29/03/2004

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(Gerard)

Frank me dijo que prefería tomar un tiempo, que no tendría que preocuparme más por él. ¿Estaba hablando en serio? Él mismo lo sabía, Frank era imposible de ignorar. El cómo reaccionó después del beso fue, en parte, entendible..., solo soy un hormonal que se deja guiar por sus impulsos. Tal vez volví a interpretar las cosas, debía tenerlo claro antes de realizr cualquier movimiento, pero mis instintos actuaban por sí solos. Lo que más me extrañó fue haber admitido que pensó que también le gustaría, entonces, ¿estaba dispuesto a corresponderme? En ese entonces tenía demasiadas interrogantes rodeándome, y las indirectas que Frank me mandaba eran más difíciles de desceifrar que un jeroglífico, más difícil que intentar entender chino a la primera.

Por las palabras que soltaba (según yo, al azar), tenía algo que ver con su padre y el día que quedamos en vernos y no pudimos, un jueves en la noche. Entre todos sus balbuceos, distinguía los "lo siento", y "es culpa mía". Estaba llorando, no derramó lágrimas..., tampoco las necesitaba para saber que estaba aun más roto por dentro. Dentro de esa conversación, nada pude dejarlo en claro, de un momento a otro dijo que sería mejor cambiar de tema, que no estaba listo aún. Yo intento, quise saber el porqué de sus acciones, pero tenía que limitarme a solo ser un peón en su campo de juego, en el tablero de su mente.

Me prometí permanecer a su lado el mayor tiempo posible incluso si eso implicaba mi deterioro emocional. No sabía el porqué, no fui capaz de ver más allá de mis deseos egoístas, camuflados de intenciones generosas. Todo lo que quería para mí era permanecer a su lado y ser correspondido, dejar de lado nuestros traumas e irnoa a vivir a un sitio muy lejano a lo que vivíamos. Recuerdo cuanto tocamos el tema por primera vez, porque fantasear nunca estaba de más. Y ahora, en serio pienso que hubiese sido mejor que todo se quedase en eso, una fantasía.

―¿No te imaginas? ―pregunté, mirándolo a los ojos, pese a que los suyos se fusionaban con las pocas estrellas visibles, la contaminación impedía dislumbrar el brillo del cielo.

―¿A qué te refieres?

―¿Estarías dispuesto a abandonar todo...? Irnos, tal vez al campo o qué sé yo ―reí, algo avergonzado, no me di cuenta de lo ridículo que sonaba eso―. Ah, lo siento ―hablé, cuando noté el tono de mis palabras.

―No es del todo loco, también lo pensé.

Sonreí ante esa respuesta, conectando sus estrellas avellanadas con mis ojos. Me sentí en un viaje con solo mirarlo, mi corazón latiendo con muchas más ganas de vivir ante el deseo de escapar y dejar todo atrás, sin dar explicaciones, tan solo disfrutando el momento sin ser conscientes de la abalancha que se nos venía encima. Que estábamos parados en una soga, haciendo equilibrio para no caer al vacío, ardiendo en las llamas de la incertidumbre. Jugábamos con nuestras vidas sin saberlo, a punto de ser apuñalados por nuestra realidad.

Pero claro, no nos dimos cuenta. No porque no sabíamos, simplemente, lo ignoramos porque pensamos que sería lo mejor para los dos.

―¿En serio?

―Sí, suena raro, pero mis padres no son la única familia que tengo ―rió, yo abrí los ojos, no sabía nada de eso en todos los años que llevábamos juntos―. No te lo conté porque pensé que no era importante, al fin y al cabo, no los veo desde muy pequeño.

Me comentó de la familia de parte de su padre, que antes de volverse un adicto alcóholico y abusador, solía llevarlo a él y a Linda al rancho del abuelo de Frank. No pudo dar muchas explicaciones ya que tenía esa parte de la memoria borrada, o bloqueada al menos. Me explicó que su mente estaba algo nublada y se volvía borroso cuando intentaba recordar. Por otro lado, sus padres le prohibieron si quiera tocar el tema de sus abuelos y le decían que lo más probable es que ya estuvieran muertos.

A mí me sonó a mentira, y e que solo hacía falta un poco de sentido común para saber que algo había pasado en la familia. Un tema que no debería importarme, pero como soy Gerard Way, claro que metí las narices en la situación. Y si Frank no sabía el cómo o el porqué, nos encargaríamos de averiguarlo. Era como una especie de investigación secreta del cual podríamos salir heridos o afectados, cabe resaltar que no nos importó, estábamos decididos a cumplir nuestro plan. Iríamos al rancho de sus abuelos, aunque primero debíamos averiguar lo que pasó en su familia.

Y ya no quería ser más un expectador al ver como Frank se iba destruyendo.

―Cada vez que pregunto sobre el tema, me fulminan con la mirada, he intentado averiguar por mi cuenta.

Podría decir que la conversación terminó ahí dado al cambio de tema, aunque dentro de nuestros corazones, algo nos motivó a perseguir ese sueño infantil. Mientras nos informábamos, seguiríamos siendo los dueños de la noche, escabulléndonos de nuestras familias y reuniéndonos en el hogar de las almas perdidas y devastadas. Amábamos la vegetación porque era algo muy escaso en nuestro vecindario, así que cuidamos de los parques como ningún otro, el olor a humedad y tierra se resumían en noches románticas. No hacía falta un beso, ni abrazos ni ninguna aparente demostración de amor, tan solo nuestra compañía sería suficiente para cubrir ese vacío que se formaba en las mañanas.

Por mi parte, yo seguiría aguantando las ocurrencias de mi madre y las quejas hacia mí y mi hermano, creí que podía por un buen tiempo, tan solo ignorándolos. Y funcionó por un buen tiempo, hasta que ella me pidió ayuda, y después no tuve más tiempo para seguir con nuestro plan, pues debía permanecer al lado de mi madre, asistiendo a las clases de Mikey y perdiendo el tiempo. Él tampoco entendía qué estaba haciendo ahí, porque no necesitaba ningún tipo de supervisión mientras entrenaba, ¿que acaso no estaban los maestros para eso? Por lo menos podía conversar con Frank a través de llamadas y mensajes, solo esperé a que la temporada de competencias termine lo antes posible. Mientras mamá estaba tan centrada en hablar con sus amistades adineradas, nuestros estómagos morían de hambre (o al menos el mío). Yo ni en broma podría aguantar tantas horas seguidas sin comer, creo que empezaba a entender por lo que Frank pasaba.

My traumatic romance | FRERARDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora