𝐂𝐔𝐈𝐃𝐀𝐃𝐎 𝐂𝐎𝐍 𝐒𝐔𝐒 𝐋𝐀𝐁𝐈𝐎𝐒 || 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐍𝐁𝐄𝐂𝐊𝐘

Capítulo 27.

BECKY.

Cuando estuve un poco más centrada ya, y con la mente despejada, volví la vista hacia las chicas pero ahí faltaba Freen.

Comencé a buscarla como loca con la mirada, y mi preocupación aumentó cuando no la vi por ningún lado del antro, las luces eran molestas y entre tanta gente era muy difícil poder atraparla visualmente.

Corrí entre las personas, quitándola de mi campo o hasta empujándolas para llegar donde estaban las demás.

—¿Dónde está Freen? —pregunté con preocupación.

—¿Freen? –esa fue Friend.

—Sí, Friend, ¿dónde está? —pregunté alterada.

Esta levantó las manos, estaba de más decir que estaba ya algo borracha, ¿Cómo le hacen para alcoholizarse tan de pronto?

—Hey, tranquila, fiera, está ahí —me señaló. Y pude ver a Freen conversar con un chico, estaban casi en medio de la pista—. Ese la invitó a tomarse algo, y Freen aceptó.

Todas rieron pero eso a mí no me causó ni puta gracia. Y entonces aquellos dos se movieron hasta el centro de la pista de baile, una música comenzó a sonar del fondo. Era algo energética, no mucho, más sin embargo Freen sabía como moverse. El chico sostenía sus caderas y se movía al compás de esta.

—Esa es mi amiga —dijo la que supuse que era Nam—. Esta noche será desvirgada otra vez.

Me mordí la lengua, y sin ni siquiera planearlo, fui dando zancadas hasta que estuve donde estaban ellos, tomé al chico de la parte de atrás de la camisa, alejandolo totalmente de Freen, esta se quedó con los ojos abiertos como platos.

—Hey, ¿qué te pasa, idiota? —vociferó el chico dado que la música estaba muy alta.

—Lárgate —escupí.

—¿Qué? pero si estoy bailando, no me iré, ¿quién eres tú? ¿La dueña?

Di un paso al frente, fulminando al chico con la mirada.

—Que te largues, mierda, ¡Lárgate!

—No, y veremos de a como nos toca —me enfrentó.

Este quería una rinoplastia gratis.

—Becky, estoy bailando con él, detente —Freen me tomó del brazo, parando la acción próxima que estaba por hacer—. No hagas nada de lo que te puedas arrepentir.

—Que no te toque, porque te juro que me desconozco, Freen. Que no te toque.

Freen tragó saliva, —Marci, está bien, vete mejor —se dirigió al chico.

—Pero si la estábamos pasando bien, ¿es tu Ex? tu dime y te juro que...

—No, es mi guardaespaldas, vete —y le hablaba despacio, como una mansa paloma. El chico simplemente asintió retirándose. Ahora Freen se giró hacia mí y su mano hizo contacto inmediato con mi mejilla—. ¡Imbécil!

Se escuchó proveniente de sus amigas.

—Ese idiota te estaba tocando —protesté.

—¿Y! es mi cuerpo, Becky. Mío. ¿Cuál es tu maldito problema?

—Que no... —me callé de golpe—. ¿Sabes qué? has lo que se te cante, me voy —y con eso último y para poder controlarme, salí del antro y me paré en la parte de afuera donde la brisa me golpeó la cara, volando mi cabello—. ¡Joder! —grité.

En ese momento vi rojo, no quería hacerlo, no quería verla en manos de otra persona. Creía que todos la lastimarían y no quería eso, yo debía protegerla de todo aquel que le quiera hacer daño. Y cuando está en brazos de otra persona hay algo que me quema.