Miro a Chay caminar entre las personas aquí reunidas y solo puedo sonreír. Hay flores en sus manos y está vistiendo un traje blanco que lo hace lucir como un ángel. Los dos nos acabamos de graduar de la preparatoria, pero es él quien merece ser admirado y celebrado, es él a quien deberíamos dedicar esta fiesta en realidad.
Una sonrisa dulce se dibuja en mis labios, ni siquiera intento reprimirla. Me siento feliz porque el ambiente aquí es festivo y relajado y Jaidee está en mis brazos mientras que su hermano camina de forma torpe en la hierba del jardín bajo la atenta mirada de Khun. Mi sobrina es un poco más cercana a mí y yo adoro sostenerla entre mis brazos. La cachorra sonríe y se comunica conmigo en ese lenguaje que solamente las personas cercanas a un bebé pueden descifrar.
Mis sobrinos casi cumplen un año; el mes próximo habrá otra fiesta en este jardín y todavía me sorprende que hayamos podido seguir festejando a pesar del peligro que todos podemos sentir en el aire. Porque lo notamos, esa es la verdad. Aunque la manada parezca relajada y feliz el día de hoy, aunque todos estén sonriendo y haya personas deseándonos lo mejor en la universidad a Chay y a mí, lo cierto es que todos están alertas. Nuestros brujos, por ejemplo, se mantienen charlando animadamente con algunos betas, pero sé que están vigilando, no quieren que suceda algo extraño.
Sin ir más lejos, las guardas de la mansión y del bosque aledaño han sido reforzadas cada noche a modo de precaución. Nuestros brujos han hecho un esfuerzo enorme para poder crear nuevos sortilegios de defensa. Hay una guerra silenciosa librándose porque, aunque nada ha pasado desde aquella reunión de emergencia con los demás Alpha del país, es evidente que algo pasará, yo mismo lo siento en el aire, lo siento en la postura de los miembros de la manada, ninguno de ellos, ni siquiera los cachorros quienes también están ligados a nosotros, son verde, verde, verde en su interior.
Pero al menos por el día de hoy parecemos una familia normal que celebra el hecho de que Chay y yo hemos concluido con una etapa importante de nuestras vidas. Cuando el otoño llegue, ambos iremos a nuestras facultades elegidas y, aunque eso me hace sentir un poco ansioso, también me siento emocionado porque al final de cuentas, Chay y yo estaremos trabajando por hacer otros de nuestros sueños realidad.
Sé que él estará seguro porque hemos acordado que, a partir de ahora, ninguno de los lobos de la familia irá al exterior sin que uno de nuestros brujos le acompañe. Top, Arm y Big tomarán el papel de nuestro guardaespaldas, algo que nos ha hecho gracia a todos porque bueno, ellos no son nuestros sirvientes, nuestros brujos son familia, ellos tres son manada. Sin embargo, Vegas dio la orden de no salir sin protección, no podemos estar seguros de nada.
Creo que esta incertidumbre es mil veces peor que si tuviéramos una amenaza real de la cual defendernos. Creo que esta situación es más desgastante que si, por ejemplo, los cazadores decidieran atacarnos hoy. Si fuera así, al menos sabríamos cómo defendernos. Al menos, no tendríamos que fingir que todo está bien como hacemos ahora.
Suspiro y Jaidee toma mi rostro entre sus manitas, es increíble que me mire con tanta seriedad. Me parece que la cachorra puede sentir mi preocupación y me digo que debo dejar de pensar en lo inevitable, este es un día de fiesta, debemos festejar lo que se pueda mientras se pueda.
—¿Kim? — dice ella y yo vuelvo a sentirme orgulloso de que la primera de sus palabras, o lo que yo quiero hacer pasar por una palabra, sea mi nombre.
—No pasa nada, pequeña— le digo y beso su frente con suavidad lo cual la hace reír—. El tío Kim no permitirá que nada te suceda, ¿entiendes? Todos en la manada me odian por haber convertido nuestras noches de luna llena en un régimen tiránico de prácticas de defensa y ataque en nuestra forma lobuna, pero ¿sabes por qué lo hice? Por ti, Jaidee, para protegerte a ti y a Phoenix y a todos lo que amo.
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La Canción del Ángel
FanfictionDesde la muerte del último Alfa de todos, la guerra de los cazadores no ha dejado más que un rastro de sangre sin final en las tierras de la manada Theerapanyakul. Para volver a traer la paz, nuevas alianzas deberán ser forjadas y el poder de un a...