veinte

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Al día siguiente se despiertan por el grito que soltó la Madre Superiora al verlos durmiendo en el duro suelo, abrazados para juntar calor, y con dolor de cuerpo por el lugar en el que descansaron. Ese día, por suerte, ambos lo tuvieron libre, Minah comprendió que pasaron toda la noche en un lugar frío y desolado, por ende no iban a tener las suficientes energías, ni ganas, como para presentarse allí. Obviamente eso conllevó que Monjas como Beatrice y su amiga que la seguía en todo, criticaran a JungKook, diciendo que era una falta de respeto que falte a sus actividades cuando era el Obispo fijo del convento, ni hablar de lo que supusieron sobre él y Kaia, con que se habían encerrado allí a propósito para cometer actos impuros, o que alguna fuerza maligna los había encerrado para vengarse por todo el mal que hicieron alguna vez en su vida. Esa fuerza maligna tenía nombre y apellido, pero claro que Beatrice no iba a mandarse al frente sola, y Kaia aprendió que ir con la verdad no siempre era bueno, menos cuando Minah ya la tenía en la mira de forma negativa.

Esa noche juntos fue...extraña, para ambos. Habían estado besándose un largo rato, no pasaron nada más allá de simples besos, algunos con lengua y otros sin, parecían dos jóvenes aprendiendo a besar y haciéndolo por horas como si lo fuera todo en el mundo. Dentro de JungKook se había desatado una pasión que creyó tenerla olvidada, la sujetaba con tanta firmeza y la besaba de una manera voraz, impidiéndole que se aleje de su cuerpo, que lo suelte tan solo un segundo que no sea para tomar aire y después continuar, quería convertirse en su nueva droga, estaba dispuesto a serlo, y Kaia se dejaba totalmente. Ella no estaba decepcionada ni mucho menos por el hecho de solo haberse besado, consideraba que era una avance enorme entre ellos, y si pensaba que a la primera de estar a solas podrían tener sexo, estaba muy errada. Ella ni siquiera iba con expectativas de que algo sucediera, mucho menos pensaba encontrarse con JungKook, pero Dios decidió ponerlos juntos ahí y...no podía culparlos por lo que habían hecho.

Lamentablemente, toda esa pasión que él sintió durante esa noche de besos, se fue al día siguiente, y con ello regresó el arrepentimiento. Comparó sus sentimientos como cuando alguien es infiel, sí, muy irónico que él lo piense así cuando lo habían engañado a él, pero era reconocido que muchas de esas personas se dejaban llevar por el impulso de la noche, por las sustancias ingeridas, o simplemente porque la madrugada tenía un efecto distinto en los humanos que los hacía desatarse, pero cuando el sol aparece, todo aquello se esfuma, y con eso, llegan los pensamientos de "¿qué demonios hice?". No era porque Kaia tenía algo malo en ella, tampoco porque se arrepentía de dejarse llevar por sus impulsos justamente con ella, podía ser con Esperanza o con otra Novicia que se sentiría igual de culpable. Había roto un juramento que tenía con su Dios todo poderoso, y además de ello, había abierto las puertas que dejó cerradas cuando Jisoo se fue, llevándose todo de él y dejándolo en la nada.

Lo extraño, era que en ningún momento pensó en su ex prometida, por lo menos no hasta el día siguiente que se sentó a pensar hace cuánto no se besaba con alguien, y los recuerdos con ella aparecieron. Ya ni recordaba cómo lo besaba Jisoo, pero estaba seguro que no era de la misma forma en la que Kaia lo hizo. Ella se mostraba apasionada, no ocultaba los jadeos que salían de su garganta, e incluso lo apretaba un poco del cuello o le jalaba los cabellos cuando le mordía el labio inferior, no se contenía para nada, y quizá también la situación influyó mucho, porque eran dos adultos a solas en un lugar frío y oscuro, escenario perfecto para cualquier imaginación pornográfica, pero lo había dejado embobado la forma en la que ella lo besó, era tan...tan envolvente que no quería salir de ahí jamás. Y Jisoo era mucho más distinta, ella siempre fue más suave a la hora de besar, y le dejaba el control en las manos a JungKook, cosa en la que él no tenía problema, porque esos besos tímidos lo habían enamorado por años, incluso cuando ella se había marchado, él los seguía recordando con amor y pasión, pero...eran distintos a los de Kaia, no eran mejores ni peores, simplemente distintos.

Dear Lord| jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora