5. La vuelta a los diarios

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Dipper

Desperté con la música de Mabel prendida a todo volúmen.
Hace tres días que habíamos llegado a Gravity Falls, y los tres días me habia despertado de la misma manera.
Aturdido.

Un libro, el cual debía ser con el que me quedé dormido, se deslizó por mi rostro y cayó al suelo.

-¡Buenos dias! - la voz de Mabel llenó el cuarto.

Me refregué los ojos con intención de adaptarme a la luz y murmuré algo que ni yo entendí.

-Estuve esperando que despertaras para que me ayudaras - Mabel saltó hacia mi cama y me mostró dos suéters. -¡¿Cual me pongo?!

Aún con ojos entrecerrados, vi lo que parecían ser un sueter fuccia con estrellas amarillas y otro celeste con nubes blancas.

-Saldremos a desayunar con Candy y Grenda, pero aún no me decido la ropa.- Ella sonrió.

-El de estrellas - dije. Como si tuviera sentido de la moda.-Te combina con tus aretes.

-¡Es cierto! - se tiró a abrazarme -¡Gracias! - y salió del cuarto con un alegre portazo.

Me quedé quieto mirando un punto en la nada hasta que logré despertarme lo suficiente como pararme de la cama.

La música de Mabel seguía sonando pero no me moleste en apagarla. Me encontré conmigo mismo balbuceando la letra mientras me cambiaba y cepillaba los dientes. No era una mala cancion la verdad.

Volver a estar en la cabaña del misterio, en la habitación que compartí con mi hermana años atrás, me traía lindos recuerdos.
Y aunque algunas cosas habian cambiado, (como el hecho de que Soos era el dueño de la cabaña ahora) aún se seguía sintiendo como antes.

Un hogar.

...........

Puse el código en la máquina expendedora y la puerta se abrió.
Los pelos se me pusieron de punta al igual que la primera vez que descubrimos ese pasaje secreto.
Siempre era emocionante atravesar esa puerta secreta.

Bajé los escalones de dos en dos y busqué al tío Ford con la mirada.

-Llegas tarde - murmuró desde una esquina alejada.

Hice una mueca y me aclare la garganta.
-Estuve...- la frase quedó sin terminar porque ninguna mentira se me vino a la mente.

-Si quieres seguir vininendo aqui abajo, deberás respetar el horario. - dijo Ford despues de un suspiro.
 
Los días después de nuestra llegada los pasé la mayor parte con Ford, aquí abajo, escuchando las historias de los misterios que había resuelto en su pasado, y sobre los que esperaba resolver en el presente.

-Lo prometo - dije de verdad. No quería dejar de escuchar e investigar sus historias con cosas paranormales.

-Ahora acércate, quiero que veas esto. - dijo él.

Casi corrí hasta donde estaba. Me incliné sobre su hombro y observé un líquido verde y vizcoso que se movía dentro de un frasco de vidrio.

-Guau... - saqué una pequeña libreta de mi bolsillo junto a un bolígrafo y comencé a escribir las características del ser extraño frente a nosotros.

-¿Qué haz descubrierto? - pregunté, esperando que dijera algo como
"absorve objetos y se los traga"
"cambia de color y se camufla con el hambiente" "es un parásito que controla las mentes de los animales" pero solo dijo:

-No tengo idea.

Cualquiera de las cosas anteriores me habría resultado normal. Pero que Ford no hubiese descubierto nada de esa cosa extraña era raro, porque no podía existir un ser así de extraño sin tener alguna cualidad extraña.

Me quedé observando el frasco casi con la mirada perdida, hasta que la voz de Ford me sobresaltó.

-Quiero que tú lo averigues.

-¿Que? - el lapiz resbaló de mis manos. Normalmente era Ford el que experimentaba con las criaturas. Yo solo observaba o ayudaba a capturarlas, el lado cientifico era de él, no mío.

-Me escuchaste bien - me dió unas palmadas en la espalda-Será tu proyecto de verano.

Aguanté la intención de abrir mi mandibula hasta el suelo. Pasé mi mirada entre Ford y el objeto por unos segundos.

-¿Que esperas? - El tío Ford sacó algo de uno de sus bolsillos y me lo tendió entre las manos.

Casi me largo a gritar y llorar a la vez.

Un diario color bordó con esquinas doradas y una mano de seis dedos en el centro con el nombre Dipper en medio de ella descansaba sobre mis manos.

-Es hora de que comienzes el tuyo.

-Es hora de que comienzes el tuyo

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