Capítulo 7

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Capítulo 7

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Capítulo 7

Austin

Pongo, adrede, la mano en su espalda baja mientras entramos al restaurante que he elegido para que hablemos. Esta vez no escogí algo más llamativo y lo hice con toda la intención de que la gente nos vea juntos. Si va a decirme que no, pues, tendré un poco de cotilleo del que prenderme hasta que tenga que decir la verdad.

Muy rastrero de mi parte, lo sé.

Quinn me ve sobre su hombre cuando entramos y sonrío como un pillo. Ya ha descubierto mis intenciones y parece divertida con todo el asunto. Me lo tomo con esperanzas. La anfitriona nos lleva a una mesa en la terraza, donde el lugar está más fresco y relajado. Es un restaurante en medio del pueblo, y aunque este es un lugar pintoresco, la frescura es algo que apreciamos la mayoría del tiempo.

No puedo esperar a que llegue el invierno y el clima sea más frío. A veces el calor es insoportable por aquí.

—Hola, soy Angelo y los atenderé durante su estancia en Le Nonne —saluda el chico que no deja de mirar de Quinn a mí con interés y pone los menús frente a cada uno de nosotros con un poco de torpeza—. ¿Qué puedo traerles de tomar?

—Agua con gas para mí —responde ella sin pestañear y frunzo el ceño.

Es la segunda vez que nos reunimos y no pide algo calórico.

—Una copa de vino tinto, el mejor que tengas —le digo al chico cuando me mira y él asiente.

—En unos minutos vuelvo con sus bebidas.

Se va y Quinn lo mira hasta que desaparece dentro de la cocina.

—Creo que ha ido a avisar en redes sociales que estamos aquí.

Río, sabiendo que tiene la razón. El chico no dio ninguna muestra de conocernos, pero la forma en que nos miró cuando vino a tomar nuestro pedido fue suficiente para hacernos saber que, primero, tenía curiosidad, y segundo, iba a compartir esa curiosidad con todo el mundo.

No me extrañaría que vengan unas cuantas personas a pedir foto pronto y sé sin temor a equivocarme que algunas otras estarán reunidas afuera esperando nuestra salida.

Era justo lo que quería, ¿cierto?

—Si acabas diciendo que no voy a tener que dar muchas explicaciones.

Quinn bufa.

—Yo también —levanta el menú, repasando las opciones—, pero podemos decir que el beso no fue nada y que solo somos amigos.

Entorno los ojos, incomodándola con la mirada. Alza su vista un segundo y sonríe para luego volver a ponerla en el menú.

—¿Has estado pensando en excusas, Quinn?

Velocidad sobre hielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora