Capítulo 66

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— Papá Taehyung tú vas de ese lado con las otras princesas, papá Jungkook con los príncipes y yo con los niños - dice Seol mientras me guía hacia la parte de su clase donde están reunidas las madres de familia de los niños, él tiene una sonrisa en su rostro mientras tira de mi mano.

¿El Señor Jeon?

Estaba ya conversando con quien sabe.

¿Cómo me había dejado convencer por esos ojos de conejo tierno y ese puchero en sus labios? Seol lograba manipular mi corazón de pollo.

— ¿Por qué no podía ser el dragón del cuento? - interrogo haciendo un puchero

— Por qué no hay dragones en los cuentos, papá Taehyung

— ¿Quién lo dice? Sherk tenía un dragón, la esposa de burro.

— Papá Taehyung, ese no es un cuento, así que no cuenta

— Lo es para mí

Seol ríe de nuevo mientras suelta mi mano y me sienta en la silla frente a su escritorio que dice "Blancanieves"

— Papá Taehyung tú vas aquí

Tomo asiento en la silla mientras miro a Seol.

— ¿Y ahora que?

Seol sonríe — Solo sonríe y se lindo, o sea, sé tú mismo papá Taehyung

— Ah, que fácil-

— Vamos papá Taehyung eres el mejor - besa mi mejilla y corre de regreso hacia donde están sus compañeros.

Me hace sonreír, miro hacia abajo y veo los tacones en mis pies, eran lindos.

No voy a entrar en detalles de como no sostuve mi palabra y me volví Plácido Pérez de la Familia de Diez.

Solo diré que... Seol tiene un arma letal para hacer cambiar de opinión a la gente solo con mirarte a los ojos.

Mira es un hombre...

¿Qué? ¿En serio?

Lo es, ese vestido no le queda nada bien

Dicen que él provocó la muerte de Yeony para quedarse con Seol y el Señor Jeon...

No, dicen que era el amante del Señor Jeon

Guarda silencio...

En serio eso dicen y creo que es verdad...

— Pobre Yeony espero que no lleguen a ser felices

— Ella era una bella y buena mujer, ¿Por qué elegiría a esa escoria?

Estas mujeres eran un dolor de cabeza, en serio.

Así se creaban los chismes ¡Ven!

Yo ni siquiera conocí a la tal Yeony (que en paz descanse) así que mi conciencia está tranquila

Me giro a mirarlas, a ese grupo de mujeres que estaba en la esquina del aula, todas vestidas de princesas mientras me miran, que hipócritas, les sonrío amablemente alzando una de mis manos, todas me sonríen antes de darse la vuelta y seguir murmurando de mí entre ellas.

— Esas no son princesas, son brujas - bramo en un susurro mientras sigo sentado mirando mi alrededor.

¿Qué era esto? ¿Primaria?

Señor JeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora