~Capítulo XXIV~

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Mana desde esa vez en la que despertó llorando, se la pasaba en la cama diciendo que no se sentía bien pero a ratos se levantaba para hacer su vestido y en cuanto Klaha quería entrar a la habitación, lo escondía debajo de las telas para que no lo vea.

Carol lo ayudaba con todo mientras Minoru y Klaha se encargaban de los niños cuando estaban fuera del trabajo.

En un momento Mana estaba tan distraído que no notó la presencia de su futuro esposo y entonces Klaha logró verlo. El otro obviamente casi enloqueció porque era muy supersticioso en ese caso.

-Lo siento lo siento, no ví nada. -Klaha cubrió sus ojos y giró para no ver.

-Cariño ¿Por qué no tocas? -cubrió su vestido y después suspiró- Ya puedes voltear.

-Okay amor. -Klaha volvió a darse la vuelta y fue hacia Mana- ¿Te sientes bien?

-Me duele un poco la cabeza pero seguro es por el trabajo que estoy haciendo aquí amor. -dijo- Ya sabes, me estoy esforzando mucho.

-Oh cariño.

Lo cargó en brazos y lo llevó a la cama para que descansara mientras acariciaba su rostro. Mana era hermoso incluso cuando enfermaba, seguramente sería el novio más lindo de todo el mundo.

-Aún faltan meses para nuestra boda, no tienes que apresurarte y además yo iba a contratar a un modista para que te lo haga personalmente.

-Quiero entretenerme con algo cuando los niños no están cerca mío. Me he sentido muy ansioso.

-¿Se trata de lo que ocurrió el otro día? -Mana asintió y comenzó a llorar- Mi vida no tienes que llorar.

-Soñé con Közi y te aseguro que fue el sueño más bonito que he tenido, él me dijo que está feliz por mí, por nuestra familia y que espera a que tenga muchos hijitos parecidos a mí.

-Eso es maravilloso porque entre tanta tormenta pudiste ver el sol. -besó los labios de su prometido y le dió otro beso en la frente- Estoy muy orgulloso de ti, porque pudiste superar esos obstáculos que impedían tu felicidad.

-Mi felicidad será completa cuando al fin seamos esposos. -llevó una mano al rostro de su prometido y sonrió- Quiero compartir la habitación contigo amor, que me hagas tuyo cada noche y que me digas cuánto me amas.

-Debemos ser pacientes, Dios Manabu si supieras cuántas veces me masturbo en las noches pensando en ti, te quiero en mis brazos ya.

-Te prometo que en menos de lo que esperas ya estaremos casados.

-¿Sabes? Creo que me estoy olvidando de algo importante.

-Aunque no lo creas también yo, no debe ser nada del otro mundo así que seguiré descansando.

Klaha le dio otro beso y bajó hacia la cocina después de haber olido algo dulce, quizás a Mana le guste porque después de todo en una hora tenían que desayunar.

-Se ve delicioso Carol ¿Puedo agarrar una rebanada?

-No, ni se te ocurra y menos hoy.

-¿Qué tiene que sea hoy? No entiendo nada.

-¡Dios, que pésimo yerno tengo y pobre de mi hijo! Hoy es el cumpleaños de Mana, 26 años.

-Santo cielo, lo olvidé por completo, es que con la boda y su enfermedad yo lo pasé por alto. Que pésimo novio soy, mh como recompensa le voy a regalar un vestido que ví la otra vez y unos pastelillos junto a sus flores favoritas.

-¿En dónde están los bebés y Emily?

-Todavía duermen, en su habitación.

Klaha agarró su abrigo y salió de inmediato mientras Carol terminaba de hacer el pastel de cumpleaños, tenía que preparar lo mejor para hacer sentir bien a Mana porque después de todo él seguía teniendo miedo y tristeza.

Bara no konrei (Mayonaka Ni Kawashita Yakusoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora