~Capítulo XVII~

73 5 29
                                    

Cuando los efectos de la medicación habían pasado, Klaha ya no estaba ahí y Mana comenzó a ponerse agresivo de nuevo, no tanto como la vez en la que entró pero aún así debían controlarlo. Habían sido horas con esa droga encima, dos días con exactitud en las que estaba en las nubes.

Dos enfermeras lo habían agarrado del cabello y lo llevaron hacia las duchas. Le quitaron toda la ropa y le arrojaron agua fría para que deje de lado esos berrinches. Él les pedía por favor que se detuvieran.

Ellas parecían disfrutar hacerlo sufrir de esa manera. Mana tenía mucho miedo y sentía que esas dos le harían la vida imposible así que debía comportarse para que no le hagan nada.

Le dieron otra ropa y él salió temblando pero lo llevaron a su habitación, una psicóloga entró junto a él, era lo único que le faltaba.

-Buenos días ¿Cómo te sientes?

-Cansado, tengo mucho sueño ¿A usted qué le importa? Déjeme solo.

-Bueno Mana, me importa porque yo trabajo aquí y eres mi paciente, si no hablas conmigo no sabré cual es tu problema. Si me ayudas, llegaremos al centro de la enfermedad.

-Yo no estoy loco, estoy estresado porque nadie me cree y es difícil. La esposa de mi prometido me violó, ella le quiere hacer daño a mi hijo, ella junto al conde.

-Oh. -la mujer comenzó a anotar en la libreta- ¿Estás seguro de eso?

-¡Ella abusó de mí, quieren hacerme creer que es un sueño pero no! Me toca, me besa y se sube encima de mí.

-Cuéntame más sobre eso y el supuesto conde ¿Quién es ese sujeto?

-Un hombre que hace 300 años me convirtió en un vampiro y a mi pareja también.

-Interesante. -dijo mientras seguía anotando- ¿Cómo llegó a convertirte en vampiro?

-Mataron a mis hijas y yo me maté porque no quería que mi pareja cargue con mi dolor, él también la pasaba mal. Cuando desperté todo estaba hecho.

-Tienes mucha imaginación Mana, nadie vuelve a la vida lamentablemente.

Él se levantó y fue hacia la psicóloga pero antes de poder hacerle algo comenzó a escuchar esas voces. Respiró profundo, después comenzó a gritar cubriendo sus oídos. La mujer llamó a un enfermero para que le diera una inyección pero Mana se pudo tranquilizar al instante.

Eso se lo había enseñado Carol antes de la tragedia con el padre, quería ver a Klaha, lo necesitaba. Quería besarlo, tenerlo junto a él para que nadie le hiciera daño.

-Klaha, q-quiero a Klaha señorita. Por favor llamen a mi prometido.

-Él estuvo ayer aquí. -Mana la vio con una expresión de confusión- Cuando estabas bajo los efectos de la medicina que te inyectaron, él estuvo un rato contigo. Si no lo recuerdas es porque estabas muy dopado.

-Necesito verlo por favor, tengo que hablar con él. Le juro que no me voy a alterar y todo estará bien pero quiero estar al lado de mi prometido aunque sea unos minutos sin ninguna droga de por medio.

En ese momento, una chica llegó con las medicinas de Mana. Eran algo para que las alucinaciones no ocurran.

Se las tomó sin problemas y le mostró a todos que sí se lo había tragado, seguramente podía conseguir que confíen un poco en él después de todo. La psicóloga sonrió, le entregó un papel y bolígrafo a Mana para que le escriba a ese hombre.

-"Klaha ven, te estoy esperando para hablar. Ya estoy consciente y tomé mis pastillas, espero que puedas venir a mi lado. Te amo mucho, Mana" Listo, por favor asegúrense que lo reciba mi prometido y nadie más, él tiene el cabello hasta aquí.

Bara no konrei (Mayonaka Ni Kawashita Yakusoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora