♡ Little Hazzie ♡ | l.s

fourty-seven

Louis está tomando el día con calma, porque sabe que cuando llegue a casa, las cosas no serán tan fáciles.

Para empezar, tendrá que hablar con Harry sobre la cita con el médico, por lo que seguramente Harry preguntará, y Louis tendrá que explicarle que tiene las defensas bajas, probablemente debido a una mala alimentación. Liam lo asustó un poco diciéndole que tal vez le pidan a Harry recuperar peso o hacer más ejercicio, algo que podría poner en riesgo la salud mental del rizado, teniendo en cuenta que no tiene la relación más sana con su cuerpo.

Además de eso, el sábado irían con la psicóloga de nuevo. No tendrían que llevar a Harry de forma obligatoria; Camila le ha dicho que trabajará con Hazzie hasta que Harry esté listo. Sin embargo, también le ha advertido que tal vez las cosas se pongan un poco feas antes de mejorar, ya que ella debe asegurarse de que Harry externalice todo lo que se ha guardado para sí mismo. Louis tiene miedo de esto; él, siendo su novio, no sabe mucho y sabe que lo que le ha pasado a Harry es malo, bastante malo. No apoya la idea de su novio de fingir que no pasa nada, pero tal vez ahora empieza a entender por qué Harry prefiere fingir antes que intentar sanar.

Y para terminar con broche de oro, le han llamado de la escuela. Al parecer, una de las maestras de Harry le ha enviado un correo porque Harry sigue sin incluirse en las clases. No fue un llamado de atención, sino más bien una preocupación. También le hicieron saber que el rizado lleva tiempo ahorrando para comprarse una tableta, que sería de mucha ayuda en su carrera. Al parecer, ha estado tomando créditos extras en la biblioteca con el fin de ahorrar en su renta de las residencias y usar ese dinero como abono en el cheque que le darán en la escuela, con el objetivo de destinarlo a fines académicos, en este caso, para comprar la famosa tableta.

Louis empieza a tener más claro algunas cosas.

Aunque la llamada con el rizado ha sido más que encantadora, no puede esperar para que llegue la hora de salida del trabajo y poder ir a buscar a su lindo novio.

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Harry está increíblemente agotado. Se pasó toda la tarde limpiando el local, y después de comer, se puso a hacer tareas. No tuvo muchos clientes, pero en realidad lo agradece porque pudo hacer una de sus láminas de dibujo técnico y el resumen sobre los tipos de dimensiones.

Ahora solo faltaban diez minutos para cerrar, y el coche de Louis ya se estaba estacionando frente al lugar.

—Hola, Lou.

Harry salió de detrás de la barra y puso sus labios en forma de trompita para recibir el beso por parte de Louis.

—Hola, bonito. ¿Cómo va tu mano?

Harry dejó que el castaño revisara su férula, haciendo una mueca disimulada, aún le dolía cuando la movía.

—Está bien, me tomé la pastilla en la tarde, pero creo que necesito más de esa pomada y una pastilla para el dolor, ¿porfis?

Louis le dio un besito en los rizos del menor, guiándolo a la barra y subiéndolo sobre ésta. Se metió entre los muslos del rizado y acarició su mejilla con cariño.

—Claro que sí, amor. Te extrañé mucho hoy.

Harry sonrió ante las palabras de su novio.

—Yo igual, mucho, mucho, Lou...

Se dieron un beso más largo, y cuando se separaron, Harry tenía los labios mojados y rojos. Louis iba a besarlo de nuevo, pero en vez de eso, sacó la pomada y la pastilla. Primero estaba la salud de su pequeño.