Capitulo 7: Lazo

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Sé que van a regañarnos por esto, pero ahora mismo no me importa demasiado. Chay está dormido con la cabeza apoyada en mi pecho y creo que podría enfrentar los regaños de todos en la manada si me quedo aquí horas más con mi mejor amigo.

Suspiro y su aroma llena mis pulmones causándome escalofríos y también placer, es algo extraño en realidad. Las cosas entre Chay y yo no han cambiado para nada durante los últimos años y, sin embargo, también se siente diferente.

Sonrío sintiendo un poco de vergüenza, mis sentimientos siempre me hacen sentir avergonzado. Sí, siento cosas extrañas, un sin fin de emociones distintas de las que no puedo hablar con nadie, ni siquiera con Chay, y eso me preocupa más. No sé que qué me estoy convirtiendo, no sé qué es este remolino que hay en mi pecho. Ya no sé quién soy, aunque lo que más parece preocupar a la manada es lo que aún no soy.

Hace dos meses que he cumplido trece años y se supone que un lobo de mi edad ya habría tenido su primer cambio, pero yo no he sentido el llamado de la luna. Cuando mi doceavo cumpleaños pasó sin cambios, las personas a mi alrededor no estaban preocupadas, incluso Kinn y Khun bromeaban con el hecho de que todos en la familia nos habíamos transformado de forma tardía pero ahora ya no hay excusa y lo cierto es que no sé cómo adelantar un cambio que en otras personas luce tan natural.

Y es que docenas de lobos jóvenes han tenido ya su transformación menos yo. Sé que Vegas, Porsche y mis hermanos mantienen acaloradas conversaciones en las que se preguntan si hay algo mal conmigo o si de alguna manera, hay magia oscura impidiendo mi primer cambio. De hecho, si escapé con Chay hacia el bosque fue por eso, porque escuché a Vegas diciendo que si no pasaba nada conmigo durante la siguiente luna llena tendríamos que empezar a buscar ayuda porque es preocupante que el futuro alfa de todos no pueda encontrarse con su lobo.

Al escuchar la voz grave de mi primo llena de angustia no pude soportarlo más así que corrí a toda prisa hacia el bosque, corrí como si mi vida dependiera de ello y por supuesto, Chay me siguió. En otro momento quizá me hubiera sentido irritado por su costumbre de no dejarme solo jamás pero no ahora. Chay es el único que no menciona el hecho de que quizá seré el primer miembro de mi familia que no encontrará a su lobo. Los brujos dicen que no se tiene registro de que algo así haya sucedido en la historia de la familia Theerapanyakul. Supongo que seré el primero entonces. Supongo que seré el fraude más grande la historia, un completo desastre, un tonto.

Quisiera ponerme a gritar de desesperación, pero no quiero despertar a Chay. Los dos pasamos la mayor parte de la tarde caminando en silencio por el bosque así que supongo que mi amigo debe estar agotado. A Chay no le gusta demasiado la actividad física, aunque nuestros hermanos hayan ideado todo un programa de entrenamiento para mantenernos en forma. Si soy sincero, ni siquiera yo disfruto la tortura que Anya llama entrenamiento, pero no me quejo porque al menos eso puedo hacerlo bien.

No me gusta discutir, no quiero causar problemas peor hoy todo fue simplemente demasiado. Faltan dos semanas para la próxima luna llena y yo no me siento para nada distinto, o al menos no siento lo que se supone debería sentir. Khun dice que se siente como una fiebre de la que no puedes deshacerte. Kinn dice que es como fuego envolviendo tus huesos y hasta la última de tus terminaciones nerviosas. Vegas dice que la luna te habla con más claridad que en otros días y que no puedes resistirte a esa llamada, que jamás podrás hacerlo. Y yo solo asiento a sus palabras porque no sé qué más hacer. No hay nada en mí que escuche ese llamado. No sé si de verdad he de escucharlo alguna vez.

Suspiro de nuevo y Chay se mueve de forma inquieta entre mis brazos. No me gusta preocuparlo porque sé que, aunque ninguno de los dos diga nada, Chay se preocupa por mí. Sus ojos enormes y claros se llenan de tristeza y yo me odio profundamente por ello porque desde que lo conozco, mi único deseo ha sido poder hacer que se sienta feliz.

La Canción del ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora