၄၃ - vingt-quatre

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° ᡣ𐭩 . ° .

Los arrullos no eran más que un sinónimo de querencia por parte de ambos; algo tan amable y comprensivo como besarle bajo el fuerte colorcito de un atardecer bonito, rodeado de el sutil sonido del agua bajando desde puntos más altos y bajos.

Comodidad, y amor.

Apresados se hallaban los belfos finos y gruesos que terminaron por saborearse durante un largo rato, en compañía del pequeños contactos entre las manos y las pieles restantes, sin sobrepasarse. Los dígitos y las palmas vagaban sin orden determinado en la cintura del menor, las contrarias, reposaban nerviosas en sus hombros.

Eran dos almas juntas que se buscaban el uno al otro, conociéndose un poco más como les gustaban, aún si no daban un paso más allá, estaban dispuestos por completo a hacerlo.

Besándole tan bien.

Tan bien como aquellas bailarinas de ballet que logran desconectarte de tu alrededor, atento a sus movimientos al sentir del espectáculo con sutileza y perfeccionismo, captando tu total atención. Era igual, el danzar de sus carnosos labios rosados era algo más que digno de admirar, de sentir, y de adueñar.

Sin querer despedirse ni alejarse de la severenda exquisitez con múltiple gusto a frutas, se vieron obligados a separarse unos cortos milímetros en busca de aire, con jadeos silenciosos, que de todos modos, podían oírse.

Con su pecho subiendo y bajando con tantas ansias, corrió su rostro del beso esquimal para posar su nariz sobre los rojísimos cachetes de Hongjoong, cegado como tantas veces por la íntima conexión entre ambos, con dificultad para relajarse.

Repartiendo cortos y castos piquitos suaves en la fina y marcada mandíbula, Hongjoong era un caso perdido si de poner los pies en la tierra se tratase, divagando entre el majestuoso sentir de los toquecitos de dulzura que ofrecía el pelinegro.

Lo naranja del cielo percató al abrir sus grandes ojitos mieles cuando una respiración en el lóbulo de su oreja le sacó de su ensoñanción, perdurando por unos instantes hasta que la ronca voz susurrante de Seonghwa le habló luego de mucho.

ㅡ Tus labios me encantan, Hongjoong... ㅡ confesó ㅡ Realmente tengo ganas de besarte de nuevo.

Bajito y perfecto, como le gustaba.

En un meneo, giró su rostro, queriéndole encarar. Relamiendo sus finos labios, tentativo, relajó su mirada atrayendo la fijación de los ojos de Seonghwa, a una distancia escasa de su rostro.

ㅡ ¿Qué te detiene?

ㅡ Oh, dulzura... ㅡ expresó, cerrando sus ojos por un corto tiempo ㅡNo quiero que pienses que soy un necesitado.

Una sonrisa sostenida dejada caer por un suspiro se le oyó escapar a Kim, coqueteando a propósito. En cierto modo, Seonghwa sabía que él era quien más deseaba que su castañito tuviese prisioneros sus labios a él y que de ninguna manera le suelte jamás.

Estando tan loco por él, dejándose llevar por el deseo indomable de abrazarse de la finita cinturita cubierta por su camiseta, negándose en el proceso al no tener su consentimiento, sin dejar morir las ganas.

ㅡ ¿Y si yo quiero que me beses?

Acercándose otro poquito, preguntó.

ㅡ Entonces no hay vuelta atrás.

Robando un pequeño beso sincero de los ahora rojos belfos de su menor, acarició con sus manos el cabello de este, como un pequeño cachorro mimado necesitado de cariñitos.

Terminando por reposar ambas frentes juntas, disfrutanlo la cercanía ante el espléndido momento que compartían estando juntos, pidiendo a todos los dioses que nunca acabase. A todo esto, Hongjoong tuvo una enorme interrogante.

¿Qué era todo esto?

ㅡ Seonghwa...

ㅡ ¿Mhm?

ㅡ Yo... b-bueno ㅡ dudoso, tragó saliva fuertemente sin saber como continuar. Intentó configurar su cerebro, tratando de buscar las palabras correctas para no sonar tan mal, con un carraspeo. Seonghwa lo notó, separándose un poquito de él, sobando el bonito rostro de su acompañante con ambas manos. ㅡ N-Nosotros... ¿qué...?

ㅡ Kim Hongjoong.

Llamó, haciendo que sus pupilas encajadas entre el horizonte del paisaje natural se direccionaran hacia los globos oculares contarios, quienes le observaban con un particular destello cristalino que le hipnotizó por un instante, haciendo que de un pestañeo, retomase el pensamiento hacia donde iba dirigida su pregunta.

¿Qué somos?

ㅡ Hongjoong-ah, tú... eres el ser más precioso que han visto mis ojos. ㅡ comentó, dejando aquel esotérico que dejaba mucho qué pensar. Jugando con algunas de las hebras castañas húmedas por el agua, enredandolos entre sus largos dedos, continuó con seguridad. ㅡ Realmente te estimo, y del poquito tiempo que te conozco, te has vuelto alguien importante para mi.

Con los ojitos bien abiertos y los labios sin tocarse, la expresión de Hongjoong era un lema, algo indescifrable y a la vez tan predecible, que reconoció totalmemte Seonghwa.

Que su amor de mil maneras estaba más que sorprendido por su repentina confesión; y tal vez, lo habría malinterpretado, pero Park creyó que era el momento oportuno para expresar lo que sentía por él.

El verdadero toque sobre la escencia del cielo.

ㅡ Hay una historia con este lugar, ㅡ prosiguió, tomando una de sus manos con una tranquilidad y cuidado impresionante, sintiendo desde ella el los leves temblores en el cuerpo de Hongjoong. ㅡ Se dice que, cuando aquellas almas que se gustan vienen aquí, con el primer deseo, el amor que les atrae se volverá mutuo.

Ante la preciosidad en la mirada soñadora que le regaló Seonghwa, fue cuando verdaderamente pudo estar seguro de lo que se refería, dejando de pensar en el augurio de hacía semanas atrás tan perturbante que impidió florecer con velocidad aquellos sentimientos que empezaban a nacer en él.

ㅡ S-Seonghwa...

ㅡ Mi único deseo es que me permitas cuidarte, quererte y protegerte. Me gustas mucho, Joongie, adoro tanto tu persona, que ya no puedo imaginar un mundo donde no estés tú. ㅡ tomando su barbilla con dos dedos, alzándola un poquito, sonrió con sincereza, con ojitos adormecidos de reflejado e inigualable aprecio. ㅡ Sé que aún somos muy jóvenes, pero, solo quisiera saber si... ¿Me permitirías estar junto a ti?

En un solo impulso, con una idea fugáz sin tanto proceso mental, tomó de las mejillas rosaditas de Seonghwa, inclinándose hacia él tanto como pudo hasta que sus propios belfos impactaron con los suyos, en un roce tan íntimo y certero.

Tan lleno de romance que logró estallar su manojo de nervios, desde la raíz de su cabello hasta la punta de sus pies.

Era más que un "sí".

Con eso, sus cuerpos buscaron más de aquello, más profundo en el agua, hasta que sus cabellos danzaran cuando se hundieron en ella, aún con los labios compartidos en un palpamiento sediendo de amor.

El atardecer ahora de toques oscuros, sintiendo las pieles a más no poder.

° ᡣ𐭩 . ° .

parte tres.
(último)

de este capítulo nací yo,
vivan los novios!!

con amor,
- kor ⚘️

Hacia ti - ၄၃ - seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora