Rosé no creía las palabras que acababan de salir de la boca de la castaña. Sabía que una experiencia nunca era igual para dos personas, y aunque ella misma había sufrido por la separación y el dolor de haber sido traicionada por quien más amaba, nunca había llegado al punto de intentar hacer algo contra ella misma.
─ Intentaste atentar contra tu vida... ─susurró, cubriendo su boca con las manos mientras observaba a Jennie con incredulidad. Sus ojos se humedecieron ante las lágrimas que amenazaban por salir.
Kim negó efusivamente al ver el intenso miedo en los orbes de su compañera. ─ No, te lo juro. Esa no era mi intención. Sólo quería dormir. Sentía que estaba perdiendo la cabeza y necesitaba descansar, pero no calcule bien la cantidad de pastillas. ─admitió avergonzada.
─ ¿¡En qué estabas pensando para hacer eso!? ¡No te das cuenta de que pudiste haber muerto! ─alzó la voz. Por suerte estaban en una mesa alejada, pero aún así atrajo la atención de algunos comensales.
Jennie se arrimó un poco más a la mesa. ─ Lo sé, lo sé, no grites, por favor. ─Retomó su posición cuando Rosé asintió avergonzada─. Créeme estoy muy consciente de eso.
Una lágrima recorrió la mejilla de Chaeyoung, seguida por otras más. Se agachó para recuperar los cubiertos que había dejado caer aprovechando en el acto borrar esas gotas saladas de sus mejillas, pero fue en vano, ya que muchas más surgieron. Tomó un poco de agua en un intento por calmarse.
─ Rosé, en serio no quise hacer eso. No llores, por favor. ─Jennie quería tomarla de la mano para reconfortarla, pero sabía que era lo menos indicado en ese momento.
─ No puedo creer que no me hayan dicho nada. ─sollozó─. Entiendo que recién habíamos terminado, pero aún así, conviví contigo por más de 10 años, no soy cualquier persona, me hubiera gustado estar enterada. ─Las lágrimas de la joven rubia fluían por la idea de que algo peor pudo haber ocurrido, pero también porque se sentía omitida otra vez. Se cuestionaba si era tan fácil para el resto ignorar su existencia.
─ Lo siento... Fue mi culpa, sólo quería ahorrarte otro mal momento.
Un sorbo más de agua consiguió que Rosé se calmara. ─ ¿Cómo fue que llegaste al hospital? ─cuestionó más tranquila. Después resolvería ese asunto con sus otras compañeras.
─ Jisoo me encontró...
La mayor del grupo visitaba a Jennie todos los días en la mañana a pesar de que la pequeña castaña nunca le abría la puerta. Se dedicaba a llevarle comida y la dejaba en la entrada. Siempre anunciaba su presencia, aunque Jennie le respondía que quería estar sola o que la dejara en paz, entre otras cosas por el estilo. Cuando regresaba al siguiente día, encontraba los recipientes a veces llenos, lo cual la entristecía, pero otras veces con la mitad del contenido, por lo que siguió haciéndolo.
Hasta que ese día tocó la puerta como siempre, pero no recibió ninguna respuesta del otro lado. Su angustia creció cuando le preguntó al portero si su amiga había salido y la respuesta fue negativa. Ante ello se las arregló para que el portero le diera la clave del departamento y cuando consiguió entrar, encontró a Jennie inconsciente en la cama. Llamó inmediatamente a una ambulancia al notar el tarro de pastillas a lado de la chica.
─ ...Después me enteré que el coma fue por la sobredosis de somníferos, sumado a la desnutrición y estrés.
─ Fuiste realmente irresponsable, Ruby Jane.
─ Lo sé. ─rió bajo, le causaba gracia que la rubia aún la llamara por su segundo nombre como forma de regaño─. Pero si ves el lado bueno, a la final logré dormir.
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Última Oportunidad
FanfictionUna relación secreta algún día ve la luz del sol, Jennie lo sabía, pero no estaba preparada para aceptar públicamente que mantenía más que una amistad con la vocalista de Blackpink. El miedo fue su peor aliado al cometer un grave error que llevaría...