22. El pasadizo secreto

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Dipper

Tengo el presentimiento de no haber dormido en toda la noche.

Tuve esa sensación en la que cierras los ojos para poder dormir pero sólo das vueltas y vueltas, con tu cabeza taladrándote con ideas que te desesperan hasta que parece hacerse de día.

No podía saber con certeza si acaso había amanecido porque la habitación no contaba con ventanas para ver la luz del sol y tampoco teníamos celulares o relojes, pero por puro instinto, supuse que era temprano en la mañana.

(Mas o menos)

Mcgucket y Pacifica seguían dormidos. El anciano había dejado de roncar (gracias a Dios) por lo que la habitación estaba completamente callada.
Aunque, si agudizabas el oído y prestabas atención, lograbas escuchar la leve respiración de Pacifica.

La chica dormía tan profundamente que me parecía un crimen tener que despertarla. Estaba tranquila y serena, sin rastro de pesadillas.
Dormía de lado, echa un ovillo, con un brazo bajo su cabeza y el cabello esparcido por doquier.

Contemplé sus golpes y rasguños, signos que demostraban lo valiente y vulnerable que podía ser al mismo tiempo. El fantasma la había lastimado demasiado, en todos los aspectos.

No quise hacerlo, pero no tuve opción. Si la quería sacar de allí lo antes posible, debía despertarla.

-Pacifica - murmuré en voz baja para no asustarla. -Despierta.

Le sacudí el brazo levemente y ella despertó. Se pasó las manos por el rostro antes de abrir los ojos, y se sentó con dificultad.
Dio un largo suspiro y se acomodó el flequillo.

-Tengo una idea para salir de aquí-dije.
Por supuesto que no me había pasado toda la noche despierto sin haber pensado en algún plan.
Era una estrategia pésima, pero la única que se me había ocurrido.

Pacífica frunció el ceño.

-Todavía no puedo abrir bien los ojos ¿y tu ya tienes un plan? - dijo con la voz ronca.

-Anoche no dormí. - contesté.

Ella me miró por unos segundos

-Eso explica tus ojeras.

-Ayúdame a despertar a Mcgucket.

Me paré del suelo y esperé a que Pacifica hiciera lo mismo, pero ella me miró desde abajo, mientras permanecía sentada.

Okey, sé lo que pensarán cuando diga esto, pero lo diré de todas formas...
Los ojos de Pacifica son de un celeste hielo electrizante que me pone más nervioso que los exámenes integradores a fin de año.

No pude sostenerle la mirada, así que me di la vuelta y saqué un paquete de cereales.
Me aclaré la garganta y volví a hablar.

-Tenemos que bus.. -

-Dipper - me interrumpió ella.

-¿Que? - me giré para verla y me encontraré con que aún seguía sentada, observándome con el ceño fruncido. No esperé a que contestara y seguí hablando.
- Ayúdame a organizar esto - dije.
Debíamos salir lo mas pronto posible de allí para ayudar a Mabel y necesitábamos tiempo de sobra por si mi idea no funcionaba.
-La idea es hacer que el fantasma vuelva. -seguí explicando- Tenemos que hacer algo que llame su atención para que...

-Oye..

-Para que vuelva y así podamos..

-Espera un...

-Podamos confundirlo con que nos saque y enton...

-¡Cierra la boca! - gritó.

El viejo Mcgucket dió un respingo y se despertó de un salto.

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