~Capítulo IV~

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Közi estaba en un pueblo alejado de su amado Mana, lo extrañaba mucho y deseaba estar con él ya que presentía que le pasaba algo.

Habían pasado dos días desde que se fue de su lado y no supo si regresó bien o lo descubrieron, se decía que fue muy tonto al abandonarlo en un lugar tan lejos. No podía dejar lo que estaba haciendo pero su miedo era muy grande, no quería pensar en lo peor.

El ruido de la puerta hizo que se acerque para ver qué querían, odiaba las interrupciones y más cuando eran desconocidos. Pero al ver a ese sujeto por la mirilla vestido con un uniforme supuso que era algo totalmente importante.

Abrió la puerta siendo un poco atacado por la luz del sol y se acercó más a ese hombre que tenía un sobre en su mano.

-Carta para Közi.

-Soy yo. -agarró el sobre y sacó la carta para ver que decía.

A simple vista supo que era su hermoso amante, era su letra y la reconocería entre muchas. La leyó y su cuerpo se puso muy tenso al saber que estaba enfermo, debía estar con él para cuidarlo, dedicarse a su bonito Mana.

-Dígame ¿Está usted desocupado? -preguntó Közi.

-Oh sí, de hecho fue la última carta que entregué ¿Necesita algo?

-Quiero entregar algo yo también, espere un segundo no tardaré.

Fue por papel y pluma para escribirle algo, si era lo que pensaba estaría muy feliz pero seguramente su pareja tomaría una decisión sobre eso.

"Mi amado Mana.

Al leer esta carta mi corazón se aceleró, estar lejos de ti es una tortura y ahora más que me entero de tu enfermedad pero confío en que te vas a recuperar, eres fuerte ¿Ya fuiste a una revisión? Espero que sí, no dejes eso fuera de tu importancia. Cuando nos veamos podremos ponernos al día con las cosas que nos pasaron. Si pudiera estar contigo cuidándote estaría feliz.

Aliméntate bien y recuerda que te amo, te extraño entero. Mi cuerpo y mis labios también, te quieren de vuelta junto a mí.

Con amor, Közi"

Terminó de escribir y le echó un poco de su perfume, luego le dio la carta a aquel hombre diciendo que quería que llegue lo más pronto posible para que su amado sepa sobre él.

-Muy bien señor, será entregado con urgencia.

-Casi lo olvido, tome. -dijo Közi mientras le daba algunas monedas de oro- Se lo agradezco.

-Es usted muy generoso.

El hombre subió a su caballo, metió la carta en su bolso y luego se marchó dejando a Közi con culpa porque mientras Mana estaba enfermo, él se estuvo divirtiendo dejando al lado sus responsabilidades.

-Ya sentí tu presencia, sal de tu escondite. -dijo Közi y se volteó para ver al conde- ¿Qué quieres?

-Ten respeto por tus superiores. -le contestó Yu~ki y se acercó de manera veloz a él- Esto no es un parque de diversiones y ustedes dos no pueden hacer lo que se les da la regalada gana.

-No comprendo a que se refiere, he hecho mi trabajo como prometí y estoy pagando mi maldita deuda.

-No es suficiente, sabes lo que te vengo pidiendo hace mucho. Si Mana no se entrega a mí sufrirá mucho.

Bara no konrei (Mayonaka Ni Kawashita Yakusoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora