Capítulo 20

570 51 10
                                    

Capítulo 20

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 20

Quinn


Volver a la azotea, ahora con Austin acompañándome es un cambio de cero a mil en solo cuestión de minutos. Hace un momento estaba hablando con René sobre lo que íbamos a hacer a continuación y ahora resulta que él está aquí conmigo.

Debo admitir que lo extrañé, el desgraciado se ha metido bajo mi piel a tal punto que, ni siquiera enojada por lo que vi de él en esa noticia, puedo dejar de extrañarlo o estar feliz porque al fin está aquí.

Me acerco al borde y me giro para verlo. Él se para frente a mí, a solo un par de pasos, espacio suficiente para escucharlo, pero dándome mi espacio. Es una persona respetuosa, no sé cómo es que se mete en tales líos a cada rato.

—Ayer, cuando estaba por irme a dormir, recibí una llamada de alguien que... —traga, bajando la vista. Nada más el inicio ya me tiene tensa—. De alguien de mi pasado.

—¿La razón por la que te pones mal? —pregunto, pero creo que sé la respuesta. Él me mira y asiente.

—Sí, esa persona. —Se aclara la garganta—. No sabía a quién llamar, Jonah se había ido poco antes a dormir con su mujer y no quería molestarlo, y era tarde hablar contigo.

—Y volviste a lo único que conoces. —No digo nada más, no puedo ser una tonta y a la primera decirle que puede llamarme cuando quiera, aunque sea una realidad—. ¿Qué pasó después?

—Me fui a un bar diferente al que estaban los chicos celebrando, la verdad es que quería estar solo. —Se gira hacia las vistas, cruzando los brazos—. Me emborraché, y estaba tan ido que no pude quitarme a la chica del regazo antes de que me hicieran una foto. Cuando lo hice, la tiré al suelo y me llamó idiota para arriba. Fui brusco con ella, y de eso también me arrepiento, pero solo quería evitar problemas.

—Cosa que no pasó.

Me echa una ojeada, sonriendo con amargura.

—Evidentemente no. —Suelta un largo suspiro, volviendo su atención al frente—. Luego de eso salí del bar, me subí a un taxi y me fui al hotel. El resto ya es historia.

Mi enojo con él mengua solo un pequeño porcentaje, aunque haya sido todo una cadena de putadas en su contra, bien podría haberlo evitado quedándose en el hotel, yendo a molestar a Jonah o llamándome. Todo el avance que hemos logrado en las últimas semanas se ha ido a la mierda y ahora soy, frente a todo el mundo, una cornuda. Además, él no sabe si va a continuar con Ferrari hasta esta temporada o si van a darle otra oportunidad.

—A veces creo que no te das cuenta de lo que está en juego, Austin —comento luego de unos minutos en silencio—. Sé que no es fácil por lo que estás pasando y que es algo delicado, pero tanto yo, como René y Jonah queremos que lo superes. No importa si tienes que molestarnos a altas horas de la noche o interrumpir a tu mejor amigo cuando está con su esposa, incluso pedirle a René algo de compañía para no hacer una estupidez. La directiva de la escudería te está vigilando y ninguno de los tres queremos que hagas algo que pueda perjudicarte, tanto a nivel personal como profesional.

Velocidad sobre hielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora