Julia y Fermín, Fermín y Julia, mejores amigos desde la cuna, inseparables incluso cuando Fermín se fue a Barcelona para cumplir su sueño. Nunca han perdido el contacto, aunque cada uno estuviese en una punta de España. Julia siempre se ha guardado...
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- Hola - digo alargando la "a" entrando por casa. Ayer fue cuando llegue a casa y tuvimos esa pequeña discusión que termino conmigo confesándole todo, después de eso, yo me metí en mi habitación para deshacer mi maleta y ordenar un poco todo, salí para cenar y ahí hablamos tan normal y después cada uno se fue a su habitación a dormir.
- Estoy en la cocina - es lo único que escucho por parte de Fermín.
Voy a la cocina encontrándomelo de espaldas a mi, haciendo algo de comer.
- Que cansancio - me quejo sentándome en una de las sillas que tenemos en la cocina junto a una pequeña mesa.
- ¿Te han dado mucho la chapa? - me pregunta girándose hacia mi.
- Bastante, han cogido fuerza en las vacaciones - le digo suspirando.
- He preparado pasta a la carbonara - me dice sonriendo mostrándome la sartén.
- Ay, gracias - le digo levantándome para abrazarlo.
- Venga, vamos a comer - me dice él dejando un beso en mi cabeza
Me separo de él y voy hacia el armario de la cocina para coger dos vasos, también cojo dos cubiertos del cajón y el agua de la nevera poniendo todo sobre la mesa.
Empezamos a comer, yo la pasta carbonara y él simplemente pasta con un poco de pollo, tiene bastantes partidos este mes y tiene que cuidarse.
- Te ha salido buenísimo - le digo cuando lo pruebo - Toma, pruébalo - le digo cogiendo un poco de pasta de mi plato y poniéndole el tenedor frente a él.
- Como lo pruebe voy a querer más... - dice él haciendo un puchero pero un aun así abre la boca y yo le meto en tenedor en ella, madre mía perece una tontería pero este simple gesto me acaba de poner muchísimo - Joder, si lo de futbolista no me sale bien me meto a chef - dice él haciéndome reír.
- Tampoco te pases eh, que te salen bien dos platos contados - le digo yo metiéndome un poco con él aunque un poco de razón tengo, no es que cocine mal pero tampoco para ser chef, se apaña para sobrevivir que no es poco.
- Mañana te cocinas tu lista - me dice ya algo picado.
- Ya se ha picado - digo yo mientras me rio.
- No - me dice el tajante.
- Ya, ya... - le digo antes de empezar a hablar de otras cosas.
Después de comer ambos ponemos nuestros platos en el el fregadero y soy yo la que me pongo a fregar, el cocina yo limpio los platos.
- ¿Vas a hacer algo esta tarde? - me pregunta justo detrás mía agarrándome de la cintura.
- No tengo que estudiar nada pero iré al gimnasio - le respondo yo mientras sigo fregando intentándome olvidar de sus manos en mi cuerpo.
