Capítulo 6

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Llegó EL Viernes.
El día en el que Juan Pedro iba a firmar el contrato si finalizaba su día sin ser despedido, al pisar la empresa encontré un café comprado en mi escritorio con una nota.
"Es hoy" leí y me hizo reír, patético.. estaba siendo muy básico.
-Hola-Peter entró a mi oficina después de que lo deje pasar- traje medias lunas para todos.. el café para vos sola-elevó sus cejas y me acercó la bandeja- estoy haciendo buena letra-me jodió y elevé mis cejas, traté de ponerme seria- por eso el café que compré para vos es completamente personalizado, tu amiga Candela me dijo tus gustos, latte de vainilla con doble shot de expreso
Me crucé de brazos volviéndome aún más seria, Candela era una idiota.
-¿Es tu cumpleaños que trajiste facturas para compartir?-cambié de tema-¿tengo que decirte feliz cumpleaños?
-No es mi cumpleaños Lali-Peter negó con la cabeza mirándome divertido- hoy es EL día en el que voy a firmar el contrato para quedarme... vas a verme la cara cada día de tu vida-me miró con firmeza y eso me intimidó, me puse de pie incómoda y él se apartó- no quería ponerte nerviosa..
-Ponerme nerviosa no es lo mismo que incomodar-aclaré- igual... ahora que no pienso no es que me incomodaste... es algo raro-la boca se me quedó entreabierta después de razonar "bien" lo que había dicho- ¡si logras que no te despide al final del día laboral vas a seguir laburando conmigo!-sonreí nerviosa- ¡suerte!
Le di palmaditas en la espalda a Peter para que se volteé y camine hasta la puerta.
-¿Me estas echando sutilmente?-elevó sus cejas coqueto y me reí al borde de un brote nervioso.
-TE VAS-elevé el tono de mi voz- tengo que trabajar Peter..-intenté hablarle suave- más tarde vemos
-OK-me miro a los ojos con una sonrisa y lo vi girar, acto seguido me dio la espalda y caminó... y se alejó, cerró la puerta.
Al quedarme sola solté un suspiro, encendí mi computadora portátil y agarré el café, lo probé y me relamí los labios que se me llenaron de espuma, estaba riquísimo, realmente Peter me había pedido mi café favorito entre tantas variedades de café.
Aproveché el tomarme unos minutitos de goce a solas para cagar a pedos a mi amiga.
-Candela de mi corazón, ¿¡sos mi amiga, o no?! Mepa que sos una amiga pero TRAIDORA-exageré mientras grababa el audio- ¡boluda le dijiste a Juan Pedro cómo me gusta el café! ¡¿Qué cosa más le contaste?! Hablá ahora o le cuento a Andrés que la cacerola hermosa de más de trescientos mil pesos que él compró para su hogar y para cocinarle a su novia se arruinó porque la arruino ELLA, no un amigo suyo, el amigo con el que se peleó-la amenacé.
Tuve que esperar y leí que estaba grabando un audio...
-¡Fue una ayudita boluda! Peter tiene que hacer buena letra para ganarse ese lugar en tu empresa y vos tenes todas las ganas del mundo de que eso no pase, por eso lo ayudé, no le dije mucho más-se justificó- y con respecto a lo otro, no te atrevas a ser soreta
Me reí fuerte.
-Vos sos la soreta, igual, admito que me cayó simpático el tener el desayuno listo.. tal vez si sigue haciendo eso y otras cosas así..-dejé de grabar el audio, y arranqué otro- lo contrato, ¡no iba a decir algo sucio! ¡No pienses en cosas sucias! ¡Vos y Eugenia siempre piensan en sucio!
Vi el visto verde, Candela recibió mi audio.
-Si pensaste que yo pensé en sucio vos también pensaste en sucio-soltó una carcajada.
Su audio era una cargada hacia mi persona.
-Ok, vemos si lo contrato, seguí en lo tuyo que sigo en lo mío-le mandé ese último audio.
Me comí tres medias lunas de manteca y después terminé mi café, miré varios mails que me mandó María a mi casilla y después llamé a mi equipo para reunirnos en la sala de reuniones.
-En la siguiente imagen-mostré la imagen generada por IA de posibles packagings- tenemos algunas de las posibles versiones para el delineador nuevo... ¿alguna opinión?
Me detuve a prestar atención a las miradas, miré a uno por uno, cuando llegué a Peter me di cuenta de que se estaba conteniendo, había algo que estaba callando.
