၄၃ - vingt-deux

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° ᡣ𐭩 . ° .

En la vida existían tantas cosas que le agradaban, los dulces y las flores le encantaban; pero hablando de algo que por más que quisiera tocar, volar sobre él y vivirlo de cerca, era, sin dudas, el cielo.

No estaba demasiado soleado, pero el calocito de la tarde abrazaba su piel de una manera que encantaba el ambiente mientras miraba hacia todo el panorama, pedaleando sin una pizca de rapidéz, admirando absoluto como sus lindos ojos se sumergían en lo que captaban.

Las nubes tan altas como regalo en pinceladas al blanco pastel, las tonalidades celestes que se degradaban eran tan preciosas y refrescantes para ellos, dándoles animos y tranquilidad.

Aquel azuláceo mar contundente de colores y movimiento de las propias olas encima, luminosas por gotas de brillo efímero de tarde también era digno de admirar; la orilla se veía tan agradable, robándole una que otra mirada por el rabillo del ojo, despistándole de la carretera.

Una vista sin igual.

ㅡ El día es muy lindo~

Murmuró para si mismo, notando como el mayor, que iba frente a él, desviaba su bicicleta hacia el doblar de la ciclovía, con el panorama de la playa quedando atrás; ahora, empezando a ver uno que otro árbol, poco a poco, comenzando a mirarse ya no una carretera decorada, si no, a sustituto, un camino de césped muy verde y lleno de naturaleza.

Pequeñas florecillas en el suelo llamaron su atención, el caminito ancho era una guía para seguir el paso, al percatarse de dónde iban.

Decidió no preguntar, hasta empezar a ver algunos árboles con troncos más robustos, un montón de arbustos llenos de florecitas y vayas de varios colorcitos que llamaron la atención.

Seonghwa, quien en todo el trayecto venía sumido en silencio, bajó de su bicicleta, apoyándola en una de las piedras que descansaban por allí. Hongjoong imitó su accionar, tomando su mochila de la canastilla del frente.

ㅡ Llegamos. Es aquí.

Deslizandose por toda la zona, sus pupilas se agrandaron con asombro al percatarse del precioso ambiente que pisaban sus pies ahora, mirando una que otra mariposita volar por ahí encima de las tantas especies de flora que se esparcían. Dando una completa vuelta para verlo todo, se centró en quién veía atentamente a su persona, mas no al encantador paisaje.

ㅡ Este lugar es muy lindo, me encanta.

Acercándose un poco, sin quitar la conexión sobre él, alzó una de sus manos para posicionar una de sus palmas sobre las mejillas rosaditas de Kim. Las comisuras alzadas milímetros le aseguraron al menor que realmente estaba cómodo allí, junto a su compañía.

ㅡ Aún no has visto todo. ㅡ un murmullo muy tentativo percató su sentido auditivo, erizándole la piel. Su pulgar dibujó pequeñas líneas en sus mofletes, con una severa lentitud, haciéndole querer más contacto. ㅡ Sígueme.

Se alejó un poco de él, extendiendo suavemente su mano para querer tomar la contraria entre las suyas, en una acción de atraerle. Sin embargo, el calor de sus mejillas fue un notable signo de timidéz, por lo que, pide permiso al deslizar esos largos dedos por la muñeca del menor, con la yema de los mismos tocando finamente la palma de Joong.

Adentrándose más en aventura, al fin pudo oír la razón de su corto viaje de carretera junto al primor que le acompañaba, deslumbrándose por aquel paisaje tan divino que le pudo haber presentado, haciéndole emocionar.

Entre rocas y plantitas verdes de pequeñas flores, aguas lindas de preciosa vistas de un río amplio que poseía tan bonito bosque que le hizo casi soltar algunas lágrimas de lo maravillado que estaba; mirando por todo el lugar, pudo darse cuenta de que también chorreaba agua, simulando cascadas pequeñas, hasta el fondo, donde se encontraba la gran principal.

Inclinándose un poco, notó los pequeños pecesillos que nadaban por ahí, serenos, encontrandose entre ellos.

ㅡ Dios mío, esto es precioso... ㅡ admiró, llevandose una manito a su boca.

ㅡ ¿Te gusta? ㅡ Los preciosos ojitos oscuros hicieron contacto con los claros suyos, sonriéndole encantadoramente ante la positiva reacción de su menor.

Quedando plasmado en el alma, tal como una flecha de cupido, directo a su corazón.

ㅡ Me encanta, Seonghwa.

Con una mueca calmadamente feliz, le miró otros pocos segundos, bajando lentamente hacia sus rositas labios que le llamaban una vez más por ser apresados entre los suyos; aún luchando internamente por no hacerlo, tragando saliva se dispuso a acomodarle un pequeño mechoncito de su flequillo que caía cerca de sus ojos, tiernamente.

ㅡ Me alegra... que te guste.

Una frase de doble vía, acatada en milisegundos.

Aún con las profundas ganas de abalanzarse sobre él, optó por mejor acomodar ambas pertenencias en un mejor espacio, ideando un poco alguna decoración donde pudieran sentarse y conversar.

Sacando algunos piques de fruta fresca, como arándanos y miel, con total tranquilidad quedaron sumidos en un ambiente que contruyeron en el área. Sumado a su tranquila y amistosa charla, el clima al estar algo caliente aquel día se estaba empezando a proyectar, regalando un efusivo calor a sus cuerpos.

Sí que les gustaba recostarse sobre el piso, observando con total detenimiento el espléndido y luminoso cielo lleno de algunas nubes difuminadas, bajo ellos, cayendo lentamente algunas hojitas y pétalos blancos, danzando en el aire en una música insonora que en la mente sonaba como banda frente a sus narices.

ㅡ Pensé que tus favoritas eran las fresas.

Una pequeña risita se escuchó para él.

ㅡ Lo son, pero los mandarinas también son mis favoritas. ㅡ habló Hongjoong, alzando una de sus manos, movió despacito sus dedos en armonía arriba de su rostro, intentando distraerse en alguna otra cosita. ㅡ ¿No crees que hace un poco de calor?

Esperando por un corto rato su respuesta, Hongjoong notó que no llegaría ahí.

Volteando un poco su rostro, pudo ver como Seonghwa se recompuso, sentándose, observando la suave corriente de agua que trasladaba por el río. Le miró, con suma atención cuando el mayor se levantó de su lugar, quitándose los zapatos de uno en uno, sin mirarle.

Los vítreos luceros brillaron al percatarse cómo con severa lentitud alzaba su camisa con ambos brazos, dejando a exposición la clara y perfecta piel de su tan bonitamente esculpida espalda, incitándole a ver más.

Lo consigue.

Al despojarse de la prenda, la sostuvo entre sus manos frente a su pecho aún mirando hacia en frente, en cámara lenta, giró su cuello a su dirección, conectando al fin singulares írises oscuros en los suyos.

Palpando una vez más en el sentimiento viváz que le recordaba su gusto por él.

Caminando a su lugar, despacio, con un rostro perplejo, atónito; aquella porción del cuerpo de mayor que jamás, entre todas sus fantasías en donde le imaginaba en distintos escenarios inocentes, pudo imaginarse al menos un segundo acerca del delgado y bien definido torso de Seonghwa, siendo admirado en una demasía que desencadenó una avalancha de emociones.

ㅡ ¿Tienes calor?

Oh, amor, no te haces una idea.

° ᡣ𐭩 . ° .

parte uno,
no puedo esperar para
los que siguen <3

con amor,
- kor ⚘️

Hacia ti - ၄၃ - seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora