Cuando Georgie se curó de la grave herida en su cuello, nos dimos cuenta de que la cicatriz que tendría era significativamente vistosa, muchas personas podrían verse afectadas y encarnar las cejas sintiendo lástima, pero al mismo tiempo también orgullo y atracción porque hubiera sobrevivido a una mordida de vampiro.
Pero Georgie era un hombre― tristemente― casado. Igual que Aleister, igual que Alice.
Como si de un castigo ejemplar se tratase, o una manera de cortarme las alas, nuestros padres parecieron ponerse manos a la obra para contactar con todas las familias que pudieran ser de su interés y rango económico. Antes de darnos cuenta, lo que querían convertir en una ejecución pública de un vampiro que estaba atrapado y encarcelado en una zona vigilada las veinticuatro horas con rotaciones constantes para que no hubiera peligro de que se escapara, se acabó convirtiendo en un problemático y cuestionable evento público utilizado no solo para asesinar a un vampiro cruelmente, sino que también fue utilizado para promocionarme como soltera disponible.
Al enterarnos, Georgie estalló, exclamando que aquello era ridículamente injusto y que no había derecho de usar un evento para afianzar nuestra reputación y legitimar el prestigio para poder venderme a cualquiera que estuviere dispuesto a querer acercarse a la familia que tuvo la economía de organizar una impresionante fiesta en la que se ejecutaría un criatura de la noche. La falta de apoyo redujo las posibilidades de continuar reprochando por esa cuestionable decisión y ese denigrante destino.
- ¿Qué te hace pensar que si no cambiamos, ni cancelamos tu matrimonio, vamos a cancelar su propuesta?- espetó fríamente nuestro padre mientras continuaba comiendo con una naturalidad abismal.- Además, la celebración ya ha sido anunciada, esta misma noche se hará una gran festividad y vendrán todo tipo de londinenses para ver la ejecución. Presentar a Juliette como una joven en edad de matrimonio y maternidad no es más que una evidencia de que necesitamos a una tercera generación empezando a revolotear por estos pasillos.
- ¿Pretendes que permita que cases a Julia solo para que se quede preñada?- exclamó con furia alzando un tono un poco más de lo que debería, la fulminante mirada de nuestro padre se lo recordó.- ¿Acaso Alice no puede quedarse preñada y ahora lo intentas con Julia?- abrí los ojos con sorpresa cuando Georige dijo aquello con tan poco tacto y respeto.
- ¿¡Cómo te atreves!?- exclamaron nuestro padre y Alice, ella mucho más enfurecida que nuestro padre, incluso se había levantado violentamente de la silla, fulminando a Georgie con la mirada, pero este ni siquiera se inmutó, nuestro padre también se levantó, y su furia abismal hizo temblar ligeramente a Georgie, pero este no se arrepintió de sus palabras.
- Voy a sabotear cualquier matrimonio que intentes imponerle a Julia.
- ¿Puede saberse qué tienes en contra del matrimonio?- preguntó nuestra madre con una expresión ingenua y lastimera.- ¿Cómo puedes aborrecer tanto la santa unión entre un hombre y una mujer? Es la demostración del poder y el amor en su máximo esplendor... ¿Acaso Paulette no es una buena mujer...?- susurró nuestra madre con una expresión de dolor en sus ojos.
- El que no es un buen marido es él. No se ha acostado con ella desde que están casados.
- Yo tampoco.- defendió Aleister, cerrando la boca de Alice.
- ¿Cómo es eso?- nuestro padre miró a Aleister con una considerable sorpresa.- ¿Sientes nervios de yacer junto a ella?
- Odette es un encanto romántico y gentil, tanto que me duele incluso compartir cama y temo que la lujuria se apodere de mí y mancille su elegante figura...- torcí mi expresión con desagrado, Georgie hizo lo mismo, torciendo el labio hacia un lado.- Tal vez Georgie se sienta de la misma manera...
- O simplemente es un desviado blasfemo que sale de noche a los suburbios para verse con un varón.- Georgie la fulminó con la mirada por la acusación.
- Perdona que diga...- saltaron chispas entre ambos a pesar de estar prácticamente cada uno en una punta de la mesa.- Pero Juliette y yo salimos a los suburbios para trabajar, así que la próxima vez infórmate.
- ¡Bah! Juliette seguramente es una fulana y tú un desviado.
- ¡Alice, por favor!- exclamó nuestra madre con autoridad.- ¡Ten un poco de respeto a tus hermanos mayores! Georgie está feliz al lado de Paulette y a Juliette jamás se le pasaría por la cabeza ejercer con ese oficio tan denigrante...- sacudió su cabeza de lado a lado dramáticamente.
- Ya claro, por eso cuando hay una fiesta procura estar lo más alejado posible de su esposa, ¿No?- Georgie rechinó los dientes.
- Suficiente.- las palabras de nuestro padre cortaron el aire de manera seca y decidida, obligando a Alice a guardar silencio obedientemente.- Quiero que esta tarde estén junto a sus esposas, y tú junto a tú marido...- miró fijamente a Alice con ojos fieros.- Y tú...- puso su mirada sobre mí.- Asegurate de usar el vestido azul que representa a nuestra familia, un buen candidato será escogido en esta fiesta, así que sé una buena joven y socializa bien con todos... Nada de quedarse pegada a tu hermano George...- suspiré con pesadez y desinterés.- Dilo, Juliette.
- No me quedaré pegada a Georgie...- rodé los ojos.
- Estupendo...- susurró complacido, pero yo contuve un gruñido entre dientes por la rabia que me daba toda aquella situación tan injusta y desagradable.
Jamás me había sentido tan humillada de estar sentada delante de mí cómoda, mirando un espejo que reflejaba una figura llena de rabia e impotencia y como Caroline acariciaba mis largos mechones negros para recogerlos con un tocado elegante como los que Alice solía llevar todo el tiempo. Para colmo de males, me harían ver como una muñeca de porcelana que no podía defenderse a sí misma y que debía ser defendida.
- ¿Es obligatorio el tocado?- preguntó con desinterés y retintín.
- Es parte del emblema familiar, señorita Juliette.- ya lo sabía.- No puedo no añadirlo a su peinado...- musitó acabando de colocar los mechones.- Considero que se ve encantadora.
- Discrepo.- rodé los ojos.
- No sea así. Tener un carácter difícil no la hace menos atractiva. Los hombres las desean porque así sienten la autoridad de poder y querer dominarla y volverla sumisa y obediente... A veces es mejor dejar que los hombres tengan el control.
- Yo no soy así.- rechacé apartando la cabeza.- Los hombres son una perdida de tiempo...
Caroline no dijo nada más, simplemente colocó el tocado en mi cabello para que quedara elegante y majestuosamente llamativo.
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Altas ganas de darle un puñetazo al padre, pero no a la violencia, gente :3
Aquí las opiniones -------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1120 Palabras]
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72.- Rosa y Julia (Lesbian/ Romance vampírico)
VampireJuliette Dendrobates luchaba en una guerra imposible. Impotente, observaba como aquel mundo de hombres no la dejaba convertirse en una cazadora de vampiros. Fue gracias a su hermano Georgie que pudo dar el paso, aunque no fuera un equipo de la élite...