~Capítulo XIII~

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Al día siguiente Cecil y Klaha habían ido a buscar la ropa de Mana, ella estaba impresionada por la cantidad de ropa que había, también tenía algunos dibujos de Közi junto a unas niñas, se los mostró a su esposo tratando de no llorar.

Decían que era alguien fuerte pero no tanto ya que poco a poco parecía que estaba cayendo en la locura. Al regresar a su casa Mana estaba tomando el té con los padres de Cecil, lucía un poco mejor que el día anterior.

Klaha subió a la habitación en la que se quedaría Mana y dejó toda su ropa sobre un mueble, luego bajó de nuevo para unirse a su familia.

Carol estaba atenta a todo, la noche anterior los había visto hablar sobre cómo serían los nombres del bebé. Pero era una conversación inocente, significaba que Mana estaba diciendo la verdad y lo de ellos dos había terminado, eso le alegraba muchísimo ya que al fin serían un matrimonio sin mentiras.

Todo iba normal hasta que la tensión se comenzó a notar, Cecil miraba a Klaha como si fuera que estaba marcando territorio.

Mana por su parte no le dió mucha importancia porque de repente comenzó a escuchar voces. Miraba para todas partes y decía que se callen. Cubría sus orejas para no oír nada.

Sin embargo esas voces estaban en su cabeza, la madre de Cecil lo tomó de la mano y fueron a la habitación para acomodar la ropa que habían traído. Eran telas muy finas, era obvio que le iba bien en esas cosas aunque casi toda su vida lo vio con aquel hábito.

Mana no paraba de voltear su cabeza, estaba fuera de sí y aunque Klaha le había dicho la noche anterior que debía internarse unos días al menos, no quería eso ni que fuera por su bien.

-¿Estás bien?

-No, últimamente he tenido sueños raros. Cuando despierto, escucho voces todo el tiempo y veo sombras. Quieren hacerme daño señora.

-Esto es raro pero quizás es porque pasaste tantas cosas en tu vida que solamente estás cansado.

-Yu~ki quiere matarme, él me hace sufrir siempre desde hace años. Yo no quiero irme con ese hombre.

Definitivamente Mana estaba cayendo en la locura, Carol lo vio muy nervioso así que lo sentó sobre la cama y suspiró profundo pensando en la conversación que había tenido él con su yerno.

-Mana ¿Por qué no vas al sanatorio unos días? Ahí te van a tratar bien.

-No, quieren deshacerse de mí y en ese lugar será más fácil. -agarró las manos de Carol y la miró a los ojos- Yo no estoy loco, no lo estoy, ellos quieren matar a mi bebé.

-Cariño, nadie quiere hacerte daño ven. -Carol le dió un abrazo y después acarició el rostro de Mana al soltarse- Tienes miedo y lo comprendo porque tus hijas están muertas, Közi también, lo único cercano que tienes es a Klaha aunque ya terminaron su relación pero trata de estar bien.

-Quieren acabar conmigo.

-Mira, hagamos un trato. Si tú tratas de estar tranquilo estos días no vamos a ningún lado, no quiero que estés encerrado en un lugar que probablemente te harán sentir peor.

-Okay ¿Pero qué puedo hacer mientras tanto para que no me lleven a ese lugar? Quizás podría encargarme del jardín, tengo buena mano con las flores.

-¡Por supuesto! Eso es bueno, ahora acomodemos esto porque es un desastre, algunos hombres no saben que es el orden, mira como Klaha dejó todo tirado aquí.

-Bueno, hizo lo que pudo. -dijo y después tocó su vientre- Me duele un poquito aquí ¿Será que está bien?

-Por eso debes estar bien, tu pequeño ya siente todo lo que tú sientes.

Bara no konrei (Mayonaka Ni Kawashita Yakusoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora