၄၃ - vingt

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° ᡣ𐭩 . ° .

El despiste abrumador que provenía del sociego ambiente, generado por el toque tan vivo y lento roce que los gruesos labios contrarios contemplaban lindas caricias a su rostro, despegando en una corriente eléctrica que movía todo su ser.

Derretido ante el toque, se dejó hacer.

Adorando por completo el camino de huellas que dejaba plasmados en la piel, tan tersos y delicados, pareciendo mentiras a su ser.

¿Aquello era real?

Inclinando un poco su rostro, dejando a total disposición su cuello, que a ojos cerrados el pelinegro lo notó, llevando sus caricias a otro extremo, vagando entre la línea de su mandíbula y el cuello de quien se encontraba debajo suyo.

Algo tan placentero, pronto se convertiría en algo más si no paraba.

Pero, no estaban a disposición de quedarse con ganas de disfrutar los toques y reacciones. Tan solo fue sutil, nunca intentó excederse ante la sumisión de su acompañante por aquella noche; marcando por completo el límite, hacia donde quería llegar con la ligereza de sus actos, perdiéndose totalmente gracias a ello.

Frotando sus pies bajo las sábanas, tratando de aliviar la sensiblería ocacionada por el roce por completo bien recibido de su parte, suspirando fuertemente, llegando al extremo.

ㅡ S-Seonghwa...

El jadeo bajito que soltaron sus labios retumbó hasta el punto más profundo de su alma, logrando que la enorme mano que descansaba en sus muslos, subiera por el pecho del castaño, aún con su atención en el movimiento de sus labios sobre la blanca piel; en dirección hasta su cuello del lado desatendido, acariciando con su pulgar suavemente.

La corriente placentera transitaba y se deslizaba por sus extremidades llegando a su corazón, haciendole delirar, sin recordar donde estaba, olvidando por completo hasta su nombre y apellido. Retumbando en las paredes de su mente tan solo de quién era el dueño del contacto maravilloso que le hacía alucinar por un poco más.

Se asemejaba a un artista creando una preciosa obra de arte en un lienzo en blanco, pero, aunque estuviera interesado en verle así, planeaba no dejar marcas de aquel momento. Tan solo queríendolo dejar en la mente de ambos, sin testigos, ni testimonios.

Pausando sus carnosos labios, respiró entrecortado sobre la unión de sus clavículas y hombros, aspirando la escencia natural de Hongjoong, tragando saliva por la inhalación. Intentó concentrarse, logrando emitir algunas palabras para dejar de hacer lo que hacía.

ㅡ Uhm... ㅡ a pesar de la soledad que les arrinconaba a ambos, mantuvieron un tono bajo, sumergiéndose en si mismos. Sonó ronco, conteniéndose. ㅡ si no paro ahora, realmente no me podré controlar...

ㅡ N-No... pares.

ㅡ ¿No quieres que pare? ㅡ restregó su mejilla en su cuello, con lentitud, incrustándo sus pensamientos en todo referente a él.ㅡ Debes descansar, cariño.

Tratando de regular su respiración, con el pecho subiendo y bajando intranquilo, trató en relajarse, batiendo sus pestañas. Alzó su mano encima de las sábanas, apoyandola sobre la de Seonghwa en su cuello, apretando un poquito, necesitándole.

ㅡ No te vayas...

Una risita coqueta se escuchó, junto a una inhalación de boca, sintiendo como le quitaba el aire al hablar cerca de su oído. Una voz tan varonil como aquella penetraba sus sentidos violentamente, incitándole a actuar, produciendo una sed infinita de deseo por tenerlo sólo para él.

Era un sentimiento compartido, ahora que confesó gran parte de las cosas; la parte que creía que solo fue utilizado por satisfacción fue completamente destruida cuando Seonghwa acertó en aproximarse peligrosamente a él, quedando a pocos centimetros. Pero, aún no había un encuentro de labios.

Le desesperó tanto, porque fue acallado por el comienzo de los tan famosos picos en su rostro, cerca de sus comisuras.

ㅡ ¿No quieres que me vaya?

ㅡ No... ㅡ el susurro más bajito que salió de sus cuerdas bucales le provocó un despiste total, sin embargo, de nuevo batalló internamente por convencerle. ㅡ Te quiero aquí.

El menor, casi agresivo, lentamente tomó de la tela de su camisa, en un agarre firme, sin permiso ni autorización de dejarle ir. Abriendo los ojos un poco, se dio cuenta que seguía oscuro, y sus ojos nublados no lograron divisar a perfección alrededor de su habitación, aún sumergido en la ola confortable que apaciguó su malestar de hacía más de una hora.

ㅡ Debes descansar... ㅡ repitió. Aquello le dejó ciego, pensando de nuevo en que podrían quedar en nada luego de aquello, por lo que, pendiente a esto, el mayor se relamió sus propios belfos, y se despegó por fin de la cálida zona del cuerpo del otro.

Eso fue nuevo para él.

Un vistazo lleno de deseo, de querencia pasional que emanaban sus ahora oscuros ojitos mieles, le proporcionaron una vivencia legítima, haciéndole desglosar el sinnúmero de preguntas intencionales al acto casi ilícito de su parte. Estando casi enfermo, se dejó llevar por el calor del cuerpo contrario, reafirmando que lo quería tantísimo sin decir tanta palabra de por medio.

Aquello le dejó tonto, tan tonto que olvidó por completo que solo le estaba cuidando por aquella noche; que, a ese punto, ya era más que una simple madrugada.

El frío adormecedor que impactó hacía ratos ya no tenía rastro, siendo sustituido por una enorne ola de calor que fascinó por completo al espectáculo protagonizado por su persona y aquel maniático y coqueto jovencito que robó su corazón.

Miró una poca de destello de estrellitas en el reflejo de sus cristalinos ojos, labios entreabiertos que le llamaban ansiosamente, a pesar de las roturas, seguían siendo rojos y jugosos. Por más minutos así, el castaño notó la adoración en el océano nocturno inmenso que proyectaban los preciosos ojitos contrarios, entendiendo por completo aquello que ambos necesitaban.

ㅡ ¿Qué esperas?

Alzando levemente una de sus cejas, el más alto responde.

ㅡ Tu permiso.

Con sus pequeñas manitos y un poquito de fuerza aún en la fina camisa blanca ajena, le acercó a su rostro, sonriendo corta y coquétamente hacia él, sin despegar sus orbes por otra dirección.

ㅡ Lo tienes... más que concedido.

Encarándose, con la llama encendida.

° ᡣ𐭩 . ° .

querían mimos,
yo lo sé > u <

con amor,
- kor ⚘️

Hacia ti - ၄၃ - seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora