၄၃ - vingt-six

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Alguien apuesto, de rasgados ojos de un azul marino, hechizantes de pomposos labios gruesos, era uno de los modelos a seguir de varios chicos, que hasta decían algunos de sus compañeros del club, tenía un grupo de admiradoras.

Ese era Song Mingi.

Un chico de un cuerpo increíblemente grande y bien formado gracias a sus tantas contribuciones en partidos de liga nacional, adoraba los deportes, aparte de los videojuegos. Pero probablemente, deberías mirarlo bien de cerquita para darte cuenta que detrás de esa fachada de chico rudo y molesto, en realidad, portaba una personalidad de niño juguetón que adoraba la crema dulce y los duraznos.

El alto chico de metro ochenta y cinco con precioso cabello oscuro era más como un pollito de ojitos tiernos.

Aunque, para ser sinceros, al principio de todo, cuando aún era un joven muchachito de diez años, se asemejaba más a un tronco alto que no hablaba demasiado con sus demás compañeros, a excepción de su primo, Seonghwa.

Estos dos, siempre estaban juntos, eran más que inseparables; no fue hasta que la madre de Hwa tuvo que cambiarle de escuela cuando ambos tenían doce años. Para este tiempo, apareció Jeong Yunho, quien se encargó de recordarle lo bonito que era hacer amigos y parlotear sin parar, logrando hacerle olvidar lo solitario de los días sin su primo y, para antes de él, único amigo.

Hasta que ambos chicos se reencontraron en la actual preparatoria, y varias veces en los descansos y horarios de educación fisica, solían quedar para charlar un momento o practicar una partida de cualquier deporte de forma amistosa con el resto de sus amigos del salón.

Pero había un gran detalle que pasó por alto muchas veces.

Yunho es muy, muy guapo.

Al principio estaba en una rotunda negación ante su mejor amigo, el cachorro súper amable que categorizó como un héroe de ojos bonitos el cual adoraba; poco a poco fue descubriendo innumerables facetas y acciones que le agradaron tanto, hasta el punto de creer alguna vez en que podría enamorarse de él.

Si fuera una chica.

Era igual cuando salían a "citas de amigos" para despejarse del estrés académico, yendo a visitar varias tiendas de ropa, comida y videojuegos juntos, divirtiéndose como los jóvenes que eran.

Alguna vez, Mingi se atrevió a preguntarle lo más discreto posible sobre su tipo ideal, estando con el rostro colorado de la pena que le dió tocar ese tema hacía algunos años, pero al ser Yunho, sólo contestó con aquello que le confundió hasta aquel día.

ㅡ Quisiera que mi novia fuera una linda princesa encantadora que me ame mucho.

Él es lindo.

Él es encantador.

Él lo ama mucho.

¿Será posible?

Perplejo ante el recuerdo del pequeño Mingi de trece años, regresó a su realidad, observando el precioso atardecer con colorcitos degradados en naranja y rosas, con lindas y esponjosas nubes alrededor del cielo.

Descansando en el césped de la cancha de fútbol; sentado con las rodillas dobladas y sus manos sosteniendo su parte superior detrás de su espalda, junto al bonito cabello de Jeong Yunho en su regazo.

Pestañeando varias veces, se inclinó un poco en su misma posición, queriendo verle los cerrados ojos redonditos de su mayor sobre sus pestañas. Sereno, con la respiración tranquila, acostado en el verde césped del lugar.

Hacia ti - ၄၃ - seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora