En blanco [Shadamy] (EN ACTUALIZACIÓN)

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Tres días de alto entrenamiento, meticulosamente, observado tuvieron como resultado; un mejor conocimiento sobre el más reciente estado de la eriza. Esta información logro dejar bastante satisfecho a ese cuarteto, el cual se había terminado de consolidar, gracias a la situación recién pasada. Después de todo, si no conseguían las tan esperadas respuestas, G.U.N. volvería a intervenir y, esta vez, no se quedarían conformes con una simple plática. De eso estaba convencido Shadow. Debido a esto, no fue ninguna sorpresa que todos decidieran, en un acuerdo silencioso, que no le darían más vueltas innecesarias al asunto y, por fin, enfrentar el problema de frente, como tuvieron que haber hecho desde el inicio. Para este punto de la trama, ya se habían acabado las oportunidades de ir por atajos o, en dado caso, ignorar, incluso guardarse algún dato que, a simple vista, no pareciera relevante. Después de todo, era bien sabido que las consecuencias de estos posibles arrebatos acabarían siendo todo menos pacificas. Sin mencionar que no podían dejar a la joven Amy en medio del fuego cruzado o, de caso contrario, estarían muy arrepentidos.

Una vez que el documento termino de ser redactado, mismo que sería envidado al finalizar la semana, Shadow tuvo un momento para reflexionar sobre todo lo recién aprendido, esta vez, con mayor paciencia y teniendo la cabeza fría. Y, es que, a pesar de sospechar que los actuales y recién dominados poderes de la rosada implicaban algún tipo de relación con él, jamás imagino que ellos dos estuvieran dentro de una sintonía tan precisa, tal cual mostraba el informe. Se podía decir que, hablando, meramente, de energías, se encontraban tan conectados, hasta el punto de que la lejanía entre ambos podía afectar su rendimiento y fuerza, tanto física como mental, dejando al descubierto una posible conexión empática en la joven pareja. Esto dejaba la duda en el aire sobre la posibilidad de que, si alguien de ese par sufría daño, el que fuera, el restante pudiera experimentarlo. Esto, a su vez, lo llevaba a pensar en que, si eso era una realidad, aún no descubierta, averiguar el nivel de semejanza del deterioro entre ambos sería una labor desgastante y, significativamente, dañina para su amada. Detalle suficiente para conseguir que Shadow, como siguiente meta en mente, tuviera la labor de evitar que ese desagradable escenario ocurriera.

A pesar de que no todas las noticias habían terminado de ser agradables, les permitía tener un nuevo panorama. Cosa que les hacía pensar que, después de todo, las cosas no eran tan complicadas como parecían en un principio. Ahora ya se sentían con la suficiente seguridad para explicar, de una manera más entendible, las razones por las que Amy se encontraba, actualmente. Cuando Shadow rescato a Amy de ese liquido con propiedades, todavía, desconocidas, las habilidades natas de Shadow se dividieron, tomando como huésped a la rosada, aunque, claro, con sus debidas adecuaciones, según las propias necesidades de ella. De ahí surgían las similitudes, al igual que las notorias diferencias entre sus habilidades, dándole más luz al asunto que, por varias semanas, dejo desconcertado al científico zorro. Y esto, a pesar de sonar como una ventaja formidable, este inconveniente había provocado que los involucrados se encontraran en zona más delicada de la habitual. Eso simbolizaba que el azabache podía recibir daño con mayor facilidad, ya que no se encontraba al cien por ciento de su rendimiento habitual, aunque, al no estar rebasado por tanta energía, su cuerpo ya no recibiría represalias al momento de llevar a su límite. Por su parte, a la rosada le pasaba todo lo contrario. Debido a que la eriza no estaba acostumbrado a la nueva cantidad de poder, el cual era recibido en todo el tiempo, su cuerpo acababa debilitándose con mayor facilidad, ocasionando que, repetidamente, llegara a desmayarse, incluso que su ring inhibidor amenazase con explotar, de un momento a otro, lo que había ocasionado que Tails, por seguridad, comenzara a fabricar más. Este cambio pequeño, pero bastante significativo, había provocado que, sin poder evitarlo, ambos tuvieran que encontrar una nueva manera de defenderse y/o pelear para evitar recibir daños o dañar a alguien más, respectivamente.

Estos avances, mayormente, alentadores, dejaron que las dudas dispersas se fueran resolviendo, a su debido tiempo, aunque no todas podían ser respondidas, aún. Seguían sin saber si la amnesia de Amy llegaría a desaparecer, aunque, ciertamente, no era un tema que les quitara el sueño. Al fin de cuentas, la eriza ya recordaba gran parte de su vida, así que, si las cosas seguían así, tendrían a su Amy de regreso y todo volvería a la normalidad, tal cual todo lo deseaban. Quizá de ahí surgía la presente tranquilidad en nuestra pareja, quien, después de su entrenamiento, que comenzaba a ser rutina, se encontraban pasando un momento pacífico y, algo que tenía tiempo que no ocurría, a solas.