~Capítulo XXI~

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~Meses atrás~

Klaha se había levantado para ir a la habitación en la que estaba Mana porque lo que habían hecho no era suficiente, necesitaba pasar la noche junto a él aprovechando que su esposa tenía el sueño pesado.

Cecil sintió que él se levantaba así que esperó unos segundos para ir detrás de él, tenía muchas sospechas respecto a lo que hacía su esposo.

Se puso el camisón, salió de su cuarto y se acercó al de Mana oyendo la conversación, eso le había hecho trizas el corazón porque sus sospechas eran ciertas, Klaha tenía algo con él.

Pensó en entrar y luchar por su matrimonio pero si su esposo lo amaba como él decía entonces no podía hacer nada al respecto. Dejaría a Klaha ser feliz con la persona correcta, no podía interferir en sus sentimientos.

Volvió a su habitación y agarró sus maletas preparando toda la ropa para irse de la casa porque le haría mucho más daño verlo junto a Mana.

Se sacó el anillo de bodas para dejarlo en la cómoda, después agarró papel, tinta y pluma para escribirle una carta a Klaha. Cubrió su rostro mientras comenzaba a llorar por esa traición, tal vez no debían haberse casado.

"Klaha:

Esta noche he descubierto que amas a otra persona, así que con mi corazón en la mano te escribo esta carta para despedirme de tu vida. Créeme que me duele porque sí te amé y sé que tú me quisiste alguna vez, te dejo el camino libre para que tú y Mana sean felices.

No te guardo rencor, te guardo mucho cariño porque fuiste el hombre que me ha llegado a gustar en mucho tiempo, si alguien pregunta por lo nuestro les diré simplemente que no funcionó, por favor sé feliz y yo trataré de serlo sin ti.

A mis padres diles que me fui por un tiempo para pensar y hacer mi vida sin que nadie me moleste. Siempre te voy a amar mi querido Masaki, au revoir.

Cecil".

Dejó la carta en dónde había dejado el anillo y agarró su maleta pero de repente las ventanas se abrieron por el viento ¿No las había trabado? Eso no era posible porque Klaha se encargaba de asegurarlas.

Volteó a ver y se encontró con ese sujeto que la había secuestrado esa horrible noche. Quiso huir, también iba a gritar pero Yu~ki la tomó para cubrir la boca de inmediato.

-Sh, no hagas ningún ruido porque tendré que matarte... Te necesito Cecil. -se puso frente a ella aún con la mano en la boca de esa mujer y la miró a los ojos- Voy a quitarte mi mano pero promete que no vas a gritar. -Cecil asintió- Okay.

-¿Qué quiere de mí? Usted fue asesinado por mi esposo.

-Pff ese inútil para lo único que sirve es para meterte los cuernos. -dijo Yu~ki y Cecil bajó su rostro- Mana está en deuda conmigo así que si te unes a mí podremos vengarnos, tú vas a recuperar a tu esposo y yo obtendré mi paga.

-No, ni loca me uno a usted para hacerle daño a otras personas que sí se aman.

-Eres tan buena, así como lo era mi esposa. -se acercó a la cómoda tomando la carta y se la entregó a Cecil- Vamos, rompe esta cosa y únete a mí.

Tomó la carta fuertemente, jamás sería una mala persona como ese hombre quería porque sus padres la criaron con valores y sabía que le había dicho cosas feas a Mana en la mañana pero se arrepentía ya que ella jamás le faltó al respeto a nadie.

-¡Kl...! -Un cuchillo fue enterrado en su pecho atravesando su corazón, las lágrimas comenzaron a caer al igual que la sangre de la herida haciendo que la carta se manche un poco.

Bara no konrei (Mayonaka Ni Kawashita Yakusoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora