၄၃ - neuf

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° ᡣ𐭩 . ° .

No sabía como debería hacerlo, pero Jung Wooyoung no era de esas personas que sólo se acercaba a ti por algún favor.

Aunque ahora, este era el asunto.

Hace más de una semana, Wooyoung intentó chantajear a Hongjoong con su pan de fresa favorito a cambio de que le ayudase en algo pequeño, pero que para el menor, era gigante.

Hablar con Choi San.

No estaba muy seguro del por qué, pero Woo era de aquellos que hablaba con todos sin temblar de nervios, era amigable, extrovertido y muy considerado, para las chicas, era como un tipo ideal, atractivo y caballeroso. Ni hablar de que era un alumno de estrellita dorada muy conocido por los maestros. Era un diamante en bruto, y Hongjoong lo sabía, era único y muchos estaban de acuerdo.

Sin pensarlo más, repasó con sus ojitos miel por todo el salón, Choi San estaba en los puestos del medio, al igual que Woo, sin embargo, estos dos tenían asientos separados; al sonar el timbre del descanso, se levantó luego de un minuto al observar como su objetivo se iba mientras reía amigablemente con quienes reconoció como Jeong Yunho y Song Mingi.

¿Club de futbol o jóvenes supermodelos?

Con ellos no había diferencia.

Les siguió. Caminando con mucha confianza hacia ellos, les habló con una voz segura y permisiva, típica de un perfecto presidente amigable de salón.

ㅡ Hola ㅡ saludó, los tres le miraron atentos.

ㅡ Oh, Hongjoong-ah, Hola ㅡ saludó Yunho, seguido de un San y Mingi agitando sus manitas.

ㅡ Disculpen que les interrumpa, pero necesito hablar un momento con San, ¿se puede?

El nombrado miró a sus amigos, confuso. Llevó su dedo índice a si mismo interrogante junto a una de sus cejas alzadas, queriendo confirmar la petición. A esto, Hongjoong sonrió hacia él y asintió.

Sus amigos se despidieron momentáneamente tomando el balón entre los brazos de Choi, acercándose un poco a Hong frente a la ventana del pasillo.

ㅡ Si, claro. ¿Qué sucede?

Suspiró un poco, mirando la puerta abierta de su salón, reconoció como Woo le miraba con ojitos brillantes y manos juguetonas entre ellas, ofreció una sonrisa hacia él, tranquilizándolo un poco.

ㅡ Tengo un recado para ti, de parte de Wooyoung...

Los ojitos chiquitos de San deslumbraron destellos de interés en ellos, abriendolos un poquito. Notó como sonrió apenas, al escuchar el nombre de quien tendría un mensaje para él.

Por otro lado, Yeosang sobaba la oscura melena de Jongho con sus finos dedos mientras dormía con su carita escondida entre sus brazos; por ratos, tomaba pequeños mechones y los restregaba contra sus palmas juguetonamente.

Delante de ambos estaba Wooyoung, tenia una de sus piernas inquietas, tambaleándolas hacia arriba y abajo efusivamente contra el piso. Estaba nervioso, y sabía el porqué.

El momento de la verdad.

Por kakaotalk le contó hace un par de noches que habría una lluvia de estrellas pronto, comentando que los amigos y parejas solían quedar para verlas juntos.

Ellos ya habían ido con anterioridad, y se animó a sí mismo en querer invitar al legendario Choi San, pero no se encontraba seguro en si el otro tuviese alguna clase de interés por él.

Cobarde, le pidió a Hongjoong que hablara brevemente de él para estudiar su reacción, y si había oportunidad, le invitaría a la festividad.

Hong era su empujón, y él tendría que hacer el trabajo.

Yeosang supo que si le pedía a él, probablemente no podría hablar correctamente, aparte el osito Jongho no lo conocía del todo. La última palabra la tenía Kim, y milagrosamente accedió a ayudarle.

De un momento distrayente, sintió como Jongho se removió un poquito bajo su toque, soltando una queja a boca cerrada ante ello, giró su cabeza hacia su lado derecho abriendo sus ojitos, batiendo un poco sus largas pestañas buscando acostumbrarse al sol que se asomaba por la ventana del salón.

Miró resplandeciente semejante ser a su lado, como un preciado tesoro. Kang Yeosang parecía una pintura detallada de algún artista de manos de oro, aquel quien mantenía sus largos dedos enredados en su cabello le miró con curiosidad, para luego desviar sus orbes hacia algún lugar de la mesa con una sonrisita nerviosa a incómoda que le hizo estremecer.

Desde el primer día en el que hablaron, Jongho presenció la belleza natural del chico, sin ser el único en notarlo. El rubio era conocido en todo el recinto por ser el destello visual que muchos envidiaban, era querido y elogiado por ser increíblemente apuesto, un rostro tallado por los ángeles más lindos que hayan existido, catalogado como...

Príncipe Yeosang.

Cuando llegó en segundo año de preparatoria, había oído de él incontables veces, pero a decir verdad, le importó un rábano lo que especulaban según él. Pero por cuestiones de la vida, le trasladaron a otro paralelo y fue allí cuando en su asignación de pupitres, no pudo alejar su mirada de él.

No sabía que ocurrió al inicio, algo le dió impulso para saludarle, y ahora son muy amigos. Tanto que solían hablar un montón por mensajes de teléfono, contando lo que hacían diariamente hablando de sus gustos y tirrias.

Le agradaba, hasta el punto de estar encantado.

ㅡ Jongho-ah...

Salió de sus pensamientos de una sola, con la mirada aún sumergida en los verdes írises de Yeosang, quien le miraba ya con sus propias manos abrazadas sobre la superficie de plástico duro que tenía la mesa.

ㅡ O-Oh... ㅡ se recompuso en su asiento, sobando un poco su nuca, subiendo su toque disimuladamente hasta donde había estado Yeosang, soltando un suspiro parecido a una risa nasal. ㅡ Me quedé dormido.

ㅡ ¿Dormiste bien?

Pregunta, asiente aún cansado.

Pronto, Hong se les une, alertando a Wooyoung, llegando con una sonrisa enorme en sus labios revelando el visto bueno, por lo que, al serciorarse que el objetivo ya no estaba en su campo de visión, su espina dorsal recibió una corriente de emoción que le hizo aplaudir efusivo y casi lanzarse a los brazos de su amigo.

Quizás, esto nos asegura un emocionante explosión de emociones para después.


° ᡣ𐭩 . ° .

cuando será mi turno
T^T

con amor,
- kor ⚘️

Hacia ti - ၄၃ - seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora