Hacia ti - ၄၃ - seongjoong

၄၃ - vingt-sept

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Park Seonghwa no era exactamente el tipo de chico que era igual que su apariencia, de hecho, el cuento daba una vuelta completa cuando no juzgas un libro por su portada.

A pesar de la mirada profunda de expresión neutra hasta parecer enojada, no era parte de su personalidad en lo absoluto. Eso, había sido parte de su vida desde que era pequeño, por lo que, solía tener complejos hacia su propia persona.

Sin embargo, sin estar consciente de aquello, Hongjoong se encargaba de brindarle sus lindas palabritas llenas de cariño y bellos toques con sus dedos, soltando pequeños comentarios sobre lo guapo que era y lo mucho que le gustaba.

Hasta ese momento, estando un reconfortante y poco atareado sábado laboral, Hongjoong y su pequeña princesita se encontraba comiendo algo junto a él en una de las mesas mientras le peinaba su ondulado cabello brillante en lo que esperaban que los clientes llegaran a consumir o terminaran por retirarse.

El sonido del tintineo de la campanita en la puerta le alertó un momento, dejando a su hermanita junto a un saludo al aire que fue respondido de inmediato. Con una sonrisa amplia, abrazó a su visitante favorito, su alto chico de grandes ojitos azules, respirando su perfume sutil con las mejillas restragadas en su pecho.

ㅡ ¿Qué le sirvo hoy, señorito?

ㅡ Me encantaría hablar contigo un momento... ㅡ murmuró bajito Seonghwa, con el tono más dulce que pudo emitir hacia él. ㅡ Tal vez, luego pida un besito.

La pequeña risita enamorada salió tiernamente de los labios de Hongjoong, tapándose las mejillas ante el coqueteo directo. Sin esperar tanto tiempo, regresó a la mesita donde estaba su bonita Jihyo para sentarse y hablar por un ratito.

Al estar tanto tiempo estudiando, (y por parte del castañito, trabajando) casi no podían verse en persona aquellos días, pero aún así, solían hablar por teléfono al levantarse y antes de dormir; de todas formas, Seonghwa sabía que el contrario tenía un horario más apretado, por lo que empezó a adelantar sus tareas para salir a verle así sea por cinco minutos.

Adoraba estar junto a él, y los exámenes finales no serían un impedimento.

ㅡ ¿Has dormido bien?

Murmuró, arreglando un pequeño mechón de su castaño cabello con sus largos dedos, con una mirada preocupada. Agachando el rostro, Kim respondió sonriente tratando de calmarle.

ㅡ Sí, pero hay mucho trabajo estos días. ¿Qué hay de ti?

ㅡ Estoy bien, corazón. ㅡ comentó, bajando su mano hacia la del menor, sobando toda la corta extensión con la suya. ㅡ Tenía muchas ganas de verte.

Sin duda, su sonido favorito era la preciosa risa enamorada que soltaban sus dulces labios.

Una risa similar a las pequeñas carcajadas de los infantes cuando miraban algo de su gusto, aquella que le calentaba por completo su alma en vida, aquella que le permitía quererle más y más.

De vuelta, la campana de la puerta hizo llamar la atención del chico, disculpándose por la interrupción del bonito momento que crearon los dos en compañía de su hermanita, quien seguía comiendo un bowl de yogurt con mucha, mucha fruta y toques de almendra.