Sonic siempre procuraba mantener en pie cada una de las palabras que salieran de su boca. No importaba si estuviera al filo de la muerte o todo se estuviera yendo al mismísimo infierno. Él siempre mantenía su palabra, a pesar de todo pronóstico. Sin embargo, ahora se encontraba, en medio de la sala, de su mejor amigo, sintiendo como su interior se revolvía, entre enojo, celos y agresividad, a la par que, con todas sus fuerzas, se obligaba a quedarse inmóvil, sin querer cargas con las consecuencias de sus actos y, de manera consecuente, a seguir viendo y sufriendo, en primera persona, la escena que apareciera frente de él. Shadow había regresado y las cosas no podían ser tan desmotivadoras para él, ya para ese punto. Cuando, por fin creyó que pasaría un momento agradable con Amy, sus planes volvieron a arruinarse cuando se hizo presente el ser que ojos carmesíes, que comenzaba a ser un dolor de cabeza para él.
Se había enfrentado a enemigos poderosos, probo la muerte, en carne propia, incluso verse obligado a emparejarse con el enemigo para salir airoso de ciertos momentos críticos en el pasado y, a pesar de todo lo mencionado, el erizo jamás se había sentido tan miserable. Y es que no comprendía como su estado completo fue arruinado al estar viendo como dos erizos se fundían en un abrazo, que denotaba bastantes emociones que, desde el punto de vista del azulado, no tenían el sentido de existir. Estaba seguro de que su corazón se había partido, en el segundo siguiente, que vio a la eriza siendo bombardeada por una emoción que tenía años sin ver en los ojos verdosos de su amada, la cual incremento cuando que se topó con el azabache y lo atrajo a su cuerpo, sin importarle que los restantes pudieran verlos u opinar.
—Ahora estoy convencido de que quiero estar con ella —Después de imitarlo, la albina rio, mirándolo de reojo—, díselo a tu cara porque no parece.
—Esto no significa nada —dijo, susurrando, en completa negación—, Amy siempre ha sido alguien muy atentan con los demás, solo es hospitalaria —Sus esmeraldas se centraron en la mujer y dijo—; así que lo reciba de esa manera no es ninguna sorpresa, entonces no busques cosas donde no existen.
—Puede ser... —Jugueteó con su comida, utilizando su cubierto, completamente desinteresada de las palabras del otro— pero yo no he visto que te reciba así, ¿o me equivoco? —Sonrió de soslayo, aumentando los sentimientos negativos del nombrado—. Solo estas lanzando excusas para no lastimar tu ego y darme la razón.
—No me importa nada de lo que me puedas decir, así que no te esfuerces —advirtió, tratando de contener que sus palabras salieran con demasiada agresividad—, aún no cantes victoria, ladroncita.
—¿Entonces quieres seguir con este estúpido juego?, bien, hagámoslo —Su mirada se deslizo por todo el cuerpo del erizo, critica—, pero si crees que te voy a dejar el camino tan fácil, como antes, estas muy equivocado —Desvió la vista de él—, acabas de convertir esto en un duelo a muerte —Antes de que el azulado pudiera decir algo más, Rouge miro a la pareja de erizos y dijo, con voz encantadora—: Parejita, ¿van a seguir secreteándose y compartiendo besitos o cenaran con nosotros? —Una vez que obtuvo la atención de ambos, agrego—; Amy se esmeró mucho en este manjar porque sabía que ibas a venir, Shadow.
—¿Eso es verdad?, ¿hiciste esto por mí? —preguntó el azabache, extrañado con el comentario. Al observar que la rosada asintió, comento—; ¿Por qué?
—Quería darte algo especial —respondió con timidez—. Has sido muy paciente conmigo y también me has ayuda muchísimo, así que quería recompensarte por el esfuerzo.
—Gracias, pero no tenías que hacerlo —respondió con cierta indecisión—. Aún no sabemos que te está pasando y hacer cualquier clase de esfuerzo puede ponerte en riesgo —Sujetó ambas manos con suavidad y agrego—; pudo ser peligroso.
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En blanco [Shadamy] (EN ACTUALIZACIÓN)
Fiksi PenggemarDespués de un terrible accidente, Shadow tendrá que volver a involucrarse en la vida de cierta eriza que prometio no volver a compremeter. Ambos jovenes se verán involucrados en situaciones que los llevaran a despegarse de sus propias limitantes par...