Capítulo 31

10 2 0
                                    

Georgie y yo no podíamos decir nada y aquello era lo que más rabia nos daba. Aleister y nuestro padre dudarían de nosotros y de la veracidad de la información. Odette tampoco podía decir nada. A lo único que podíamos sujetarnos y aspirar era a la creencia de que Louis nos atacaría a Georgie y a mí cuando llegásemos a la línea de seguridad justo a los pies de los suburbios.

Odette nos deseó buena suerte justo antes de salir, llegaríamos a la línea en el momento en que la noche cayera por completo sobre Londres. Nuestro padre tenía una mirada llena de inquina sobre nosotros, cierta desconfianza y recelo por nuestra presencia, pero también porque Georgie y yo le hubiéramos desobedecido la noche anterior y hubiéramos peleado contra ese vampiro tan poderoso. Georgie seguía resentido por la herida, pero al menos podía moverse adecuadamente, y siempre que no hiciera esfuerzos extremos, no habría problemas.

- Esta noche quiero adentrarme en uno de sus nidos. Por la cuenta que os trae, quiero que me llevéis hasta él.- Georgie y yo miramos a nuestro padre con sorpresa.- ¿Acaso no saben dónde están?- Georgie asintió con la cabeza.

- Los nidos están en los edificios abandonados y, posiblemente, en las alcantarillas, allí es donde seguramente se esconden de día, y se mueven por todos los suburbios, podrían aparecer por cualquier lado, y...- apretó los labios.- Podría haber cientos en muy poco espacio, es un suicidio adentrarse en un terreno tan estrecho, oscuro y húmedo... Ellos son silenciosos, pero nosotros no, hay mucho eco, y ellos aprovechan esto para desorientarnos...- miré fijamente a Georgie y por un momento, sentí que él ya había estado en aquellas condiciones.

- Interesante... Iremos un grupo grande para proteger nuestras espaldas adecuadamente.- Georgie torció el labio y asintió con la cabeza, Aleister notó esto, y apoyó una mano en su hombro para animarlo.

- Saldremos vivos...- murmuró.

- Si nos metemos ahí... Lo dudo...- respondió el azabache de cabellos revueltos y largos.

Aleister fue a decir algo, pero nuestro padre interrumpió sus palabras. Una expresión de sorpresa nos sorprendió, y vimos a la gran mayoría de la línea de defensa y seguridad totalmente rota. Cuerpos y más cuerpos de difuntos cazadores de vampiros se acumulaban en aquellas calles, todos secos como pasan y otros gritando agónicamente mientras vampiros hambrientos drenaban lo poco que les quedaba de vida. Muy pocos quedaban con vida, y los que lo estaban apenas podían defenderse frente a tantos vampiros.

- ¿¡Qué demonios ha pasado aquí!?- Jeremy y Henry eran unos de los pocos que se mantenían en pie, peleando firmemente contra los vampiros. Ambos se giraron hacia nuestro padre y hacia nosotros, con sus rostros rogando ayuda, y Aleister no vaciló.

- Miles de vampiros atacaron la línea y la atravesaron.- explicó Jeremy cuando consiguieron quitar a los vampiros que los atacaban de en medio, los vampiros sedientos alzaron sus cabezas hacia ellos. Sisearon.- Todos entraron en pánico, y los persiguieron, pero la gran mayoría empezó a devorar los cuerpos.- continuaron peleando, Georgie y yo incluidos.- Han sido dos oleadas, la de ataque, y la que está devorando los restos.

- ¿Dónde están los que atravesaron la línea?

- Se han esparcido por todo Londres.- susurró temerosamente.- Y al menos veinte de ellos se dirigían directamente a vuestro hogar...- aquello nos hizo estremecer a Georgie y a mí.- Están intentando detenerlos, pero dudo que salvemos a la ciudad entera.

- No iba a por nosotros...- susurré en voz baja.

- Su objetivo siempre a sido Odette...- susurró Georgie.

- ¿Qué?- Aleister ahogó su voz en el escepticismo.- ¿Qué significa eso?

- ¡Tenemos que volver inmediatamente!- nuestro padre actuó con un frenesí abrumador, los vampiros sedientos desaparecieron tan rápido como aparecieron, y de alguna manera parecieron temernos, lo cual nos permitió dejas a Thomas, Charles, Henry y Jeremy encargándose de los heridos.

Los Dendrobates regresamos a nuestro hogar corriendo. Aleister y Georgie fueron los que tomaron la delantera, yo los seguía de cerca, nuestro padre fue el que se quedó atrás por su falta de resistencia producto de la edad.

- ¿¡Por qué ese psicópata va a por Odette!?- gritó Aleister con histeria en su voz mientras la figura arquitectónica de nuestro hogar se plasmaba en la penumbra de las calles.

- ¡En los tejados!- exclamé, solapando la información que Georgie efectivamente no quería revelar.

Aleister frenó momentáneamente para atacar al vampiro que nos aplacaba desde el tejado y continuamos corriendo atropelladamente hasta nuestro hogar. Las puertas estaban derivadas y varios cristales también, como si los vándalos hubieran atacado, pero eran aquellos seres nocturnos entrando directamente desde las zonas altas, tenían un objetivo claro.

- ¡Jack!- gritó Georgie, provocando un enorme eco en toda la calle que hizo temblar los edificios.- ¡Louis está en nuestra casa!- casi perdió la voz en aquel grito.

Aleister lo miró con incredulidad por ese grito, pero rápidamente comprendió la eficacia de esto, pues no solo atrajo a muchos de los vampiros que merodeaban por los barrios ricos; también se hicieron presentes tres figuras a las puertas del hogar, abriéndose paso entre todos los vampiros que pecaron por su sed de sangre y los atacaron. Jack se alzó imponente frente a las puertas desencajadas y rotas del hogar de los Dendrobates, Aleister vaciló durante unos largos segundos.

- No pensé que fuera tan rastrero...- comentó con desdén, entrecerrando los ojos hacia las velas encendidas en la casa, los movimientos vanos de intentar ver algo en la penumbra oscura del lugar.

- ¿Qué está pasando aquí?- susurró Aleister con incredulidad.

- ¡Ataquen!- nuestro padre apareció con retraso, temeroso al ver tres vampiros justo a las puertas de nuestra casa.- ¡Maten a esos asesinos!- Georgie se estremeció.

- No...- susurró Georgie apenas perceptible.

- Rosa, Casey, frenen a Louis. Yo me encargo de esto.- ambas asintieron confiadas, sabiendo que Jack podía con ello, por lo que ambas accedieron a la casa sin vacilar.- Vayan ustedes también.- nos miró a Georgie y a mí.

- ¿Qué está pasando aquí?- volvió a preguntar Aleister, todavía más confundido.

- ¡No hay tiempo!- dijo Georgie.- ¡Vamos!

Aleister nos siguió, confundido por nuestras acciones, confundido porque dejásemos ir a un vampiro, confundido porque Georgie lo hubiera llamado, confundido porque este hubiera aparecido tan de repente y que estuviera de su lado, confundido porque Georgie y yo tuviéramos cierta confianza a su lado y que no dudásemos en permitirles a dos vampiras entrar en nuestra casa... Todo estaba yendo muy rápido.

____________________________________________________________________________

Lamento la tardanza, el internet anda lento xD

Aquí las opiniones -------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

[1097 Palabras]

72.- Rosa y Julia (Lesbian/ Romance vampírico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora