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«Eres lo único que no perdí en esa explosión y no quiero soltarte, por nada de este mundo», esas palabras se habían quedado en la mente de Shadow, haciéndolo dudar de todo lo que creía hasta ese momento. Quiso disimular su sorpresa, pero cuando vio a la eriza encogerse en sí misma, junto con un evidente sonrojo en sus mejillas, supo que no lo había logrado. Tal vez utilizo las palabras incorrectas y hasta ese momento se había percatado del error, sin embargo, decidió confiar en su instinto, sin importar que eso significara hacerse teorías rara en la cabeza. El erizo reconoció la sinceridad que cargaba esa oración. Eso no podía tratarse de una simple equivocación, cosa que ocasiono que las esperanzas, casi moribundas que se alojaban en el interior del azabache, regresaron y más vivas que nunca. A pesar de esto y en contra de lo que pudiera desear su lado más emocional y necesitado de amor, seguía teniendo una parte racional. Este detalle importante lo acababa de dejar en una encrucijada muy grande.

Ahora tenía una voz en su interior, gritándole con fuerza y desesperación, que estaba queriendo vivir entre fantasías y eso, en el mundo real, no era posible. Era evidente que saldría lastimado de esa batalla, si es que se aventaba sin ningún tipo de protección o ventaja. Era imposible que la rosada, tomando en cuenta su actual situación, hubiera encontrado la manera de burlar los hechos y hacer que él estuviera antes que el resto del mundo. Como era de esperarse, esto sonaba a algo propio de un cuento de hadas. Simplemente, no podía ser verdad y, por mucho que le desagradara la realidad, tenía que aceptarla y vivir con ello. Amy no quería estar con él, solo que había tenido la mala suerte de entrometerse en su camino. Nada más. Tal parecía que el amor lo estaba haciendo iluso y estúpido y, claramente, no podía seguir con metido en ese papel por más tiempo.

Más centrado, la observo con insistencia y una expresión neutra. No quería tergiversar las palabras de Amy, pero tampoco quería alejarse ahora que lo necesitaba o, de caso contrario, la afectaría más que no haberse presentado, en primer lugar. No quería comenzar a unir puntos inexistentes y sufrir el mismo resultado que le dejo esa interacción con la rosada: un corazón roto. No quería volver a tropezar y acabar sangrando, incapaz de levantarse. A pesar de estos deseos por autopreservación, había algo en esa eriza que lo mantenía preso a su ser. Algo inexplicable, pero tan real como los sentimientos tan profundos que su corazón proclamaba hacia la joven, así ella no lo recordara por el momento. Estaba tan deseoso de una pequeña probada de ese hipnotizándote cariño sincero que abundaba en el interior de Amy, que podía tomar el riesgo de quedarse con ella, a pesar de que eso lo consumiera, lentamente.

Guiado por este deseo masoquista, decidió no cortar la inspiración de la eriza, sino que decidió motivarla a seguir adelante. En respuesta, sus pulgares se movieron por encima de su unión, en una danza armoniosa y cautivadora. Una acción muy simple, pero que, si se tomaba en cuenta quien era él, podía tratarse de un arriesgado movimiento. Y, tal cual lo imagino Shadow, la joven lo captado de inmediato.

—Yo sé que no ganarías nada con mentirme —secundo la pregunta inicial—, pero sigo sin comprender que es lo que hago aquí —confesó, más transparente—. ¿Me podrías explicar un poco mejor?

Amy no terminaba de saber quién tenía sujeto con tanto anhelo, pero no era ningún misterio que era alguien muy desconfiado e inexpresivo. Entonces, tenerlo así, dispuesto a escuchar todo lo que tuviera que decirle, sin importar que no tuviera ningún tipo de lógica o que él tuviera la disposición de un acercamiento físico, significaba mucho para ella. Y, como si su instinto hablara, sabía que pasaba lo mismo con él. Porque era su forma de hacerle entender que estaba dispuesto a bajar la guardia ante ella, sin siquiera importarle la posibilidad de salir perjudicado en el proceso, ya que podía tolerarlo, solo si se trataba de ella.

Y cuando la acerco más a él, algo más ocurrió. El cuerpo de Amy, como si la pérdida de memoria no lo hubiera afectado todo lo relacionado a él, reacciono. Tal vez por nerviosismo, pero vibro la joven de pies hasta la cabeza, ocasionando que el sentimiento de bochorno aumentará, ya que el erizo de ojos carmesíes también lo había notado. Era como si cada fibra de su piel hubiera guardado un registro secreto y, tan pronto como Shadow se movió en ella, todas esas sensaciones pasadas hubieran despertado de su letargo con ferocidad. Ese azabache acababa de despertar algo en ella y la rosada, a pesar de no saber si trataba de algo beneficioso para ambos, tomo una drástica decisión a partir de eso. Descubriría la razón de su extraña relación, a como diera lugar, porque algo así no le había ocurrido con nadie, hasta ese momento, y eso era suficiente para hacerla pensar que estaba con la persona correcta.

En blanco [Shadamy] (EN ACTUALIZACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora