veintitrés

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Kaia abre la boca sorprendida, incluso sus ojos permanecen abiertos y no puede creer lo que JungKook le había dicho, o mejor dicho, pedido. Estaba comenzando a pensar que quizá la falta de sexo le hacía mal y comenzaba a imaginar cosas, pero cuando notó la pesada mirada de él encima, podía jurar que sus ojos estaban hasta más oscuros de lo normal, y que a través de los mismos le estaba pidiendo detalles de lo que había hecho aquel día. Dios, su estómago se retorcía de los nervios, nunca fue buena hablando sucio, hasta podía considerarse a ella misma una ridícula en ese momento, y no sabia si lo que diría era con mucho detalle, o por el contrario, con falta de los mismos. Ni siquiera pensó en la posibilidad de que él pudiera pedirle algo así, no se preparó para nada, ¿y si ahora JungKook quería tener sexo duro dentro del confesionario y ella con una depilada a medias? Estaba viviendo su mayor pesadilla, y a su vez, su mayor sueño se estaba haciendo realidad.

Carraspea mientras mira el suelo, la incomodidad de su zona íntima mojada comenzaba a hacerse presente, hasta sus pezones estaban tan duros que pensó en la posibilidad de que perforen su uniforme de Novicia, sentía las mejillas calientes y que su lengua no podía moverse para hablar debido a los nervios. Aún así, reunió todo el valor posible, si JungKook le había seguido el juego no era solo para que ella le diga la forma en la que se folló su propio coño con sus dedos y que después le diga que debía rezar diez padres nuestros y seguir con su vida, estaba casi segura que algo ocurriría allí, así que solo por eso estaba dispuesta a arriesgarse.

⎯ A-ah, yo...⎯ tartamudea nerviosa, por Dios, en serio hablar sucio era más difícil de lo que parecía, en los libros eróticos se veía tan caliente que hasta le daban ganas de masturbarse, posiblemente ahora cuando JungKook la escuche se le iba a bajar la erección, bueno, si es que había logrado formarle una con los tontos tartamudeos que soltaba.⎯ me toqué en un baño porque mi habitación estaba ocupada. Cerré la puerta con seguro por miedo a que ingrese alguien. Mis bragas estaban empapadas de sólo imaginármelo.

Suspiró cuando no escuchó nada del otro lado, esperaba que JungKook le dijera lo pésima que era para hablar sucio, porque además, ¿realmente era un dato necesario decir que cerró la puerta con seguro, o que estaba su habitación ocupada? ¡Obvio no! Pero los nervios le jugaban muy en contra, y es más, le sorprendía no haberle dicho hasta el color de los azulejos o la extraña posición que tuvo que hacer para poder llegar a su orgasmo. Pero se sorprendió cuando escuchó el sonido de un cinturón desabrochándose, y miró a JungKook, pero no podía ver nada más allá de su rostro y cuello, y lo único que podía notar era que él miraba hacia abajo mientras respiraba agitadamente.

⎯ ¿Ah si? ¿Y qué te imaginabas?

⎯ Que follabamos en la biblioteca.⎯ confesó, perdiendo la vergüenza y el miedo. JungKook asintió lentamente antes de pasar la lengua por sus labios, dejándolos brillantes. Kaia necesitaba salir de ahí para estar a su lado, pero su cuerpo no reaccionaba, solo podía sentir lo mucho que se calentaba por esos simples gestos y lo prohibido que se sentía estar contándole algo tan intimo a un Obispo en un confesionario. Nunca tuvo el fetiche de follar en una iglesia pero...podía ser un perfecto lugar para faltarle el respeto a aquella regla de tener sexo después del matrimonio.⎯ Me lo hacía mientras me presionaba contra un estante y cubría mi boca por mis gemidos, ni siquiera me quitó la ropa por la adrenalina a que alguien pudiera entrar y vernos.⎯ relató tal cual su cerebro creó el escenario perfecto.⎯ Usted gemía en mi oído, con una mano me apretaba el pecho y con la otra me...me tocaba.

⎯ ¿Te penetraba también?⎯ pregunta con la vista en su miembro duro, mientras su mano subía y bajaba lentamente, no solo imaginándose la secuencia que ella le contaba, sino también por lo caliente que se sentía que estuviera diciéndoselo todo. Kaia asintió con la cabeza, mordiendo su labio inferior, con intenciones de tocarse a ella misma, pero tenía miedo de que ingrese alguna hermana al confesionario pensando que estaba vacío.⎯ ¿Cómo lo hacía?

Dear Lord| jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora