaba en el mundo.

Se dieron un beso en los labios y permanecieron así un par de minutos hasta que Mana comenzó a acariciar el rostro de Klaha.

-Duerme conmigo.

-Me gustaría pero es un espacio muy chiquito y no voy a caber por nuestro hijo. -le dijo Mana.

-Invítame a tu habitación. -Klaha acarició a su amante- Era broma ¿Qué haces aquí? O sea, sentado junto a mí.

-Bajé para tomar un té pero te vi dormido y no me pude contener, te ves tierno. Descansa, yo iré a preparar eso y después voy a la cama.

-Como digas, te amo mucho. Ya no veo la hora de que seas mío en alma y cuerpo, en verdad quiero casarme contigo. -Mana le sonrió, entonces se puso a pensar lo horrible que iba a ser verlo en ese lugar.

-No sabes cuanto espero a que eso suceda, quiero ser tu esposo y tener al menos cuatro hijos.

-Cuatro, cinco, diez, los que me pidas porque soy capaz de todo por ti, te lo prometo. -Klaha le dio otro beso y sonrió.

-Duerme.

Klaha cerró los ojos y logró volver a dormirse, cuando había despertado ya era de día. Su suegro lo estaba viendo como si lo fuese a juzgar, él enseguida se sentó en aquel sofá.

Estaba asustado por lo que diría su suegro, a veces Minoru podía ser severo con las cosas que no le gustaban.

-Señor, buenos días. -dijo Klaha estirando su cuerpo- Mi espalda me está matando.

-¿Hubo algo de lo que no me enteré? Cecil y Carol están durmiendo así que di la verdad.

-Ayer besé a Mana y Cecil nos vio, digamos que no me fue nada bien. -en ese instante mostró su mano- Eh, le pedí el divorcio porque no puedo más señor. Ella me pareció una linda chica, hasta puedo confirmar que me enamoré pero Mana, él es el amor de mi vida.

-Klaha, como padre mi deber es ayudar y apoyar a mi hija, convencerte de que lo que me acabas de decir es la idiotez más grande que escuché en la vida, pero he de confesar que nunca apoyé su relación contigo. Se te notaba a kilómetros que eres, bueno, de gustos refinados.

-No me gustan los hombres, Mana es un caso especial. -Klaha suspiró profundo- Cuando nos miramos, nos besamos. Cuando me habla de cuántos hijos quisiera tener y de que quiere abrir un restaurante. Cuando lo tengo en mis brazos mientras hacemos el amor. Quiero eso, estar con él para siempre.

-Hazlo, y Klaha creo que debes saber algo que yo siento, en mi opinión, Cecil no está embarazada ya que no la veo muy entusiasmada con el bebé.

-No, yo sé que puede no estar ilusionada y esas cosas pero tampoco voy a decir que no está embarazada.

Escucharon pasos entonces dejaron de hablar, Klaha acomodó el sofá y luego volteó a ver que Carol bajaba con una bandeja en la mano, esta tenía té con algunos huevos revueltos.

-Cecil no quiso desayunar, se despertó con muchas náuseas. -dijo Carol- Estaba pensando en que podíamos salir un rato a pasear para calmar a los embarazados, a Mana le haría bien un poco de aire libre.

Bara no konrei (Mayonaka Ni Kawashita Yakusoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora