Las mejillas de JungKook se prenden fuego por las palabras tan liberales de Kaia, a veces envidiaba a las personas que no tenían ni un poco de vergüenza o miedo de decir las cosas, como ella o JiMin. Pasa la lengua por sus labios inevitablemente, recordando lo bien que se sentía besarla, la forma tan dulce en la que lo hacía y como parecía que sus labios danzaban sobre los suyos como si se conocieran hace años. Moría por besarla, no iba a mentir, todo aquello que se dijo a sí mismo la noche anterior sobre que debían detenerse antes de que sea demasiado tarde ahora parecía ser una burla, y es más, su propio cerebro se burlaba de él por la forma en la que se olvidó todo lo que ayer había practicado para decirle a Kaia el día siguiente. Era débil ante ella, y no podía ser así, porque de esa forma podría manipularlo en cualquier momento, y eso no llevaba a nada bueno, mostrarse débil ante alguien solo era abrir una puerta para que pudieran lastimarlo.
Y él no iba a pasar por lo mismo dos veces.
⎯ Está noche estaré en el convento, ¿puedes esperarme a las 23 en la cocina?
Lejos de lo que Kaia pensaba, que su mente comenzaba a emocionarse, al igual que su cuerpo, JungKook solo quería hablar para que detuvieran esto que estaban haciendo, debía ser fuerte y no dejarse llevar, no podía caer en la tentación y arruinar lo que le costó años conseguir, solo por una mujer. La perdición de toda persona era enamorarse, él quería detenerse antes de que eso ocurriera, porque cuando su corazón caía, y por consecuencia él también, no había nada que lo detenga, no le iban a importar los años que pasó preparándose para ser Obispo, lo dañado que Jisoo lo dejó, o el romper todas las reglas con tal de estar con Kaia para toda la vida, porque JungKook tenía eso, que podía ser un defecto o una virtud, dependiendo quién lo vea, y era que cuando él se enamora en serio, era capaz de darle la espalda a todo el mundo solo para ser devoto de su mujer. Se convertía en un jodido idiota cuando se enamoraba.
Kaia asintió efusivamente con la cabeza, no importaba el sueño que tenía por haberse levantado realmente temprano, incluso estaba pensando en darse una escapada de ese lugar para comprar una cuchilla de afeitar y depilarse, pensando que JungKook la citaba para eso. Estaba feliz por haberse arriesgado y decirle lo que quería hacer, creyendo que había funcionado y por eso él la citaba a solas. Tampoco había que culparla, si un hombre con el que ya tuvo un acercamiento sexual y la tensión entre ellos era tanta que por poco todos se daban cuenta, la citaba a tales horas de la noche, donde era más que obvio que estarían solos, pues no sería la única que pensaría en que iba a suceder algo. Tal vez JungKook eligió mal sus palabras, o por el contrario, fue muy astuto en no nombrar la verdadera razón para verse a solas, porque muy en el fondo sabía que Kaia iba a negarse a dejar de verse, o directamente no asistiría a la cocina a dicha hora con tal de no romper aquello que tenían, que ni siquiera tenía nombre.
Ella no estaba obsesionada con JungKook, aunque pareciera, solo quería estar con quien es su amor platónico, y sabiendo que además de ser guapa es carismática y graciosa, pensaba que podía llegar a tener oportunidad. Capaz muy egocéntrica decir que podía hacer que el Obispo rompa su celibato y todo lo relacionado solo por ella, pero no se consideraba egocéntrica, sino esperanzada, irónico que ese era su nuevo nombre. No se creía la última mujer del mundo, porque estaba segura que cuando JungKook salía del convento podía encontrar mujeres mucho más hermosas que ella, pero de lo que sí estaba segura era que como ella no había otra, con el combo completo; amigable, divertida, atenta, cariñosa, apasionada, consejera, fiel, en fin, simplemente alguien como Kaia, que a veces podía ser algo tonta, pero hasta eso podía llegar a considerarlo como una característica que no muchas mujeres de ahí afuera podrían tener.
Y JungKook, por otro lado, debía confesar que en Kaia veía algo distinto, no quería llamarla el anticristo o algo así, porque ella era muy buena como para estar relacionada con el lado malo del mundo, pero era muy notorio como rompía una y otra vez el celibato, o estaba dispuesta a hacerlo, sin contar que si pudiera representar uno de los siete pecados capitales, ella sería lujuria, sin duda alguna. No solo porque ella de por sí tenía unas vibras sexys, que aún utilizando su uniforme de Novicia y con un rosario colgando en su cuello no se iban, sino también porque estaba tentando a JungKook a pecar. No quería llamarla ninfómana, porque de ser así posiblemente estaría con cualquier persona sin importar el sexo, o tocándose en cualquier lado, nada más era una mujer atractiva, sensual, que disfrutaba del placer, y lamentablemente, Jeon tenía prohibido otorgárselo.
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Dear Lord| jjk
FanfikceKaia tuvo que escapar de su pueblo después de que unos prestamistas quisieran cobrar cuentas con ella, gracias a su madre fallecida que les pidió dinero hasta el hartazgo. Tenía que crear una nueva identidad, esconderse donde pudiera, y la amiga de...