Todos coincidieron en que las ideas estaban buenísimas, y si bien pregunté dos veces más si tenían algún comentario o sugerencia que hacerme, igualmente él no habló, hasta el fin del día.
-Lanzani-lo llamé y Peter que estaba esperando en la sala de esperas entró a mi oficina- felicidades, sobreviviste a tu casi primera semana en tu nuevo lugar de trabajo
Los ojitos verdes de Peter se iluminaron y se lanzó a mis brazos, me abrazó de la manera más cariñosa y cálida del mundo, sin siquiera reparar en que yo no era su amiga, no era su familia.. casi que era su nada, bueno, ahora su jefa, su jefa pero del rubro laboral, nada de la jefa de su vida, y menos de su corazón.
Me quedé estática sin saber cómo reaccionar, entonces Peter solito se apartó.
-Perdón, fue la emoción-me sonrió con una sonrisa chiquita y adorable.
-Felicidades... y...-hice una pausa para pensar, ¿tenía que indagar y averiguar cosas sobre mis curiosidades?-¿porqué te quedaste callado hoy en la reunión? Porque te quedaste callado..-eso último no se lo pregunté, lo afirmé.
-¿Qué te hace creer que tenía algo para decirte?-elevó sus cejas divertido y se rió.
-No lo sé... pero leo caras.. por lo menos leo la tuya, tal vez es porque sos transparente-me excusé, que excusa tonta.
-Si "aprendiste" a leer mis caras es porque me miras... me miras bastante.. lo suficiente cómo para atreverte a afirmar algo sin realmente saber si es cierto o no-sus ojos ahora achinados no se apartaron de los míos- ¿queres saber la respuesta?-me desafió.
-¿La respuesta de qué?-me aparté al sentir una especie de sensación rara en mi pecho, una ansiedad... algo eléctrico... - no tenes porque pensar en absolutamente TODO, no te conozco Juan Pedro, seguí haciendo tu trabajo que sos bueno, ya te acepté, tomá-caminé hasta mi escritorio y del cajón saqué un certificado, le di una lapicera- ¿aceptas trabajar en mi empresa y cómo mi ayudante?
Peter me miró con firmeza y curiosidad...
Después asintió, firmó y llenó más de los datos requeridos.
-Entonces, ¡ahora sí bienvenido!-intenté ser buena onda, le sonreí y él me sonrió, se acercó cada vez más- ya es hora de irnos.. ya no hay nadie en la oficina, ¿no?
-No..-Peter negó con la cabeza- ¿tomas algo conmigo? Para celebrar mi incorporación..-me miró con firmeza- me debes una... bueno, en realidad varias-me jodió y puse mis ojos en blanco, eso lo hizo reírse- sos dramática
-¡Habló el dramático!-lo acusé señalándolo con uno de los dedos de mi mano.
-Celebremos que tengo un nuevo trabajo del cual desde ya estoy muy agradecido... tengo ganas de aprender... de crecer... de..
Lo interrumpí.
-¿Podemos hacer esto de hablar de cosas profundas con alcohol de por medio?-terminé aceptando lo que no quería aceptar: una especie de salida.
Conforme con mi respuesta Peter salió conmigo de mi oficina y terminé de cerrar todo, una vez en el ascensor se produjo otro silencio, incómodo.
-No vas a tomar mucho alcohol.. no quiero hablar de cosas profundas con una borracha que no va a recordar lo que hablamos-Peter me desafió con la mirada.
Nunca agradecí tanto el que se abriera una puerta, bajamos del ascensor al mismo tiempo y nos chocamos la frente con la frente del otro, me reí con nerviosismo.
Peter me sonrió y empecé a sentirme cada vez más ansiosa.
Salimos del edificio, y me subí a su auto, al estar quieta ahí no pude evitar pensar en todo lo que hice, mis mejillas se volvieron rojas de la vergüenza ajena.
-¿Porqué no manejas mi auto? Te doy permiso de que manejes vos así me llevas a donde quieras, ya no quiero tener que deberte cosas Peter... no quiero vomitarte el asiento ni que tengas que pagar una multa alta por mi culpa-me señalé vergonzosa- así que por favor, si queres que no me desmaye del estrés vamos a mi auto
Lo vi bajarse de su auto y yo también lo imité, suspiré aliviada porque íbamos a hacer lo que yo le había dicho... aunque en realidad a medias, porque mi único "requisito" fue ir en mi auto, ¿lo que vamos a hacer a solas? No tengo la más puta idea.

Prohibido, ¿enamorarnos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora