forty-fourɞ

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Harry intentó voltearse en la cama; sin embargo, una mano en su hombro lo detuvo y lo devolvió a su lugar, haciendo que frunciera el ceño. Se llevó la mano a la otra muñeca y al intentar moverla, no pudo evitar quejarse.

—Hola cariño, no muevas mucho tu brazo ¿sí? ¿Quieres comer algo?

Harry abrió sus ojitos aún pesados y lo primero que vio fue a Louis. Sonrió inconscientemente, porque simplemente le encanta que Louis sea lo primero que ve al despertar. Por unos segundos estuvo perdido en la mirada de Louis. El ambiente le gustaba, estaba cómodo, rodeado del olor de Louis, en la cama de Louis, entre las sábanas de Louis con Louis. No pudo evitar cerrar los ojos y disfrutar de las caricias que el ojiazul dejaba en sus rizos.

—Es hora de almorzar, amor. No hemos podido desayunar tranquilos y no quiero que te quedes sin comer.

Harry abrió los ojos y asintió. Sintió su mano izquierda más pesada; no le dolía mucho, pero era algo molesto. No necesitaba mirar para saber que estaba lastimado, realmente se había lastimado, pero si va a tener a Louis cuidándolo de esta manera, no cree que sea tan malo. Incluso cree que ha valido la pena el dolor.

—Sí, está bien, vamos...

Louis asintió, descubrió a Harry con muchos mimos y lo ayudó a reincorporarse. Le dio un pequeño algodón con agua de rosas para que el rizado se despertara y limpiara su carita. Después, le puso unas bonitas pantuflas peludas de osito y bajaron a la cocina, donde Louis ya había preparado todo.

Cuando el rizado miró todo lo que había en la mesa, su estómago rugió. Fingió demencia, pero sabía que incluso Louis lo escuchó. La barra estaba llena de pequeños snacks. No era mucho, pero definitivamente eran esas pequeñas cosas que Harry amaba. Había un platito de arroz chino y un taquito primavera, una brocheta de queso, sopa de fideos que olía estupendo, y por último, pero no menos importante, la rebanada de un pastel de zanahoria y tres fresas bañadas en Nutella, porque Louis sabe que solo le gustan las fresas con Nutella y no con cualquier chocolate. Había un vasito con jugo de manzana y otro de leche sola. No mencionó nada, simplemente miró a Louis.

—Pero, Lou... tu dieta, yo no... yo no puedo comer esto, no quiero comer esto si tú no lo harás también, no tenías que...

Louis le dio un beso en la cabeza, acomodando seguidamente los pequeños rizos con su mano.

—No te preocupes, amor. Está bien. Fue una mañana difícil y lo mínimo que merecías era un almuerzo que te hiciera sentir mejor. Además, puedo comer el arroz y los rollitos primavera contigo, la sopa la salté porque no soy el más fan, y pedí pollo asado que sé que odias, así que realmente no tienes opción.

Louis se encogió de hombros y sonrió. Harry solo rodó los ojos y miró de forma acusatoria a Louis.

—Lo planeaste todo a propósito...

—Pues claro que lo hice. ¿Qué tipo de novio crees que soy? ¿Uno que no te conoce a la perfección o qué?

Harry solo pudo dejar un piquito en los labios de Louis para después dejarse guiar a la barra, donde Louis corrió su silla ayudándole a sentarse. Ambos chicos empezaron a comer. Harry estaba realmente contento; tenía mucha hambre y hacía bastante tiempo que no comía las cosas que le gustaban. Últimamente había estado saltándose comidas y haciendo ejercicio, comiendo cosas de la dieta de Louis, quitando las porciones enormes de proteínas que él consumía, quedándose solo con sopas y ensaladas.

—Hacía mil años que no comía una brocheta de queso...

Harry miró con mucha emoción la pequeña brocheta de queso. Recordó cuando era pequeño, su madre los llevaba a comer sushi, pero Harry aún era mañoso y no le gustaba el sushi, así que solo podía comer brochetas de queso. Después creció y le gustó el sushi, pero las brochetas nunca faltaron cuando iba a comer comida china.

♡ Little Hazzie ♡ | l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora