၄၃ - la proposition d'amour

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La propuesta de amor

La palabra amor es variable.

Para cada persona, significa algo diferente; tiene tanta escencia que te hace pensar un buen rato sobre tu estado actual; sobre tus sueños, sobre a quién quieres, a quién adoras, a quién amas.

"¿Amo algo?" preguntó alguna vez.

Tal vez puede ser fuerte para algunos, indiferente para otros, pero cada uno de tus pensamientos tiene un principio. Para amar, debes empezar por algo.

Ese algo, estaba con él.

Sin quitar la vista sobre las olas del mar, con movimiento, tranquilas de formarse gracias al vientecito de la tarde que golpeaba sus mejillas rojitas por el calor, observó por varios segundos, indagando y perdiéndose entre su propia mente abrumada por aquello que quería lograr aquel día, lo estaba consiguiendo.

Mientras un segundo aún dormía plácidamente, optó pasear por su casa frente al mar, con una vista armoniosa que reflejaba un hermoso paisaje casi paradisíaco, relajante, candente.

Quitando un momento sus gafas oscuras, se recostó en la hamaca por un largo rato, mientras reproducía una lista musical a volumen considerable a pesar de estar sólo en el último piso del hogar.

Su hogar, pero faltaba algo.

Más bien, alguien.

Con un suspiro calmado, se acurrucó mejor sobre la tela color hueso que mecía su cuerpo, junto a uno de sus pies encima del piso de madera ayudandose a mecer. Una relamida de labios, suave, recordó a su encantador flechazo clavado en su corazón.

Sumergido entre tantos recuerdos, sonríe brevemente al acordarse que tal vez, debería ponerse en marcha.

Pensó que debía interrumpir el momento de soledad, así que, estiró un poco su espalda y cuello antes de levantarse, hurgar y preparar en la cocina un par de cosillas necesarias para después. Al ordenar algunos muebles, velas y flores, sintió que el ambiente estaba cada vez más cálido, por lo que, ya con algo de nervios en su ser, sube las escaleras.

Poniendo en marcha su misión del día.

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El atardecer era algo digno de apreciar.

Decae el azul celeste del inmenso cielo, prometiendo un divino amarillo de tonos naranjas, rosas y púrpuras que deslumbran cada día de tu vida.

Sobre las amplias ventanas del nido del amor, el resplandor abrazada su rostro, de grandes ojitos rasgados y facciones muy bien definidas que resaltaban su belleza natural. Aquella boquita abultada en un pequeño puchero, de expresión serena como olas del mar en una noche desierta.

San lo sabía, su pareja era la persona más hermosa del planeta. Y su recordatorio diario de que por él vivía y moría, estaba haciendo su labor.

Después de tanto tiempo de haberlo pensado, creyó que era hora de sacarlo a la luz. Era el día tan esperado para Choi, estando en un manojo de nervios desde temprano, sus anticipadas vacaciones laborales permitieron que tomara paso a uno de los momentos para la evolución en su relación.

Una cita importante.

Para el próximo pestañeo que enfocó mejor su vista al bonito con mejillas rojas sobre las sábanas blancas, se recostó una vez más, abrazándole por la cintura y sus piernas entre las contrarias como lianas enredadas sobre los árboles. Las calientes manos de San opuestas al frío de la tarde fueron eficientes para que el chico de lunares se removiera buscando fervor, suspirando un poco, al abrir sus pestañas.

Hacia ti - ၄၃ - seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora