Capítulo 15
Austin
Sabes que estás jodido cuando empiezas a querer de una forma casi al borde la desesperación a tu novia falsa. Estuve enojado con todo y nada en particular luego de acabar la llamada con mi padre y no tuve otra mejor idea que hacerle malas caras a todo el que estaba conmigo.
Quinn tuvo razón al decir que fui un mal agradecido por no celebrar con ellos mi victoria. Tal vez, en mi mente, es algo normal venir a celebrar con los ganadores luego de un circuito, pero no debí dar por sentado lo que los demás estaban haciendo por mí, especialmente luego de haberme comportado como un imbécil.
Estaba más que molesto, dejé que esa oscuridad que me acecha se hiciera cargo y fui malo con personas que no se lo merecían. Debería pedir perdón a todos, empezando por Jonah. El chico ha tenido que ver más de mis malos días de lo que cualquier persona podría aguantar y aún así sigue siendo mi amigo.
Pero ahora solo quiero centrarme en algo, o alguien en particular.
Mi chica, Quinn, mi Reina del hielo. Es demasiado buena para un imbécil como yo y, sin embargo, está dejando que la bese.
No pierdo tiempo. Llevando mi mano a su nuca, la traigo más cerca y la beso como se merece. Ella es dulce y en su boca persiste el sabor a menta de la pasta dental. Es adictiva, empiezo y no quiero parar. Lo mismo ocurrió más temprano antes de la carrera cuando Jonah –ya no lo quiero tanto ahora que recuerdo lo que ha hecho– nos interrumpió, simplemente no podía parar.
Esta chica va a poner mi mundo de cabeza y, al final, cuando esté destrozado, se lo voy a agradecer porque no podría haber sido de otro modo.
Abre su boca para mí y deslizo mi lengua dentro, con miedo de asustarla. Ella ha aceptado, pero tal vez mi ímpetu no sea bien recibido. Hace un sonido la mar de sexy y mi mano deja se nuca para deslizarse por su cuerpo y atrapar su cintura, atrayéndola hacia mi cuerpo. Quinn viene de buena gana y enlaza su lengua con la mía, provocando un corto circuito en mi cerebro.
Ya no pienso, solo existo para besar a esta mujer.
Su mano se mueve por mi pecho hasta mi cuello y se impulsa, poniéndome de espaldas. Me alejo un segundo para verla poner sus piernas a cada lado de mi torso, pero no pasa mucho tiempo antes de que tome mi cara entre sus manos y lleve mi boca a la suya de nuevo. Es el mejor beso que me han dado en la vida, y eso que tengo buena experiencia.
Modelos, cantantes, fanáticas, actrices. Ninguna de esas chicas me ha hecho sentir en un beso lo que Quinn me está haciendo sentir y debería estar aterrorizado.
Al contrario, solo quiero más.
Lentamente, el beso baja de velocidad hasta que ella se separa y me mira desde arriba.
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Velocidad sobre hielo.
RomanceLa carrera de Quinn parece haber caído en desgracia. Desde que tuvo un accidente y pospuso el patinaje artístico el mundo la ha dejado en el olvido. Cuando vuelve tres años después, nadie quiere trabajar con ella. Una noche, cansada de todo, va a pa...