Taehyung entró apresuradamente al lobby del aeropuerto de Ezeiza, empujando un carrito repleto de equipaje. Como de costumbre, su enorme belleza llamó la atención de todos de inmediato. Estaba enfundado en unos jeans azules, sweater negro y un abrigo largo del mismo color. No podía decirse que su ropa fuese llamativa o provocadora, todo lo contrario, vestía con sencillez y recato, pero su rostro y su figura eran de una hermosura inigualable. Aún habiendo cumplido los treinta se veía tan guapo como en sus veinte. Quizás, su revoltoso cabello castaño era la clave para mantener un look juvenil. Sin embargo, su piel y su cuerpo seguían tersos y firmes a pesar de...
_ ¡Soobin! _ gritó con el corazón dándole un salto.
En lo alto del carrito, sentado sobre las maletas, el pequeño de casi cuatro años bailoteaba inestablemente al ritmo de la música que escuchaba en sus auriculares.
_ Quédate quieto, por favor. Te vas a caer.
_ Lo siento, Tata _ murmuró con un precioso pucherito, la única característica que su hijo había heredado de él.
_ Lo sé, mi amor _ dijo Taehyung con una mueca de resignación _ Pero debes tener cuidado. Si te caes de ahí arriba te harás daño. Y si te haces daño no podremos subir al avión. Y si no subimos al avión no podrás ver ni a los tíos ni a la abuela.
_ ¡No! _ sus grandes ojos negros denotaban preocupación _ Quiero ver a los titis y a la abu. Me portaré bien.
Con férrea decisión, metió sus manitos debajo de sus muslos como demostración física de lo quieto que se quedaría. El castaño, no pudo menos que derretirse de amor. El mismo amor que sintió desde el día que supo que iba a tenerlo.
Su hijo estaba muy emocionado por visitar Corea por primera vez, aunque Tae no podía decir lo mismo de sí. Luego de casi siete años, estaba regresando por segunda vez en su vida a su país natal, y no era algo que lo entusiasmara mucho.
De hecho, no había estado en sus planes volver. Pero en los últimos tres años, el crecimiento de su finca había sido enorme y la calidad de sus productos estaban en lo alto del podio. Desde hacía unos meses, un nuevo vino rosado creado en su bodega, estaba ganando muchos premios de prestigio internacional, y la Asociación Enológica de Corea lo había invitado a presentarlo en Seúl, aunque él rechazó la invitación. Eso motivó el interés por su bodega de cierto empresario hotelero, y recibió de parte de este una propuesta para montar en su cadena de hoteles una vinoteca provista exclusivamente con las diferentes etiquetas de Bodegas Kim y, en especial, Dos Sures, el multi premiado vino rosado.
El negocio era ampliamente rentable para Tae, ya que le garantizaría la expansión en Asia, generando un alza considerable en las exportaciones. Esto significaba un futuro económico más holgado para su hijo y para sus trabajadores. Luego de varias reuniones virtuales con los representantes legales de P&P Hotel Group habían llegado a un acuerdo y cerraron el trato. Pero luego de que todo estuvo listo para la inauguración, el empresario se empecinó en que el castaño hiciera la presentación oficial y eso, obviamente, requería su presencia en Corea. Tae, en un principio se negó, pero Soobin y sus amigos habían insistido tanto que, vencido por cansancio, decidió matar dos pájaros de un tiro. Se comunicó tanto con la asociación como con el grupo hotelero y puso como condición que ambos eventos se hicieran en Busan, donde vivían sus amigos. Cuando ellos aceptaron encantados su pedido, él se quedó sin excusas.
Su reticencia a pisar su suelo natal tenía una sola razón de ser. Una razón muy fuerte. No quería arriesgarse a un posible encuentro con la persona que le había destrozado el corazón. Su ex prometido. El otro padre de Soobin. Jeon Jungkook.
Pero, lo que definió su visita fue el razonamiento de sus amigos. Ellos pensaban que si nadie había sabido de Jeon en más de cinco años, Tae no podía tener tanta mala suerte de encontrárselo durante las pocas semanas que duraría su viaje. Además, Jungkook detestaba a su propia familia, por lo que era más que improbable que fuera precisamente a Busan, donde vivían sus abuelos y su madre.
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Entre Viñas y Cerezos 2
Fiksi Penggemar2° libro. La hermosa vida de Tae y Jungkook en la finca terminó por culpa de una mentira. Ahora, varios años después, un nuevo viaje a Corea lleva al castaño a reencontrarse con un muy difirente pelinegro. ¿Podrán enderezar sus caminos esta vez, y...