Bara no konrei (Mayonaka Ni Kawashita Yakusoku)

~Capítulo XVI~

Estaba a punto de caerse pero Klaha logró agarrarlo impidiendo que suceda lo peor, Mana se negaba a que lo toque aunque poco a poco fue cediendo y finalmente se tranquilizó. La gente se había ido dejándolos solos junto a Minoru también quien ayudó a los dos a pararse.

Ambos tomaron suavemente de los brazos a Mana y comenzaron a caminar, Klaha lo llenaba de besos en la cabeza, en los labios e incluso en la frente. Era la única manera en la que se podía disculpar por acabar con su libertad.

Ninguno de los tres hablaba, los tórtolos iban abrazados. Minoru no dejaba de reír por lo cursi que se veían los dos, Klaha también comenzó a reírse.

Cuando llegaron al lugar, Klaha agarró el brazo del otro con fuerza y lo miró a los ojos por un rato, era más difícil para él que para el propio Mana.

—¿En dónde estamos?

—Cariño, hemos tomado una decisión y no puedes seguir así. Lo mejor es que pases unos cuantos meses en este lugar.

Dos médicos salieron del lugar y agarraron a Mana por los brazos de manera brusca, no eran nada delicados.

—No ¿Quiénes son ellos? ¿A dónde me llevan? ¡Klaha, ayúdame, no dejes que me alejen de ti! ¡Tú y yo nos vamos a casar!

—Y lo haremos, pero tienes que recuperarte.

—¡Yo no estoy loco, suéltenme!

Klaha veía como se lo llevaban mientras Minoru le decía que todo iba a estar bien pero él sólo comenzó a llorar. Una vez que ingresaron a Mana al lugar, ellos hicieron el trámite correspondiente.

No paraba de pedirle perdón a Közi por romper la promesa de protegerlo, estaba haciendo lo contrario y eso era lo que más le dolía.

Mientras tanto, a Mana lo habían llevado a una habitación. Él comenzó a golpear a todos los que se le acercaban incluso a morderlos con fuerza como si fuera a arrancarles un pedazo de piel. Tuvieron que agarrarlo entre dos más para tratar de calmarlo, cosa que no funcionaba.

—Trata de mantener la calma o haremos esto por las malas ¿Entiendes?

—Puta, es usted una puta y todos los que están aquí ¡Déjenme o los mato!

—Entiende que será más difícil para ti y para lo que llevas en el vientre. —la mujer se ganó un arañazo por parte de Mana, entonces suspiró— Traigan el sedante más fuerte que haya.

—No voy a tomar nada ¡Klaha, ven conmigo, me van a lastimar! ¡Cariño ven!

—Dios, a pesar de que eres delgado tienes mucha fuerza. —un enfermero se acercó con una inyección entregándolo a la mujer— Tú no te muevas, estarás bien.

—Ni se le ocurra acercarse a mí con eso. —tomaron con más fuerza su cuerpo logrando que deje de moverse— ¡Basta, no quiero!

—Sh, todo va a estar bien. —la doctora logró inyectarle el sedante y vio como Mana dejaba de luchar— Tranquilo joven.

—Mi prometido, q-quiero a mi prometido. Klaha.

Quedó completamente dormido y lo llevaron a la cama, después de eso la mujer salió para ir hacia la oficina del director del hospital en dónde se encontraba Klaha junto a su suegro.

—Ya pudimos calmarlo, lo más seguro es que duerma hasta mañana.

—¿Dormir? ¿Qué fue lo que le hicieron? Él está embarazado maldita sea.

—Señor mire lo que me hizo. —dijo aquella mujer mostrando su mejilla— Y no sólo yo, dos enfermeros fueron mordidos por él así que no se queje, es un peligro dejarlo como si nada.