Capítulo 6: Los lobos de piedra y una carta de papá.

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Mi camisa elegante pica un poco, pero no debo rascarme, sé que debo comportarme a la altura de una ceremonia como la que celebraremos más tarde. Mis ojos miran el espejo y casi no reconozco al chico que se refleja en él. No, ya no soy un niño, pero sigo siendo pequeño. No, mis ojos aún no se han pintado de naranja, pero Khun dice que mi primera transformación será pronto y que debo prepararme para eso porque después todo suele ponerse confuso.

Suspiro sin poder evitarlo, lo cierto es que no me gustan las cosas confusas. Desde hace años, y más ahora que cumplí once hace un mes, no puedo evitar sentir que nunca estaré tranquilo. Aunque soy joven, no puedo dejar de preocuparme por los rumores, por todos esos secretos que los mayores intentan esconder de mí sin lograrlo porque Chay y yo somos muy buenos escuchando lo que se supone que no debemos escuchar.

Sé por ejemplo que hace años no ha habido manadas atacadas por los cazadores y esa noticia, que en un principio debió alegrarnos, me hizo sentir más alerta que nunca. También sé que Vegas y Porsche piensan lo mismo que yo: este silencio, esta calma aparente son aún más temibles que los ataques.

Todo comenzó después de que recuperáramos a Khun. Después de eso, las manadas restantes fueron escondidas en puntos estratégicos del país. Nuestros brujos, el compañero de Khun y Anya viajaron por todo el país ayudando a las manadas a esconderse. A nadie le gustó mucho la idea al principio, pero por medio de ese sistema, logramos confundir a los cazadores y con ello, detuvimos el creciente número de lobos muertos. La verdad es que, como Vegas, yo también creo que los cazadores no se rindieron, creo que están ahí al acecho y que esperan que nos distraigamos o que cometamos algún error.

Creo que los cazadores están reagrupándose, no sé quiénes son realmente, pero vegas dice que son los hombres de Khalan y su familia, la cual les hereda a todos el odio por los lobos. Creo que Khalan, está planeando un nuevo ataque porque siente que tiene todo el tiempo del mundo. Vegas dice que Khalan ha estado en este mundo más tiempo que un humano normal. Vegas dice que Khalan no se rendirá hasta exterminar a todos los lobos. Vegas dice que nosotros tenemos que atraparlo primero, pero nadie me contempla en sus planes, creo que nadie me tomará en serio hasta que sea un lobo de verdad, todos aquí piensan que sigo siendo un cachorro.

Una sonrisa un tanto cínica se dibuja en mi rostro. Hace mucho que he dejado de sentirme como un cachorro, pero todos me cuidan como si fuera algo frágil, como si todos debieran ofrecer su vida por mí. Y eso me hace enojar, a veces no entiendo muy bien por qué demonios me enojo con tanta facilidad. Supongo que todo esto tiene que ver con el calvario de crecer, como Khun lo llama. Supongo que seré igual de amargado que Vegas y me pregunto si todo esto siempre le sucede con más intensidad a los lobos alfa.

Suspiro e intento sonreír como antes pero no es tan sencillo. Khun dice que me estoy volviendo gruñón, que soy demasiado retraído e introvertido y que eso nunca es bueno porque los alfas deben aprender a hablar y a escuchar a sus betas. Lo cierto es que mi manada no es tan grande, no, aunque varios lobos que perdieron a sus alfas en los ataques de los cazadores se hayan unido a Vegas y a Porsche. La cosa es que ya no soy un cachorro, pero tampoco soy un lobo y odio sentirme así, lleno de preguntas para las cuales nadie tiene una respuesta en concreto.

—Vaya, de verdad te estás poniendo demasiado guapo— dice una voz detrás de mí y yo me sobresalto un poco.

Kinn camina hacia mí con una sonrisa algo nerviosa en los labios pero él también luce bastante guapo. Mi hermano está usando una camisa blanca y un par de pantalones a juego. Está feliz. Escucho el latido de su corazón y todo en él es verde, verde, verde. No es para menos, hoy él y Porsche tendrán una ceremonia de unión delante de toda la manada.

La Canción del ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora