7. Gorras

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Dipper

-¡Vamos haz algo! - toqué el frasco.

Nada.

Había pasado toda la mañana y parte de la tarde observando la cosa vizcosa encerrada en el frasco. Esperaba ver que cambiase de forma, color, estado...que hiciera algo.
Que reaccionara.
Pero nada sucedía. Tan solo se movía inestablemente de vez en cuando.
Yo no me atrevía a sacarla, siendo conciente de las mil cosas que podrian ocurrir, pero la incertidumbre me quemaba la cabeza.

No podía ser un liquido vizcoso sin mas ¿o sí?
Había experimentado con cosas como el sonido, temperatura, palabras, embrujos, y mil cosas mas. Pero lo único que tenía anotado en mi libreta era:

Nombre: desconocido
Lugar de hallazgo: pegado debajo de un tronco en medio del bosque.
Color: verde(?
Textura: vizcosa(?
Forma: movible

No era nada.
Arranqué la hoja del cuaderno, la arrugué y la lancé lejos. Pase mis manos por mi cabello y lo dejé mas desordenado de lo normal, me paseé por la habitación y comencé a a dar vueltas en círculos.

Bien...si Ford la habia encontrado en el bosque significaba que ése era su lugar natural, por lo que probablemente habían mas de ellas allí. Libres.
Tal vez allí sí que utilizaban sus habilidades místicas. Si lograba encontrar alguna otra allí, tendría mas respuestas.

No podía arriesgarme a soltar y liberar la mustra que habia capturado Ford, por lo que me aseguré de que el frasco estuviese bien cerrado y lo guardé en un cajón, con la idea de investigar el bosque.

.............

Subí las escaleras con prisa y casi tiro al suelo a Wendy de un golpe por no haberla visto.

-¡Cuanta prisa! - bromeó ella entre mis diculpas.

-Estaba por salir al bosque, estoy investigando una criatura del tío Ford.-expliqué con mas estusiasmo del que pretendía.

-Suena a algo que el Dipper de trece años haría- sonrió y me golpeó del hombro a modo de juego -Es bueno saber que sigues igual.

Resoplé una risa y me encogí de hombros.
-¿Sigues trabajando aquí?-pregunté para encontrar la razón de que ella estuviese allí.

-Ni de broma - respondió. -No tengo tiempo para trabajar ahora que estoy en la universidad, aunque extraño los días aqui...- Pareció ver mi duda en mi rostro y la reapondió sin que yo preguntara. -Vine para darte esto - descolgó la mochila que descansaba sobre sus hombros y la abrió.

De allí sacó una gorra muy conocida. Era blanca con detalles como el frente y el logo de un pino en color azul.

El aire quedó contenido en mi garganta al ver la gorra que me había acompañado en mi último verano en Gravity Falls.

-¡Todavía la tienes! - grité. La sostuve entre mis manos y la observé emocionado.

-Dipper no es Dipper sin su gorra - comentó Wendy con media sonrisa.

Reí por lo bajo y me acerqué al sillón de la sala, donde reposaba mi mochila de viaje. Saque el gorro de leñador que la chica me había dado años atrás.

Volví con ella y se lo extendí en manos. Sus ojos se iluminaron de la misma manera en que probablemente se habian iluminado los míos al ver mi gorra.

-¡No puede ser! - rió.

-Wendy no es Wendy sin su gorra. - dije citando sus mismas plabras con una sonrisa.

Ella rió a carcajadas y se acomodó el cabello para posar el gorro sobre su cabeza, yo la imité con mi gorra.

Ahora ella era mas baja que yo, ella ya era casi adulta y yo un adolecente, ella había terminado el secundario y yo estaba a punto de hacerlo, nuestro aspecto habia cambiado, los años habian pasado entre nosotros, y aún así, todo se sentía igual que siempre, como si el tiempo se hubiese detenido y siguieramos siendo la Wendy adolecente, cool y simpática y el Dipper niño, curioso y ansioso.

-Debo volver...tengo que ponerne al día con algunos temas - dijo Wendy poniendo los ojos en blanco para dejar en claro que no quería hacerlo.

Largue una risa casi de alivio por no ser Wendy teniendo que estudiar en vacaciones.

-Nos estamos viendo - dijo a medio de despedida con un apretón de manos.

-Nos estamos viendo -respondí con una inclinación de mi gorra.

Ella rio e hizo lo mismo con su gorro mientras desparecía por la puerta de entrada.

Me quedé quieto, observando el lugar donde momentos antes había estado el amor imposible de Dipper niño. Y aunque ahora no sentía lo mismo que años atrás, seguía queriendo a Wendy de la misma manera.
Como una buena amiga.

..............

Con un suspiro cargué mi mochila con todo lo que creí que sería necesario para investigar la criatura del bosque y salí de la cabaña con emoción.

Destinos EntrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora