Capítulo 25

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Capítulo 25

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Capítulo 25

Austin


Veo las luces rojas encenderse fila tras fila hasta que se vuelven verdes y la carrera inicia. Esta es la penúltima carrera, y aunque ya no hay forma de ganar el campeonato porque es de Jonah, quiero seguir sumando puntos para la escudería.

Y porque quiero dormir con Quinn sin tener almohadas de por medio o que me esté empujando todo el rato a mi lado de la cama.

El incentivo es suficiente para que mi adrenalina suba por los cielos y mi competitividad se haga cargo.

Estando en el tercer lugar de salida, debo luchar para pasar a Jonah, que está en segundo lugar, y luego idear un plan para poder pasar al primero y mantenerme en ese puesto. Me toma quince vueltas en total lograr llegar al primer lugar y después es una lucha constante para que, el que ahora está en segundo puesto, no me pase.

Sin embargo, con cada segundo que pasa, voy tomando más ventaja y, cuando la carrera está a diez vueltas del final, tengo una diferencia de cinco segundos con el segundo, que ahora es Jonah.

Las vueltas van bajando rápidamente mientras algunos chicos me dan instrucciones, al igual que hacen con Jonah. Y, en el momento en que inicio la última vuelta, están prácticamente celebrando la victoria.

En la última curva, veo la línea de meta y la bandera de cuadros siendo agitada, y sonrío mientras los metros se van cerrando. Quinn ha perdido la apuesta y no puedo estar más feliz de haber ganado algo.

Y eso que he tenido buenas victorias en mi carrera.

Cruzo la meta, gritando, y los chicos me felicitan por la victoria. Pero yo tengo en mente solo una cosa: buscar a mi novia para besarla frente a todos.

Reduciendo la velocidad, veo al auto de Jonah ponerse a mi lado. Creo que voy a tener que abrazarlo antes de ir a buscar a Quinn, pero él no va a estar más feliz que yo por eso, yo sé que quiere ir a por Jeanine para aspirarle la cara.

Nos detenemos, yo en medio, él a mi lado derecho y Jordi, quién ganó el tercer lugar, a mi lado izquierdo.

Salgo del auto agitando el puño al aire y salto al asfalto, corriendo hacia Jonah mientras me quito el casco. Él hace lo mismo y ambos los dejamos caer al piso para envolvernos en un abrazo apretado.

—¡Felicidades, idiota! —grita Jonah en mi oreja.

—¡Felicidades, imbécil!

De pronto, otro par de brazos nos envuelven y nos giramos para ver a Jordi.

—Me sentí excluido —bromea.

Riendo, lo unimos al abrazo, que dura poco tiempo porque los tres queremos estar en los brazos de otras personas antes que en los nuestros.

Velocidad sobre hielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora