Julia y Fermín, Fermín y Julia, mejores amigos desde la cuna, inseparables incluso cuando Fermín se fue a Barcelona para cumplir su sueño. Nunca han perdido el contacto, aunque cada uno estuviese en una punta de España. Julia siempre se ha guardado...
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Han pasado, dos semanas, sí, dos semanas desde la discusión con Fermín. No lo hemos arreglado y tampoco es que hayamos hablado mucho.
Vivimos en la misma casa pero nos hemos visto poco, al saberme sus horarios puede que lo haya evitado un poquito.
Ahora mismo estoy preparando la maleta para irme unos días a Huelva, este fin de semana Fermín juega con la selección sub 21 allí y desde hace un mes o así tengo planeado el viaje para ver el partido junto a nuestro grupo de amigos y nuestras familias.
Quito de una percha la camiseta de la selección con el número y el nombre de Fermín, me la regaló la última vez que jugo con la selección.
La estoy doblando para meterla en la maleta cuando escucho unos toques en la puerta de mi habitación.
Abro la puerta con la camiseta aún en la mano encontrándome con Fermín, claro, ¿quién va a ser sino?
- Te vas ahora, ¿no? - me pregunta y yo simplemente asiento, no había vuelos para Sevilla para esta tarde así que lo cogí para por la mañana aunque pierda clase, el partido es mañana sábado - Yo me voy esta tarde - me avisa él.
- Vale - le digo simplemente.
- ¿Te vas a llevar mi camiseta? - me pregunta mirando hacia mis manos donde todavía tengo su camiseta.
- Me la tendré que poner para que nuestros padres no se den cuenta de que eres un gilipollas, ¿no? - le digo de manera obvia haciendo que él suspire.
- ¿Quieres que te lleve al aeropuerto? - me pregunta cambiando de tema mientras se apoya en el marco de la puerta.
- No, ya he llamado a un Uber - le digo girándome para meter la camiseta en la maleta, como no me aligere no voy a llegar al aeropuerto para coger el avión, así que meto un par de cosas rápido.
- Déjame llevarte, por favor - me pide.
- Ya te he dicho que no - digo cerrando la maleta, creo que no se me olvida nada.
- ¿Por qué estás haciendo esto tan difícil? - me pregunta él un poco desesperado.
- ¿Yo lo hago difícil? Tú lo hiciste difícil cuando dijiste lo que dijiste el otro día - le digo intentando mantener la calma mientras bajo mi maleta de la cama y me cuelgo mi bolso, se que como siga con este tema voy acabar más tocada de lo que ya estoy.
- Julia por favor - me dice él.
- Fermín ahora mismo quiero desconectar de todo, me voy con mi familia dos días y quiero aprovecharlos - le digo antes de pasar por su lado y salir de casa.
Le digo esto, aunque desconectar desconectar no se yo si es la palabra cuando uno de los dos días voy a ir a verlo jugar.
Bajo en el ascenso para salir y montarme en el Uber que me lleva hasta el aeropuerto donde cojo el avión. El avión aterriza en Sevilla donde mi madre y Lola, sí, la madre de Fermín, me esperan para ir hasta El Campillo, Huelva.
