Pacífica
La próxima vez robaría un auto.
Jamás en la vida volvería a caminar hasta mi antigua mansión.
El camino era largo, eterno, con aninales y vegetación de por medio. Tardé años en llegar alli, y lo hice con ramas y hojas sobre mi cabello, con los zapatos embarrados y sudada de pies a cabeza.
Crucé el portón abierto con golpes y maldiciones. Caminé agotada hasta lo que era la entrada principal y golpeé tres veces.
En lo que esperaba intenté tener menos aspecto de vagabundo y más el de una chica que necesitaba ayuda. Sacudí mi cabello y rogué para que el rimel de mis pestañas no estuviese corrido.
Como aún seguían sin contestar, toqué de nuevo.
Nada.
-¡Soy yo! - grité. -¡Abranme! -grité mas fuerte.
Estaba con la idea de demoler la puerta o romper una ventana cuando el viejo Mcgucket por fin se dignó a abrirme.
Se quedó quieto, con sus ojos saltones mirándome por unos largos segundos.
-¿Puedo pasar? - dije con una sonrisa demasiado fingida.
-Hola - dijo él.
-Ah..hola - respondí mas avergonzada por no haberlo saludado primero.
-¡Pasa! ¡Pasa! - el viejo se hizo a un lado y me dejó pasar dentro del lugar.
Reprimí la tristeza que significó volver a ver mi hogar de años atrás. No estaba igual que la última vez que había estado allí, pero las memorias de yo misma jugando entre esas mismas paredes acompañada de mis padres ajena a cualquier problema relacionado a ellos me dejaba una sensación incomoda y agria.
-¿Puedo pasar a la bilblioteca? - pregunté sin intención de dar explicaciones.
-¡Claro! - contestó el viejo.
Tenía suerte de que el tipo estuviese loco y no reparara tanto en la idea de que una chica apareciera de la nada y la pidiera pasar a su casa sin invitación.
-Gracias - dije en un tono que esperé que no fuera seco. -Ah y antes de irse... - dije justo cuando Mcgucket estaba dándose la vuelta para volver a lo que sea que estaba haciendo. -No quiero que nadie sepa que estuve aqui.
Él respondió con el mismo ánimo de siempre.
-¡Claro!Luego de eso desapareció por uno de los pasillos inferiores.
Eso había sido facil...
Decidí no reparar en ello por mucho tiempo y comencé a subir las escaleras de dos en dos.Llegué sin dificultades, en menos de unos minutos ya estaba de pie en medio de la inmensidad de estantes y libros. Me encaminé directo a la sección de "mitos y leyendas" ya que en mi larga caminata desde el pueblo hasta la mansión había decidido que esa sección era la que mas probabilidades tenía de contener informacion sobre seres mágicos.
Se me había cruzado varias veces por la cabeza la imagen del diario de Dipper. El chico siempre recurría a él en momentos de problemas mágicos e improbables, y parecía funcionarle.
No.
No iba a recurrir a su ayuda.
Y aún así, la idea seguía dandome vueltas mientras revisaba libro por libro en la biblioteca.Si acaso no conseguía nada aqui, tal vez podría probar de robar el diario de Dipper. Pero eso requeriría medidas dedesperadas.
Llegando a esa conclución conmigo misma, continué mi investigación por la biblioteca toda la tarde. No tuve visitas del viejo Mcgucket (probablemente se habia olvidado que estaba allí) ni de nadie más.
Temriné con la sección de "Mitos y la leyendas" y seguí por la de "Historias del bosque" y así sucesivamente con las demás secciones.
Ya eatrada la tarde-noche estaba comenzando a desesperarme.
Estaba igual de desinformada que cuando había llegado.
No pensaba volver sin respuestas para que mi ropa siguiera desapareciendo y mis cubiertos volaran por la casa, pero estaba tan cansada que no me quedaban fuerzas para seguir hojeando libros.
Estaba guardando un libro en su lugar despues de haberle hechado una mirada cuando escuché que tocaron la puerta.
Fruncí el ceño confundida, no muy segura de saber qué responder a eso.
Tocaron de nuevo.
-¡Pase! - dije alzando la voz para hacerme escuchar. -Sigo leyendo lib... - mis palabras quedaron ahogadas en mi garganta cuando la puerta se abrió y cerró de un portazo.
El ruido me tomó desprevenida y me enfadó el echo de que Mcgucket o cualquier sirviente suyo hubiese sido tan bruto.
Golpes en la puerta otra vez.
Mas fuertes.-Que mier...- me levanté de mi asiento y caminé hasta la entrada de la biblioteca. -Oiga, estan molest...- la puerta volvió a abrirse con una ráfaga de viento tan fuerte que me largó cinco metros mas atrás.
Una masa irregular de viento comenzó recorrer con furia la biblioteca, derrumbando estantes, libros, sillones y escaleras.
Me levanté con la cabeza retumbante y observé con la boca abierta hasta el suelo.
No no no no no
No otra vez.
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Destinos Entrelazados
Fanfiction•Fanfict Dipper × Pacifica •Enemies to Lovers •Se mantienen las personalidades de los personajes •Tres/cuatro años despues de la serie Despues de casi cuatro largos años, los hermanos Pines se preparan para pasar un nuevo verano en Gravity Falls. S...