Julia y Fermín, Fermín y Julia, mejores amigos desde la cuna, inseparables incluso cuando Fermín se fue a Barcelona para cumplir su sueño. Nunca han perdido el contacto, aunque cada uno estuviese en una punta de España. Julia siempre se ha guardado...
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Salgo del ascensor de nuestro piso cansada de toda la semana, por fin es viernes y voy a poder descansar el fin de semana.
Ya han pasado varias semanas desde que estuve mala, al día siguiente fui al medico y como ya preveíamos tenía placas en la garganta y tuve que estar una semana tomándome antibiótico, por suerte, no le pegue nada a Fermín pero no se ni como porque se separó poco de mi.
- Hola - digo entrando por la puerta de casa.
- Hola - dice Fermín apareciendo por el pasillo - ¿Haces algo el finde? - me pregunta acercándose a mi dejando un corto beso sobre mis labios.
- ¿Qué si hago algo el finde? - le digo mirándolo con cara extraña.
- Sí, ¿haces algo el finde? - me pregunta de nuevo.
- Eh, no - le respondo mientras lo sigo mirando con cara extraña.
- Pues haz una maleta que nos vamos - me dice dejándome flipando.
- ¿Qué haga la maleta? - pregunto y él asiente - ¿Pero a donde vamos?
- Te lo digo por el camino venga - me dice posicionándose detrás mía para abrazarme y guiarme hasta mi habitación.
- ¿Pero a qué viene esto? No estoy entendiendo nada - le digo dejando mi bolso encima de la cama.
- No tengo partidos ni entrenamientos este finde así que he pensado en que podríamos irnos a pasar el finde por ahí a desconectar - me explica.
- ¿Pero qué me llevo? - le pregunto abriendo mi armario.
Él se sienta en mi cama y me va diciendo cosas que necesito, es todo ropa de invierno hasta me ha dicho que lleve gorro y guantes.
- Cojo mi neceser y ya estoy - le digo saliendo de mi habitación para ir al baño, cojo un par de cosas de mi baño metiéndolas en un neceser y vuelvo a mi habitación.
- ¿Algún día me has a explicar porque tienes un pinta labios rojo en la mesita de noche - me pregunta Fermín con el en la mano - ¿Es que te pintas los labios por las noches o que?
- Claro que no idiota, dámelo y a lo mejor en el viaje te enseño la utilidad que le doy - le digo cogiéndolo de su mano y guardándomelo en el neceser.
- Nos vamos ya entonces, ¿no? - me dice mientras me ve cerrando la maleta.
- Si, pero sabes que todavía no he comido, ¿no?
- Ya, contaba con eso, ahora en el camino pasamos por el Mcauto para pillar algo para ti porque yo ya he comido para no saltarme demasiado la dieta porque este finde al estar fuera ya me la voy a saltar bastante - me dice él.
- Lo tienes todo pensado, ¿no? - le pregunto sonriendo mientras caminamos por el pasillo aunque él se para un segundo a coger su maleta de su habitación.
